Celia Jiménez Mediano, trabajadora social en el ámbito de las migraciones y la protección internacional.- Hoy, se conmemora el Día Internacional de las Personas Refugiadas. Hoy, en una semana donde tenemos recientes varios ataques racistas como el asesinato de una persona de origen magrebí al grito de “aquí no queremos moros”, o el apuñalamiento de otra persona de origen latino, al grito de “los inmigrantes me quitan la comida”, y otro sin fin de ataques que, poco resuenan en nuestra sociedad.
En los últimos años, según manifiestan numerosos colectivos de personas migrantes, así como defensores de estas, los ataques racistas han ido aumentando a un ritmo acelerado, pero gran parte de estos, no tienen difusión, ni cuentan con denuncia interpuesta por numerosas razones, siendo las más recurrentes, el miedo a una nueva agresión, el miedo a que la denuncia repercuta en el proceso de regularización de una persona, etc.
Las dos última agresiones racistas se han desarrollado en un contexto donde, por razones políticas, entre otras, el discurso de odio, xenófobo y racista ha tomado durante los últimos año un especial peso. Son miles los bulos que recorren nuestro país tratando de incrementar cada vez más el odio hacia la población migrante. Por el contrario, existen campañas de eliminación de dichos bulos, pero lo cierto es, que los espacios más accesibles para la población están repletos de estos mensajes racistas, por lo que, desde las organizaciones dedicadas a la eliminación de estos bulos, se nos complica la labor a medida que el discurso de odio aumenta.
La realidad a la que se enfrenta la población migrada en nuestra sociedad es, cuanto menos, complicada. Son muchos los obstáculos a los que se enfrenta una persona extranjera que llega a nuestro país. En primer lugar, el desconocimiento del país de destino, una nueva cultura, una nueva posible lengua, un sistema educativo o sanitario distinto, nueva gastronomía, etc. pero sin duda, el obstáculo mayor es el rechazo de la sociedad española, el miedo ante los sucesos que a diario viven o escuchan.
Hoy, día 20 de junio, es el día de dar voz a aquellas personas que sufren este rechazo, que ven como cada día más gente se suma al discurso de odio basado en mentiras, bulos y noticias falsas, que ven lo difícil que es iniciar un proyecto de vida en un país occidental, europeo y con, supuestamente, unos derechos como personas. Hoy, en lugar de seguir escuchando al odio, quizá podamos dedicarnos a escuchar la otra versión, la cara de quienes están en pie de guerra en esta lucha contra el racismo en España, porque quizá, no todo lo que escuchemos sea cierto.
En 1951 se firma la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados que da lugar a esta fecha de conmemoración, pero 70 años después, ¿tenemos una conciencia de acogida a la personas que solicitan este estatuto? Según informa el Ministerio del Interior, en 2019 fueron 118.264 personas las que pidieron protección Internacional en España, habiendo sido resueltas favorablemente únicamente el 5% de estas, según refleja CEAR en su informe anual 2020. 118.264 personas que han conseguido llegar a nuestro país huyendo de diversas cuestiones que han imposibilitado la permanencia en su país de origen y que, sufren el rechazo de una parte de la población española. 118.264 personas que llegaron a tierras españolas, y al menos 1.250 personas que, según el informe anual de CEAR 2020, perdieron su vida tratando de llegar a nuestro país (40.000 en lo que va de siglo).
Por todo esto, hoy, 20 de junio de 2021, es momento de pedir que, como sociedad, seamos capaces de analizar la información que nos llega, que tratemos a ver más allá de lo que los discursos de odio nos quieren transmitir y de reivindicar más presencia gubernamental y administrativa que permita que aumenten las resoluciones favorables de solicitudes de asilo y que se terminen con todas estas muertes en trayecto.
20 de junio, un día para conmemorar el derecho al asilo, pero sobre todo para seguir reflexionando.