Martín Ruiz.- En anteriores entregas hemos examinado el agotamiento de las reservas de hidrocarburos baratos y de los materiales imprescindibles para industria y agricultura; si se suman las catástrofes climáticas que ya sufrimos se producirá una reducción importante de la producción económica y, como consecuencia aumento del paro. La robotización y la automatización de la economía aumentarán más aún el desempleo: riesgo de desórdenes sociales. Instaurar un ingreso para todos y reducir la jornada de trabajo, guste o no, va a ser necesario.
AUTOMATIZACIÓN Y ROBOTS
La automatización y la robotización del trabajo están llevando al paro a millones de personas en todo el planeta. Con los ERES de BBVA, Sabadell y Santander, la gran banca va a despedir desde 2008 a más de 110.000 personas. Desde 2008 la gran banca ha reducido su plantilla un 40%.
Martin Daum, director ejecutivo de Daimlez Benz Trucks (el mayor fabricante de camiones del mundo) advierte “… alrededor del 50% de los puestos de trabajo (en las fábricas de camiones y auxiliares) desaparecerán: una pila de combustible o una batería son mucho menos complejas que un motor diesel y su transmisión”. Daimler prevé que los vehículos de emisiones cero representarán el 60% de sus ventas en 2030.
En universidades británicas y holandesas, concluyen las experimentaciones con robots que crean otros robots. Un robot “madre” y otro “padre” unen sus códigos para crear uno nuevo mejor que los de los “progenitores”. Código que será implantado en un “robot bebé”, creado con impresoras 3D, capaces de imprimir con polímeros y también con elementos metálicos; la intervención humana es mínima. Si los lectores que han llegado hasta aquí quieren documentarse sobre el futuro de las profesiones, lean el libro de Andrés Oppenheimer “¡Sálvese quien pueda!”.
AVANCES EN INTELIGENCIA ARTIFICIAL (IA) Y BIG DATA
Las redes neuronales de la IA, una vez programadas, y en combinación con el Big Data, aprenden de sus errores y se reconfiguran solas. Este es el gran cambio de la revolución digital: antes la máquina necesitaba una instrucción humana para actuar, ahora las máquinas empiezan a tomar decisiones autónomas basadas en un aprendizaje surgido de la interacción con el Big Data. Alan Winfield, profesor de Ética Robótica en la Universidad del Oeste (Inglaterra) afirma: «Ya hemos alcanzado, si no superado, el punto en el que no podemos entender realmente cómo funciona una IA». «Como ingenieros, queremos ser capaces de entender lo que hemos hecho», dice. Sin embargo, la publicidad que nos llega al teléfono, las sugerencias de compra/venta de acciones en bolsa, el precio incomprensible de billetes de avión y tren, las noticias, películas y libros que internet nos propone… están gobernados por esas IAs.
En medicina hay IAs que analizan las radiografías y, sin intervención humana, diagnostican las dolencias: antes se les han proporcionado millones de imágenes y sus correspondientes diagnósticos. En algunos estados USA es una IA la que decide a quién se le practica un trasplante y quién debe esperar. Todo aquello que se pueda digitalizar o mecanizar, todo lo que pueda realizar una máquina, dejará de ser hecho por un humano.
La IA también se usa para fines más preocupantes como vigilar a empleados y predecir su rendimiento: hay teleoperadoras que deben controlar su tono de voz y su expresión: a través de un sistema de reconocimiento de voz, un algoritmo contratado por su empresa evalúa estos y otros parámetros. La estadounidense Walmart ha patentado un sistema de captura de voz que analiza las conversaciones entre el personal y la clientela para sugerir cambios en el comportamiento de los primeros. Kronos InTouch, utiliza códigos de acceso o huellas dactilares para saber cómo se mueven y cuánto tiempo pasan los empleados en los diferentes espacios de la empresa. En España alguna empresa la usaba para saber cuánto tiempo pasaban sus trabajadores en los servicios. El caso extremo es el de la empresa Three Square Market, que sugiere a sus empleados el uso de chips identificativos subcutáneos.
