Familia, poetas y amigos tributaron un emotivo homenaje al poeta Manuel Muñoz Moreno

Lo que se vivió el pasado sábado, día 19 de junio, en el Parque Huerta Asaura de Argamasilla de Calatrava, con el homenaje al poeta rabanero Manuel Muñoz Moreno, fallecido en el mes de enero del pasado año, no fue apto para corazones extremadamente sensibles.

Poetas, amigos y familia se unieron para honrar su figura y, después del recital ‘Palabras en silencio’, leer poemas suyos en un acto organizado de forma conjunta por el Ayuntamiento de la localidad y el Grupo de Comunicación Oretania, con el apoyo de la AECC de la localidad, el Club de Lectura ‘Cueva de Medrano’, la Asociación Cultural Carburarte, el Alfar Arias, Librería Delfos, Ediciones C&G, Ruta El Trenillo de la Calzá e ImásTV, quien se encargó de la grabación del evento.

Con la emoción a flor de piel y de una manera muy sencilla, pero a la vez muy emotiva, familia, poetas y amigos tributaron un merecido homenaje al poeta rabanero Manuel Muñoz Moreno, con el recital ‘Palabras en silencio’, en su pueblo natal, Argamasilla de Calatrava. Para empezar a poner la piel de gallina el homenaje comenzó con la canción ‘Gritos en tu pared’, interpretada por Javier Márquez y Pepa —‘Tacones rojos sonoros’—.

La alcaldesa de la villa, Jacinta Monroy Torrico, destacó en su discurso la gran personalidad y su amor y compromiso con esta tierra y su gente. Posteriormente el poeta y coordinador de los encuentros de poesía, Luis Díaz-Cacho, habló del último libro en el que Manuel Muñoz participó, ‘Palabras en silencio’, a favor de la igualdad y en contra del silencio que sufren las víctimas de maltrato físico, psicológico, sexual, económico, religioso, social y cualquier tipo de discriminación.

Palabras en silencio

Luis Díaz-Cacho inició su elocución diciendo que “teníamos muchas ganas de escribir sobre este tema. Lo llevamos madurando desde hace años. Pero es un tema complicado, que nos hiere en las entrañas, que nos lacera el alma, que nos hace siempre daño. Y, a veces, nos puede hacer violentos sin quererlo. Jamás podemos entender la violencia entre las manos mientras exista la palabra, la posibilidad de hablar y de comunicarnos”.

“Pero no podemos aguantar ni una muerte más. Ni una más. Las mujeres del mundo se han rebelado. Y muchos hombres con ellas. Un nuevo tiempo se está abriendo para estigmatizar, señalar, acosar, apartar, encerrar a los maltratadores”. Para Díaz-Cacho “la violencia de género es una realidad. Una triste realidad que asesina mujeres —también niñas y niños— y destroza familias”.

En la undécima edición del Encuentro Oretania de Poetas, celebrado en La Solana, la palabra cobra el sentido más puro. Veintitrés poetas, entre ellos Manuel Muñoz, unieron sus versos para hablar de feminismo, de igualdad; para posicionarse juntas contra la violencia de género. Poetas, mujeres y hombres, que creen en un espacio compartido, en la igualdad de todas las personas y en el amor sincero de los unos con los otros.

Los artistas participantes fueron declamando uno tras otro sus creaciones. En Argamasilla de Calatrava participaron Antonia Piqueras Jiménez, Elisabeth Porrero, Eusebio Loro, Juan José Guardia Polaino, Luis Díaz-Cacho Campillo, Luis Romero de Ávila Prieto, María José Redondo Sánchez-Migallón (Mayu), Natividad Cepeda Serrano, Ramón Aguirre y Teresa Sánchez Laguna, todos ellos poetas de la provincia de Ciudad Real y compañeros de Manuel Muñoz Moreno en el libro ‘Palabras en silencio’, a cuya presentación, en el mes de noviembre de 2019 en La Solana, el poeta rabanero ya no pudo asistir debido a su enfermedad. Como interludio, entre las declamaciones, ‘Tacones Rojos Sonoros’ interpretó ‘Lapiceros de Colores’, una composición sobre la violencia de género, compuesta por Javier Márquez, quien también adaptó uno de los poemas de Manuel Muñoz, que fue interpretado antes de la proyección del vídeo que Manuel Muñoz dejó preparado con su intervención.

