¿Paraísos Fiscales? ¡Ni uno!

 ¿Paraísos Fiscales? ¡Ni uno!Poco a poco le van saliendo los colores al capitalismo ciego, voraz e inhumano que se adueñó del mundo cuando se desladrilló el muro. De la mano de Ronald Reagan y su partenair, Margaret Thatcher, se inició un capitalismo silvestre bajo la divinidad del mercado, más silvestre aún. Y así, con las manos libres, fortalecido por su supervivencia histórica frente al enemigo del frío, el neoliberalismo radical como un nuevo Dorado, llamó a por la pasta con la sublime consigna de alirote, alirote, de aquella manera el que no bote. El nuevo tótem pondría las cosas en su sitio, decían economistas de buena titulación y trovadores de la ceguera especulativa.
Señoras y señoras, entren en la selva, cojan lo que les apetezca y páguenlo cómodamente. De aquellos polvos mal echados estos lodos pegajosos. Pero para nuestra alegría, parece como si se vislumbrara el fin del capitalismo, al menos como se ha concebido hasta ahora, en su versión más fundamentalista de mercado, mercado y solo mercado. El capitalismo tiene sus versiones como las tuvo el marxismo. Desde el ultraliberalismo económico del mercado absoluto hasta la socialdemocracia que avecina ya con el socialismo hay un trecho.

La Historia dirá para dónde tirar pero lo que sí parece irreversible es el fin del trinque por la patilla, la especulación fácil, las cuentas B, los fraudes millonarios y el manejo desorbitado de dinero en asuntos propios que no producen más que problemas ajenos. Habrá que poner puertas al campo de la codicia y el que se salga de la raya palmeta y a otra cosa. Algo se está moviendo. La sociedad se despiojará y se desparasitará de los indecentes, y los desenmascarará.

Obama y EEUU parece que pisan fuerte y ya le han puesto el ojo a Suiza, territorio bandolero de alto standing. ¿Qué es esto de paraísos fiscales con la que está cayendo? Ni uno debe quedar. En el menor tiempo posible, con todas sus cuentas al pairo, con nombres y apellidos, regresadas al país de origen, deducidas las obligaciones fiscales o fiscalizadas totalmente.

Nacionalicemos las cuentas de los paraísos fiscales que son la forma más insolidaria de amasar fortunas porque evaden la hacienda nacional y con ello la función social que los dineros públicos tienen. Ni Islas Caimán, ni Andorra, ni Suiza, ni Seichelles son permisibles como agujero negro de los ricos del mundo mientras el sistema se desmaya. Los paraísos fiscales son el muro del capitalismo: su extinción será el inicio de un nuevo tiempo.

Posiblemente haya mucha gente conocida entre los clientes de esa zona bandolera que luego van de probos ciudadanos. Pues que cada palo aguante el vendaval de esta crisis extraña e inquietante que ha producido la avaricia. La Unión Europea ya ha pedido a Suiza que la atienda como a EEUU y las autoridades monetarias suizas ya han salido al paso para curarse en salud.

Mentira. En los paraísos fiscales todo el dinero está podrido. Lo que hay que hacer, a quien corresponda, es dar carpetazo, y reventar las cuentas una por una aunque para ello haya que redactar y aprobar leyes nuevas. Reformar el sistema necesitará un nuevo cuerpo legal. No es posible que en la actual situación sigan existiendo esos oasis del egoísmo y la insolidaridad. Que paguen la crisis las cuentas paradisíacas. Y que se sepa quiénes son. Esto es la revolución. Queremos números de cuenta, mientras hacemos encaje de bolillos para salir de ésta.

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