Devoción, tradición y mucha emoción centraron la festividad del Corpus Christi en Porzuna

Con todas las medidas de seguridad frente al Covid-19, Porzuna celebró este domingo su Corpus Christi, una de las citas más esperadas por los porzuniegos y porzuniegas.

Por segundo año consecutivo, la pandemia impidió que esta fiesta declarada de Interés Turístico Regional y Bien Inmaterial de Interés Cultural pudiera celebrarse con todo su esplendor. Aun así, el espíritu del Corpus estuvo más presente que nunca y Porzuna volvió a emocionarse y a vibrar con pequeños gestos simbólicos que sirvieron para recordar la fuerza de esta fiesta única en el mundo que se ha convertido en una de las señas de identidad del municipio y en uno de sus principales atractivos turísticos.   

Desde las seis de la mañana, unas 25 personas en representación de los diferentes grupos de alfombristas de los diversos barrios se dieron cita en la Plaza de la Iglesia para adornarla con las tradicionales alfombras de serrín y sal.

En esta ocasión, se confeccionaron tres alfombras testimoniales que llenaron de colorido el entorno de la Plaza de la Iglesia. Una de ellas, representando un gran sol, rodeaba la estatua del Danzante, cuya figura también lucía algunos elementos típicos de la vestimenta de los danzantes, como un mantón de manila en el cuerpo y el típico pañuelo en la frente. A sus pies, se colocaron las zapatillas que lucen los danzantes y las castañuelas.

La segunda alfombra, de grandes dimensiones y de color azul, estaba situada en la puerta de la Iglesia y representaba una gran Custodia dorada, acompañada de motivos florales y de dos mantones de manila.

La tercera alfombra, que estaba situada junto al altar ubicado frente al Danzante, aludía al Año de San José y consistía en un gran círculo en el que aparecía la imagen del Santo y las palabras humildad, fe y generosidad.

Junto a la realización de estas alfombras, este año se retomó la tradición de entonar ‘los buenos días’ al sacerdote y al alcalde. Los sonidos de bandurrias, guitarras y castañuelas de la rondalla de Porzuna tomaron las calles para cumplir con este ritual que da la bienvenida al Corpus Christi. Los integrantes de la rondalla, que también hicieron una parada en la Vivienda Tutelada para cantar a las personas mayores que residen en ella, estuvieron acompañados por los componentes del Grupo Folclórico San Pantaleón y por algunas participantes del Grupo de Folclore de la Universidad Popular ‘Nuestra Señora del Carmen’.

Ya por la tarde, el foco de atención se trasladó al interior de la Iglesia Parroquial donde se celebró la Eucaristía. Los niños de Primera Comunión tuvieron un protagonismo especial ocupando los primeros bancos. Uno de los momentos más emotivos fue cuando el sacerdote recorrió el pasillo central con la Sagrada Forma y los cinco danzantes que se encontraban en la Iglesia en ese momento llevaron a cabo los pasos de la tradicional Danza del Corpus, bailando de espaldas.

La concejal de Cultura, Prado Rodríguez, ha realizado un balance muy positivo de esta fiesta y ha destacado que “un año más, y a pesar de las circunstancias, ha podido sentirse la intensidad y la emoción que transmite nuestro Corpus Christi”. En este sentido, ha dado las gracias a todas las personas que se han implicado en la elaboración de las alfombras, a los danzantes, a la rondalla, a los grupos folclóricos y a todo el pueblo en general “por contribuir a mantener viva la llama del Corpus de Porzuna” y ha confiado en que el próximo año “la procesión pueda recorrer las calles de la localidad entre las típicas alfombras, altares y arcos de vegetación, acompañada por la ancestral Danza del Corpus”.

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