Pruebas periciales procedentes de informes médicos realizados a la mujer que rechazó el transporte de droga en Alcázar de San Juan han considerado «incompatible» una autolesión así como el hecho de que se tirara ella sola por la ventana, tal y como sostienen los acusados.
Así lo han expuesto durante la segunda sesión del juicio celebrado este jueves en la Audiencia Provincial de Ciudad Real donde se acusa a un varón, L.M.F.R, y dos mujeres, J.S.C. y A.M.F.P, de intentar matar a R.L.L tras rechazar el transporte de droga desde República Dominicana. En el primer juicio, que se celebró hace dos años, los procesados fueron absueltos por las «dudas» suscitadas en la valoración jurídica.
Uno de los agentes de policía que participó en la investigación ha sido el primero en declarar durante esta sesión en la que ha reiterado que R.L.L realizó una primera declaración cuando se encontraba en la UCI, un mes y medio después de los hechos.
Así, ha indicado que durante la primera declaración y la posterior, realizada cuando la víctima se encontraba ingresada en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y acompañado de un médico forense, su testimonio «guardaba coherencia» con los hechos por los que se acusa a los procesados y que «así lo ratificó el médico».
Además, ha declarado que se realizaron escuchas telefónicas a los acusados para comprobar «si se ponían de acuerdo en relación a los hechos ocurridos ese día» tras solicitar una autorización al juzgado. «En ese momento nos trasladamos a hablar con los acusados al domicilio para que nos lo contaran in situ», ha dicho.
Sobre el motivo de la discusión que la víctima declaró en la primera sesión del juicio, el agente ha relatado que fue durante su segunda declaración cuando reveló que tenía previsto viajar a República Dominicana, que se lo propuso al acusado y que «fue él quien tuvo la idea de transportar la droga».
La conclusión del informe resultante de las escuchas telefónicas detalla que los ingresos de L.M.F.R., y A.M.F.P. provienen de la venta de estupefacientes y que ésta viajó a República Dominicana a los pocos meses de producirse los hechos.
«IMPOSIBLE UNA SIMPLE CAÍDA»
Un segundo agente, que también participó en la investigación, ha apoyado el testimonio de su compañero y ha añadido que el médico les indicó que «era imposible» que las heridas que sufrió la víctima se produjeran por una simple caída.
Así, ha dicho que en la primera declaración R.L.L sostuvo que la habían apuñalado y tirado por el balcón, pero que los motivos eran vagos. «Dijo que había escuchado una conversación y algo sobre drogas», ha añadido.
Después de los hechos, ha relatado cómo los investigados se presentaron en el hospital, y que a los agentes les «preocupó» porque «al tener una posible tentativa de homicidio, temían por la vida de la víctima» y de que intentaran «terminar lo que no habían conseguido antes».
Asimismo, ha detallado que las conclusiones de las intervenciones telefónicas fueron no concluyentes y que «no aportaron nada». «Manifestaban algo parecido a un episodio que podía haber ocurrido, pero no fueron concluyentes», ha finalizado.
TRES HERIDAS
Por su parte, la médico forense, Carmen Garrido, ha ratificado el informe elaborado que constata 3 heridas en la zona centro y lateral derecha, una de ellas «más profunda que las otras» que le atravesó el hígado y el páncreas, que pudo haberle provocado la muerte y que «sería compatible estando el agresor en el lado derecho o a espaldas de la víctima».
En las conclusiones, Garrido ha dicho que la víctima se encontraba semiinconsciente por el tipo de lesiones que sufrió. «Si no estás consciente para tener un acto reflejo, pienso que no tuvo capacidad de reaccionar a esta caída y adoptar una postura más defensiva», ha dicho. «Cayó de espaldas», ha añadido.
Así, ha añadido que las lesiones de la víctima «son incompatibles» con las versiones en las que los acusados sostienen que fue R.L.L. la que se autolesionó, tirándose posteriormente por la ventana.
La médico forense que atendió a la víctima en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo ratifica el informe que elaboró y en el que manifiesta que «es difícil de explicar» si las lesiones que sufrió R.L.L se produjeran por una autolesión ni tampoco por un ataque psicótico. «A mí me parece francamente difícil», ha relatado, añadiendo que habría perdido el conocimiento al hacerse ella misma «esas lesiones tan gravísimas».
Por su parte, el encargado de verificar la credibilidad de su versión, ha testificado que «es raro que se produjera ella misma unas heridas con un dolor tan difícil de soportar» y que en el momento de los hechos «no recuerda quién le clavó el cuchillo», algo que «en momentos de pánico puede ocurrir».
Durante las conclusiones, el fiscal ha reafirmado la petición de 27 años de prisión para los procesados, alegando que R.L.L ha mantenido siempre el mismo discurso en cuanto al incidente. «Su relato ha sido coherente y creíble y aparece reforzado con el informe forense», ha matizado.
PENAS
De su lado, el letrado de la acusación ha pedido 14 años y 11 meses de prisión para cada acusado y ha resaltado que los 6 peritos judiciales, que no tienen nada que ver con la causa, «dan la misma versión».
Las dos partes de la defensa de los acusados han pedido la sentencia absolutoria y han coincidido en que no se han valorado el conjunto de todas las pruebas y que una de las enfermeras que atendió a la víctima dijo que estaba muy nerviosa y que «probablemente» estuviera sumida en un brote psicótico.
Así, el letrado de la defensa ha mantenido que la actuación policial «es la que determina» y que las escuchas telefónicas no resultan concluyentes con la gravedad de los hechos y lo que conlleva. «De las escuchas solo se supo que ellas mismas tuvieron miedo de ver a la víctima en estado de nerviosismo», ha dicho.
Finalmente, los tres acusados se han declarado inocentes y han concluido sus testimonios afirmando «que solo hay un Dios y que todo se verá». El juicio ha quedado visto para sentencia.