Peor aún: un informe publicado en marzo de 2021 por un grupo de expertos de las Naciones Unidas alude a choques en marzo de 2020 entre las dos facciones militares enfrentadas en Libia: soldados en retirada del mariscal Haftar fueron «perseguidos» por drones que actuaron de forma autónoma: «los sistemas de armas letales autónomas fueron programados para atacar objetivos sin requerir ningún intercambio de datos entre el operador y el arma». Los drones fueron capaces de buscar y atacar objetivos sin pasar por un ser humano. Los drones están equipados con una carga explosiva y pueden ser pilotados por un humano o funcionar de forma autónoma, usando cámaras «equipadas con inteligencia artificial que localiza e identifica objetivos» (newscientist.com, 27-05-2021)
Así que la tecnología no es la solución a todos nuestros males. Automatización y robótica combinadas con Inteligencia Artificial y Big Data van a generar muchos problemas y mucho desempleo. Se está produciendo ya la paradoja de exceso de trabajadores nada o poco cualificados y carencia de trabajadores muy cualificados. En España el riesgo de automatización de trabajadores con bajo nivel educativo se sitúa entre el 43% y el 56%. El riesgo para el conjunto de empleados es del 12%. (informe Retos Económicos España 18, dirigido por Jordi Sevilla)
Hasta ahora las revoluciones tecnológicas creaban más puestos de trabajo de los que eliminaban. Hoy es al revés: Robótica, Automatización, Big Data e Inteligencia Artificial, suprimen miles de empleos y los escasos nuevos puestos de trabajo exigirán una formación muy avanzada. Las máquinas, dotadas de inteligencia artificial, están sustituyendo ya a los humanos. Y esto es solo el comienzo. La última fábrica de Volkswagen abierta en EE.UU. emplea a un par de decenas de personas: informáticos y mecánicos de mantenimiento: toda la factoría es un conjunto de robots que ensamblan, sueldan, atornillan, pintan y sacan brillo a los vehículos de esta marca.
PANDEMIAS Y RIESGO DE DESÓRDENES SOCIALES, CONSECUENCIA DE LA INACCIÓN ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO
Dos Institutos de la Universidad de Harvard concluyen que la pandemia por coronavirus actual, así como la alta probabilidad de nuevas pandemias son debidas al cambio en el uso del suelo, la urbanización rápida y no planificada, y (sobre todo) la destrucción de bosques tropicales, la expansión de tierras agrícolas y la intensificación de la ganadería y el comercio de animales silvestres. Muchos animales salvajes, expulsados de su medio, han buscado acomodo en granjas industriales de animales, desde donde han pasado a los humanos. La economía mundial se ralentizó durante año y medio: aumento de la desigualdad y el paro. Dos equipos de investigadores del Fondo Monetario Internacional, advierten: “las pandemias tienen un efecto pacificador sobre la situación social a corto plazo, pero refuerzan el desorden social a largo plazo”. Estiman que “…las pandemias conducen a trastornos sociales… más elevados catorce meses después de la crisis sanitaria. Dos años después, se alcanzaría el pico de este riesgo que, sin embargo, se mantendría significativamente más alto hasta cinco años después del evento”. Los dos equipos del FMI en Washington, muy preocupados, advirtieron en febrero a los líderes políticos sobre estos riesgos. «Nuestros resultados implican un alto riesgo de trastornos sociales después del Covid-19, a menos que se implementen políticas valientes y rápidas para proteger a los más vulnerables de la sociedad».
Para evitar trastornos sociales que podrían conducir a desórdenes peligrosos y para proteger a los más vulnerables va a ser inevitable la instauración de una Renta Básica Universal y la reducción del tiempo de trabajo.
RENTA BÁSICA UNIVERSAL
Para mitigar el paro estructural que se va a crear, Ryan Avent (uno de los más célebres periodistas económicos del mundo, de la revista The Economist) propone facilitar a los trabajadores descansos remunerados en su vida laboral: más conciliación familiar, permisos temporales, volver a los centros de Formación Profesional para desarrollar gratis nuevas habilidades. Avent propone restaurar el poder de negociación de los trabajadores, para que puedan rechazar los trabajos mal pagados. Para ello deben tener garantizado algún tipo de ingreso mínimo. Entonces podrán rechazar trabajos con salarios-basura como los que se ofrecen hoy a muchos jóvenes.
Frente al futuro inmediato de millones de trabajadores lanzados al paro, los científicos sociales y el FMI, proponen medidas de apoyo a los más desfavorecidos y reducir el tiempo de trabajo. El Parlamento alemán ha autorizado que los ayuntamientos alemanes realicen referéndums para aprobar o no la instauración de una Renta Básica, si un 1% de la población lo solicita. En Oakland y San Francisco (California) y en Corea del Sur se ponen en marcha proyectos piloto de RBU. Finlandia tuvo su propia experiencia durante 2 años. En Alemania, a principios de 2023, empieza un experimento: entregar 1.200 euros al mes a 10.000 personas durante 3 años. Se busca estudiar los efectos en la salud, los hábitos de consumo y la situación económica y social de los participantes. No recibirán esta ayuda aquellas personas cuya tasa impositiva exceda un cierto umbral. Hasta Elon Musk (2ª persona más rica del planeta, fabricante de los coches Tesla) lo pide: “…En el futuro será necesaria una renta básica universal… pues el trabajo será una opción”. Lo dice al anunciar la presentación -para dentro de un año- de un robot que realizará las tareas domésticas aburridas y repetitivas. Igual opinión manifiestan públicamente Mark Zuckerberg (Facebook), Richard Branson (Virgin) Pierre Omidyar (eBay) o Jack Dorsey (Twitter).
