El Colegio de Médicos celebró un acto íntimo pero emotivo donde se rindió homenaje a los médicos jubilados en el último año y se les concedió la distinción de Colegiados Honoríficos. Este año, por la situación sanitaria actual, no ha sido posible celebrar el resto de actos conmemorativos de la Patrona de los Médicos, la Virgen del Perpetuo Socorro, como la tradicional cena de hermandad o los torneos deportivos. Sí tuvo lugar, en la parroquia de San Pedro, una misa en honor a los compañeros fallecidos.
La presidenta del Colegio de Médicos, la Dra. Mª Concepción Villafánez García, tras manifestar un “recuerdo permanente” para todos médicos fallecidos por la pandemia, agradeció el trabajo de los médicos que recibían el homenaje, especialmente en este último año donde han practicado una medicina más de riesgo que habitualmente, y agregó que precisamente, esta provincia, ha sido una de las más castigadas por la crisis por covid-19. Añadió que este momento es un momento agridulce para los homenajeados. “Por un lado estáis contentos por descansar, por alejar de vosotros las obligaciones, por poder dedicar tiempo a vuestros amigos y familias que tanto os han echado de menos, pero por otro lado, echareis de menos a vuestros pacientes que tantos quebraderos de cabeza os han dado, pero también tantas alegrías”. La Dra. Villafánez les recordó que el Colegio seguía abierto a todos, que seguiría siendo su casa siempre y solicitó su colaboración para poner en marcha cualquier iniciativa en beneficio de su colectivo.
Por su parte, el vocal de médicos Jubilados, el Dr. Julio Gijón Rodríguez, habló, desde su experiencia, de cómo abordar la jubilación, aunque bromeó que “no vais a dejar de ser médicos ni aunque queráis. Seguiréis siendo los médicos de vuestra familia, amigos e incluso de vuestros antiguos pacientes que os pararán por la calle para que les hagáis el diagnóstico oportuno”. El Dr. Gijón les explicó igualmente el trabajo desarrollado desde que tomó posesión como vocal colegial, orientado, fundamentalmente en conseguir una humanización de la figura del médico jubilado cuando tiene que recurrir a los servicios sanitarios a los que, precisamente, ha dedicado su vida.
En la misma línea concluyó su charla magistral el endocrino Ricardo Chamorro Prado, destacando al “situación de desamparo del médico jubilado. Es algo muy duro. Es triste ser un perfecto desconocido después de haberlo hecho todo por los pacientes”. En este punto rindió un sincero homenaje a todos los que “se han ido en esta guerra”. En representación de los médicos jubilados habló el Dr. Antonio Iglesias Fernández quien hizo un balance de la evolución de la medicina en la provincia de Ciudad Real. De la misma manera, afirmó que nunca dejarían de ser médicos y les alentó a seguir formándose porque “lo llevamos escrito en nuestros genes”. Su sincero agradecimiento fue para las familias “que nos han acompañado en los malos momentos, han disfrutado con nuestro éxito y han sufrido nuestra ausencia”. Finalizó con la frase que “retirarse del trabajo no es retirarse de la vida. No es el final, es el comienzo”.