Qué celebrará, escondida tras un vaso de leche y dos tostadas, la mirada perdida de ese huérfano, acogido entre extraños, y arrancado por su padre de la infancia a puñaladas. Qué celebrará, sin nadie a quien abrazar, un adulto de seis años, inocente y castigado con el mayor de los daños. Qué celebrará, si por más rosa que se vista el Gobierno, nadie lo sacará de su infierno; qué celebrará, cuál será su homenaje, si no hay pañuelos suficientes que limpien de su retina las manchas de sangre.
Qué celebrarán esas mujeres que imponen a sus congéneres el yugo del interés de los partidos. Qué celebrarán sin sentido, con el hacer del verdugo, las profesionales de los procesos electorales que someten a la mafia presupuestaria la indecencia parlamentaria. Qué celebrarán si no hay banderas que ondear, ni enseñas que recoger, tan sólo queda apretar los dientes, y aún en caliente, gritar que dejen de hacer política CON la mujer.
Malditas aquellas mujeres… (2.008)