Amor y cariño

Finalizada la primera parte del homenaje, este continuó con algunas lágrimas cuando la mujer del poeta homenajeado, Begoña Mansilla, tras palabras de agradecimiento a todos los presentes, inició su intervención con una expresión de Manuel Muñoz: “el amor y el cariño es la argamasa de la que nace la palabra”; una intervención en la que fue interrumpida en varias ocasiones por la emoción del momento y los cálidos aplausos de un auditorio entregado.

“Los últimos poemas que Manuel publicó aparecen precisamente en el libro ‘Palabras en silencio’”, aseguró Begoña, quien también explicó que “Manuel cuando comenzó a escribirlos ya conocía su enfermedad y de ellos puedo decir simplemente que me parecen muy, muy hermosos. Están llenos de cariño y llenos de luz”. Y recordó cuando el editor les llevó al hospital varios ejemplares, que “nos acompañaron hasta el último momento”.

Begoña leyó un poema de su marido, el último que él le había leído, “un poema que rinde homenaje a todas las mujeres de la familia”, del que Begoña dijo que “simplemente con cambiar el género en dos palabras y pasarlo del femenino al masculino se obtiene, por así decirlo, la igualdad; vale tanto para un hombre, como para una mujer: Lo tenemos vivo entre los muertos./Dejó el manantial del amor./Aprendimos que no es fácil/superar todos los límites,/ni alcanzar todas las metas,/¿o acaso no es absurdo controlar/lo que la vida cercena?/Su herencia la sostenemos/como una esencia/que nos abre el universo./Es lo que tiene el amor/que cualquier beso, caricia/o gesto, sentido hasta el alma,/lo hace eterno”.

Begoña fue obsequiada por los componentes del Alfar Arias, Graci Arias y Ángel Leal con un detalle de barro, adornado con dos hojas rojas de manzano y la leyenda “su herencia la sostenemos/como una esencia/que nos abre el universo”.

Begoña Muñoz, hija de Manuel

Y la tarde cayó, la noche se fue apoderando poco a poco del parque y eso permitió que el vídeo montado con las colaboraciones de Manuel Muñoz, se pudiese apreciar en toda su plenitud. La imagen y la voz del poeta emocionó a todos y a pesar de la frescura de la tarde/noche, el calor subió en los corazones y algunas lágrimas asomaban tímidamente a los ojos, mientras la congoja anudaba gargantas.

Difícil escapar a las emociones desatadas del momento, especialmente para su hija mayor, que inició la ronda de palabras, versos y silencios que a continuación amigos y familia volcaron en su recuerdo. Un momento que, seguramente, quedará en la retina de la mayoría de los presentes durante muchísimos años.

Begoña Muñoz, quien dijo sentirse “muy afortunada por ser hija de Manuel Muñoz, por ser hija de mi padre”, y visiblemente emocionada aseguró que el homenaje, que se estaba celebrando, “es maravillo” y les permitía “conocer una faceta suya que en muchas ocasiones no llegas a conocer del todo como hija” y sentía que el legado literario que había dejado “vivirá mucho más allá, incluso que nosotros mismos”. Begoña coincidía con su madre al asegurar que los escritos de su padre, “se llenaron de luz”, en el tiempo que ha estado participando en los ‘Encuentros Oretania de Poetas’.

Tremenda la carga emocional del momento, cuando los recuerdos atenazaban la garganta de la hija, para reponerse rápidamente con gran entereza dejando que el cariño hacía el padre permitiese que un torrente de palabras fluyese para alabarlo, mostrando sentimientos totalmente encontrados de pena y alegría al mismo tiempo, especialmente cuando recitó un poema “muy íntimo” que Manuel Muñoz, su padre, había compuesto para sus dos hijas en el momento en que llegaron a edad adulta, “para vencer los miedos”. Begoña Muñoz, cerró su intervención con la lectura de otro poema, que su padre había escrito en el año 2018, con motivo de estar pasando por un delicado momento personal y afectivo “para que me viniera arriba”, llamado “Hija a la vida hay que desbordarla”.

Amigos

Por su parte Ataúlfo Solís Letrado, “rabanero y amigo de Manolo”, relató cómo había recibido una llamada de Begoña y de sus hijas, tras la que se personó en el lecho de muerte del poeta y a petición de la mujer y sus dos hijas, leyó a su amigo el prefacio que había escrito para el libro ‘Hojas rojas’ y al igual que en aquella ocasión, se lo volvió a leer a Manolo, volviéndose a emocionar una vez más. El acto continúo hasta bien entrada la noche, con la intervención de todos los que quisieron dejar constancia de sus sentimientos hacía Manuel Muñoz Moreno, poeta de Argamasilla de Calatrava.

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