SUBIDA DE SALARIOS
Joe Biden presidente de EEUU ha aprobado una orden para que “…todas aquellas empresas, bajo contrato con el gobierno federal, paguen un salario mínimo de 15 dólares/hora a sus trabajadores”, en vez de los 7,25 exigidos hasta ahora. La orden entrará en vigor en 2022, pero ya ha tenido como efecto que MacDonalds, Wallmart, Burguer King, Amazon…hayan subido los salarios de sus empleados a 16 dólares/hora. En EE.UU., Francia, Alemania, Inglaterra, Holanda… faltan empleados especializados; cuando los periodistas han expuesto las quejas empresariales al presidente Biden, este les ha respondido con 3 palabras: “Pay them more”, pagadles más. En algunos estados USA. la ley obliga a las empresas que han obtenido muchos beneficios a aumentar los puestos de trabajo. Por ejemplo las petroleras deben tener trabajadores que ponen el combustible y, además, otros para limpiar cristales o revisar niveles en neumáticos sin coste para el consumidor. No es una decisión empresarial, es una decisión regulatoria del estado para reducir el desempleo y corregir las desigualdades que se van produciendo. Se llama regulación legal, y los países que mejor la ejecutan del mundo son Estados Unidos y Gran Bretaña, dos democracias poco sospechosas.
REDUCCIÓN DEL TIEMPO DE TRABAJO: ¿SEMANA DE 4 DÍAS? ¿JORNADA DE TRABAJO SEMANAL DE 15 HORAS?
El llamado «modelo escandinavo» sostiene que la productividad aumenta si se reducen las horas de trabajo. Las administraciones públicas de Islandia y Dinamarca ya han adoptado semanas de 4 días, sin pérdida de salario. El presidente del grupo mundial de contratación de personal Adecco confirma la tendencia: «Tras la crisis (del coronavirus), la gente se hizo más consciente de que sus condiciones de trabajo no eran siempre las mejores. Ahora se plantean que no quieren sacrificar su vida personal».
La empresa El Sol (software, España) pasó a una semana de 4 días sin reducción salarial: su plantilla ha aumentado en un 15%. Otras empresas toman similares decisiones: Nordic Visitor, (Islandia, Escocia y Suecia); las neozelandesas Perpetual Guardian y Unilever han puesto en marcha una semana de 4 días para todo el personal local. El mayor sindicato de Alemania acordó en marzo un acuerdo salarial que permite a algunos trabajadores pasar a una semana de 4 días sin pérdida significativa de ingresos. El tercer banco japonés ofrece a 45.000 empleados opciones de 3 ó 4 días; Microsoft subió su productividad un 40% después de dar los viernes libres a sus 2.300 empleados japoneses. Telefónica España propuso al 10% de su plantilla pasar a semana de 4 días: los trabajadores la han rechazado pues representaba una pérdida salarial del 16%. Mientras tanto, el Ministerio de Industria español diseña un plan piloto de 50 millones de euros para ayudar a las empresas a reducir las horas de trabajo sin reducir los salarios.
Los políticos y la sociedad tenemos que imaginar un sistema económico diferente, una respuesta racional a los problemas en vez de apelar a las emociones más primarias. Es lo que sugiere Rutger Bregman en su libro “Utopía para realistas”. Este investigador holandés, uno de los jóvenes pensadores europeos más destacados, defiende la Renta Básica Universal y la jornada semanal de 15 horas.
Nuestros gobernantes y dirigentes políticos, económicos y sociales van a tener que tomar decisiones rápidas y comprometidas. Han sido elegidos para afrontar los problemas y las necesidades de la ciudadanía por encima de presiones e intereses privados. Van a tener que tomar decisiones inéditas que deben combinar la protección de las personas (aumentando radicalmente la inversión en protección social) con la protección de la naturaleza, dedicando muchos fondos a renovación de edificios públicos, creación de nuevas infraestructuras de transporte, sistemas de incentivos y sanciones para que empresas y hogares se transformen… Se espera de ellos la ambición necesaria para evitar la catástrofe climática. No hay mucho tiempo, tienen que empezar ya.
Resumiendo, sobra población, especialmente ancianos y jóvenes en edad fértil, y deben empobrecerse las clases medias.
La pandemia tiene sentido. El encaje.
Entre los años 2020 y 2030, serán necesario crear más de 300 millones de nuevos empleos en el mundo para dar cabida a un aumento del 8,9 % de la población en edad de trabajar. La pérdida de puestos de trabajo por la introducción de robots será compensada con nuevas demandas……