Pero en lo colectivo, como castellano-manchegos, a todos sin excepción, incluso a quienes no pisaran en su vida una oficina de nuestra Caja, sí les perjudicaría la desaparición dentro de Unicaja, entidad con sede en Málaga. En primer término porque los políticos han hablado con una Caja de ahorro mayor que CCM, que no se fusionará con ésta sino que se la comerá. En segundo término, porque a partir de ese momento, los fondos de beneficios destinados a la obra social, se emplearán en menor medida en Castilla-La Mancha y seguirán marchando a la Andalucía penibética. Este amigo del que les hablo que se llama como yo, y que vive en mi casa calzando mis propios zapatos, también fue consejero de Unicaja, y sólo puede decirme que ni a tiros venían fondos relevantes fuera de Andalucía, y eso a pesar de la implantación de tal entidad desde los años sesenta por estos lugares, bajo el nombre de Caja de Ahorros de Ronda. Cuando pasó a llamarse Unicaja, tras una unificación de cajas del sur, todo cambió. El presidente de esa entidad, Braulio Medel, un sólido experto guerrista que fue capaz de parar los pies a los de Manuel Chaves, piensa sólo en clave económica. Los de Cuenca o Talavera serán meros números para él. A lo mejor en eso salimos ganando, porque hará excepciones sólo con los amigos de Málaga, y no con los de Toledo.
Caja Madrid es la primera entidad de la región, invierte en obra social tanto o más que el resto juntas, y tiene una sólida presencia de décadas en las cinco provincias. Además, todavía no estaba en manos de Esperanza Aguirre, y con esta operación no lo estaría nunca. Pero hay mucho sectario en el poder y lo fundamental era buscar una Caja de Ahorro de una Comunidad gobernada por el PSOE.