La procesión de la imagen de San Miguel y los fuegos artificiales pusieron el broche final ayer a las fiestas de la pedanía porzuniega de El Trincheto.
Desde el pasado fin de semana, los vecinos de la pedanía y personas llegadas de los alrededores han disfrutado del programa de actividades organizado por el Ayuntamiento de Porzuna y han vuelto a demostrar la gran devoción que sienten hacia su patrón.
La concejal de Festejos, Silvia Cañamero, ha explicado que “el balance de las fiestas es positivo, porque los vecinos de El Trincheto han podido divertirse, recuperar algo de normalidad y vivir unos días diferentes para salir de la rutina”. No obstante, ha indicado que “han sido unas fiestas muy tranquilas, la participación ha sido menor que en años anteriores y se ha notado que ha habido menos gente de Porzuna, del resto de aldeas y de otros puntos”.
Cañamero ha recalcado que “aún cuesta recuperar la normalidad y, aunque hay mucha gente que quiere disfrutar de actividades y eventos, otros muchos prefieren seguir siendo prudentes y precavidos ante el Covid, lo cual es totalmente respetable”.
Las actividades, que comenzaron el pasado sábado, han contado con propuestas para todas las edades y todas se han desarrollado según las medidas de seguridad y la normativa que exige la pandemia aún vigente.
Los más pequeños han podido disfrutar durante todo el fin de semana del castillo hinchable instalado en la pedanía y de juegos populares como la cuerda, la carrera de sacos o el pañuelo. Además, un nutrido grupo de pequeños participaron en la ruta en bicicleta por los alrededores del pueblo y como recompensa recibieron una medalla y una bolsa de chucherías.
Las personas de la tercera edad también tuvieron su parcela en estas fiestas y pudieron exhibir su técnica y habilidades en los campeonatos de petanca y tangana.
Como en todas las fiestas, no faltó la música, que en este caso corrió a cargo del Trío Nueva Generación.
En el día grande de las fiestas de El Trincheto, los vecinos de la pedanía cumplieron con la tradición y agasajaron a su patrón con multitud de ramos de flores. Tras ello, se celebró la Eucaristía (ya sin restricciones de aforo).
La celebración litúrgica dio paso a la popular procesión que este año se desarrolló en silencio sin la presencia de la Banda de Música puesto que la orden que permitía los desfiles procesionales llegó el día previo y no hubo margen para contar con los músicos. Aun así, la imagen de San Miguel recorrió la aldea entre el calor de sus vecinos, sin las multitudes de años anteriores pero en un ambiente de recogimiento muy especial. Las fiestas finalizaron con el espectáculo de fuegos artificiales que iluminó la noche del Trincheto.
Joooder, qué notición. Pa lo que habéis quedao