Luis Mario Sobrino Simal.- En la tarde de ayer tuve el placer de conocer a una persona distinta a otras muchas que he conocido. Un hombre sencillo, de pueblo, en el mejor de los sentidos. Alguien que se hizo a sí mismo a pesar de las numerosas “piedras” que encontró en su largo caminar: Camarero, dependiente, cajero, botones,… una persona que ya empieza dando una pista de su humildad y sencillez al hablar: Sinesio Naranjo Gijón. Memoria viva de una profesión y autor de “Tabernas. Bares y bodegas. De 1900 a los años 50”, de Serendipia Editorial, que se presentó en el Museo de la Merced.
“No tengo ni el Certificado de Estudios Primarios, pero para mí eso no es una deshonra sino una desgracia”.
Así comienza a explicar un poco de su larga vida trabajando casi de todo y ahora ya jubilado dedicándose a publicar sus memorias que ya forman parte del Patrimonio inmaterial de nuestra tierra…
Con movilidad reducida nos habla desde la mesa, de sus trabajos.
Empezó en el bar España y quería conocer mundo, pero el trabajo no le dejó pues estaba “atado” a la barra del bar.
Recuerda que los bares de antes eran muy sencillos aunque algunos como el España, tenían cierta “categoría”. Otros eran más modestos como el Trini en Cuchillería y luego en Avda. Rey Santo. El Ideal en General Aguilera, es otro que recuerda.
Le pregunto
por la famosa tasca en la calle Libertad “El Granito de Oro”, y casi sin
dejarme terminar la frase, apostilla: “Y la Paca”, y dice con humor: “siempre
estaba chispao” pero nunca se metía con nadie… era un tio estupendo”.
Le refresco la memoria y le recuerdo la taberna de Paco Carrión en la Plaza Mayor.
Enseguida lo recuerda con su guitarra colgada de la percha…”berenjenas, vino y
su guitarra y aunque sea una inmodestia por mi parte, he cantado flamenco
bastante bien, y a veces íbamos mi cuadrilla a tomar un vino y Paco echaba mano
a la guitarra pidiéndome – venga,
acompaña estos vinos con una soleá o un fandango, y lo hacía –“.
Nos dice que entre los bares de antes y los de ahora,
todos tienen su encanto y en cuanto a la “educación” de la clientela, “antes se
respetaba más”.
Le pido alguna anécdota curiosa que recuerde. Dice que tiene muchas, pero nos
cuenta una que le sucedió en la Fuente Talaverana en una noche de gala: ”Un
señor muy bien trajeado, acompañado de su pareja y otra más. Él pidió una
botella de champán para ellos, y para ellas el combinado ese verde que estaba
de moda… un pipermín con hielo picao”. “Se fue sin pagar y cuando le reclamé la
consumición me montó un tinglao”. “Es que yo soy un caballero y a mí no se me
puede pedir el dinero”, a lo que le respondí: “Mire, yo no pongo en duda que
usted sea un caballero, pero piense usted una cosa, que cuando a un caballero
se le pide con todo el respeto del mundo una consumición que no ha pagao,
primero paga y luego se disculpa como un caballero y usted todavía no ha hecho
ninguna de las dos cosas”. “Bueno, se montó un tinglao allí…”
Por último nos habla de cómo escribía sus libros en cuadernos de 200 folios por
una cara y que – cuenta también – como el ex presidente Bono, recibió una copia
de uno de ellos y le mandó una carta agradeciéndolo.
BAR Y PRECIOS. EVOLUCIÓN
1960:
Bar Paco
Tortilla y judías con chorizo. 12 pts
1970:
Mesón Paco
Tortilla de patatas y Fabada Asturiana. 50 pts
1980:
Cafetería Paco
Ración de Tortilla y Ración de Fabada asturiana para compartir. 145 pts
1990:
El Rincón de Paco
Tortillitas naturales guisadas en su salsa campera y Judías al sabor de la abuela. 370 pts
2000:
Paco’s Delicatessen
Tortilla cuajada con cebolla roja del Penedés y Alubias en salsa espumosa de foie. 480 pts
2010:
Gastrobar Francis
Degustación de Tortilla con huevos ecológicos de corral de gallina rubia navarra, adornados con alubias minué. 48€
2020:
Can Françoise
Deconstrucción de Tortilla con gas carbónico con esferificaciones de alubia macha sobre cama de musgo de Bretaña. 330€
Enhorabuena. Y es que los bares más antiguos nos llevan acompañando toda nuestra vida, la de nuestros padres, abuelos…..