Pilar Serrano de Menchén.- Nacida en Puertollano, María Gracia Arias Mora es una mujer que acaricia la luz para que el barro se perpetúe en cada creación alfarera que realiza. Gracia tiene una sensibilidad creadora y sonriente. Su dulzura enternece, porque su corazón late en cada suspiro que mueve el torno y el entorno de esta dama manchega y sabia.
Ya su propio nombre, que deviene del latín y significa garbo, gracia, alegría, donaire…, y teológicamente es la gracia o el socorro que Dios concede a sus hijos, definen a una mujer de tierra adentro y de esmerado humanismo y servicio creativo a la sociedad de nuestro tiempo. Súmese a lo anterior que nuestra laureada alfarera y una de sus hijas llevan el mismo nombre, que es de la Patrona de la ciudad de Puertollano, Nuestra Señora de Gracia.
Quizá por ambas cosas, Gracia está unida a la gleba del séptimo municipio más poblado de nuestra Región; porque ella crea y recrea, con sus mágicas y áreas manos, piezas singulares para que nosotros admiremos su hacer y su quehacer y nos vayamos sintiendo barro alfarero uniéndonos a su labor.
Mujer de altas prendas personales suma unión con las de su marido, Ángel Leal, también alfarero por emoción y vocación. Ellos dos, al unísono, junto a sus hijas: María Gracia y Rosa Leal Arias, años ha que abrieron en Puertollano, no sólo sus famosos (tiene dos) Alfar Arias, sino otro dentro de un espacio realmente excepcional en Argamasilla de Calatrava, que después diremos, titulado: Centro Alfarero La Estación.
Sabidurías académicas
Pero centrémonos ahora solamente en las sabidurías académicas de Gracia Arias; pues a decir de sus biógrafos (entre otros Julio Criado[2], periodista, empresario y editor de numerosos libros), tiene una larga formación en la disciplina del barro, impartida su titulación por la Escuela de Artes y Oficios de Ciudad Real. Posteriormente ampliaría estudios realizando diversos cursos relacionados con tan preciado elemento en “La Bisbal d’Empordá” (Girona). Uno de los centros alfareros más famoso de nuestro País. Fama que deviene del s. XVII-XVIII; pues ya en aquellas épocas, los bisbalenses exportaban piezas a numeroso países, siendo los artesanos de La Bisbal, estudiosos de ancestrales escuelas alfareras y, creadores, artistas, alquimistas y ceramistas, consiguiendo por ello que la marca “Cerámica de la Bisbal” fuera y sea conocida en todo el mundo.
Mas, no acaba Gracia Arias su formación académica en La Bisbal, sino que la amplía en Granada, realizando cursos de alfarería para conocer en profundidad los antiguos hornos de cocción árabe: hoy tan visitados por escasos. Estos hornos, según diversos expertos, ya eran usados por los romanos y por los pueblos ibéricos. Definidos por el humanista y estudioso Antonio de Nebrija (1444-1522), muchos de dichos hornos se usaban como calera en la fabricación de yesos con destino a paramentos de viviendas humildes.
A la par de lo anterior, y porque no hay dos sin tres, Gracia se especializa en otras técnicas y prácticas realizando cursos de alfarería en Bailén (Jaén); ciudad famosa por la notoriedad y calidad de su alfareros; villa que muy bien retrató en la cuarta entrega de los Episodios Nacionales el escritor Benito Pérez Galdós.
Esfuerzo, trabajo y reconocimientos
Mas, los años, el tiempo, la luz de su destino y horizonte, la elige, para que la amalgama de conocimientos y estudios lucieran en las piezas por ella diseñadas y creadas y, a la vez, la llevaran con sus alas al verso vivo del barro. Por ello, en 1984, en su propio domicilio, calle de las Cruces, Puertollano, la familia Gracia Leal abre su primer establecimiento de alfarería. Dos años después, realizan también su primera exposición en Ciudad Real en el Museo Provincial Elisa Cendrero. Al año siguiente participan y exponen en el Hospital de Tavera, (Toledo), antigua sede de FARCAMA (Feria de Artesanía de Castilla-La Mancha).
Y es como si los blasones del Arias que la señalan en su primer apellido, se congratularan y se unieran para que Gracia resonara con su linaje cristiano, amalgamado con el judeo-sefardí, o, como diría don Quijote, estuviera viviendo una aventura aventurada; porque ya en 1989, nuestra protagonista fue seleccionada para participar en el I Congreso Internacional de Cerámica, celebrado en Talavera de la Reina; y en 1991 Alfar Arias se integrara en la Asociación de Ceramología, montando un segundo taller en Puertollano. Es a partir de esas fechas, 1992, que su obra crecería cada vez más, siendo mostrada, con un gran éxito de crítica y público, en la Exposición Universal de Sevilla.
Pero no es casualidad que Gracia Arias destaque en un ámbito tan especial y significativo; pues su valía, además de ser altamente notoria, está llena de hitos realmente extraordinarios: tal que la constancia, el amor a su trabajo, la delicadeza…; mejor, la luz que ilumina su corazón, se hizo antorcha y la fue extendiendo sutilmente hacia un oficio donde la ternura se manifiesta a través de piezas extraordinarias: signos que ponen hitos donde nuestra tierra queda sellada y regalada a través de su caricia y sensibilidad.
Fue y es la ilusión a lo singular, el labrar barro para dignificarnos, crecer hacia los demás a través del vuelo y el consuelo de la arcilla que, María Gracia (Graci para los cercanos), ya en la década 1990-2000, junto a su familia, decide que su nuevo taller esté equipado con un horno que permita cocer trabajos de mayor tamaño y así, no sólo aumentar la producción, sino diversificarla con piezas más complejas; además, su ilusión y creatividad no decae, dedicando, en aquel nuevo espacio, un lugar para ir mostrando piezas de sus primeros años como alfarera y de este modo crear un pequeño museo.
Entretanto las exposiciones en ferias importantes se siguen sucediendo, viajando de nuevo con su obra y exponiéndola, 1997, en FITUR, y llevando una selección de las piezas que más la definen al importante Museu de L’Ametlla de Mar (Tarragona).
Y las horas, los días, fueron y han sido espejo de su quehacer humanístico y vivencial marcando un horario inacabable, no sólo por medio de su sello creativo sino por un generoso esfuerzo que en ella ha primado: creando y trabajando para que la esperanza de los alfares no quede en una mera muestra del pasado. Tal que sucedió en el año 2000, cuando en su ciudad natal se celebra un “Encuentro de la Tinajería”, participando en el mismo numerosos especialistas e historiadores. Entonces, al igual que otros, entiende que debe aprovecharse el evento y dado que se reúnen antiguas y numerosas piezas, dispersas que estaban por los alfares locales, consigue se fotografíen, dibujen y cataloguen aquellas importantes e históricas piezas.
Al año siguiente, por iniciativa de Alfar Arias, se celebra en Puertollano el IV Congreso Nacional de Ceramología en el que Gracia incluye el montaje de la novedosa y magnífica exposición titulada “La ollería en la Provincia de Ciudad Real”.
Mención aparte merece el magnífico Belén que nuestra sonriente, dulce y amable alfarera, modela y forma en aquel pequeño taller creado en 1987, mostrándose por primera vez al público en Puertollano en 1993. El éxito fue clamoroso por lo que las figuritas navideñas se hicieron nómadas viajando para ser mostradas en numerosas exposiciones. Anotaremos las realizadas, desde 2002 a 2006, en las siguientes villas y ciudades: Alicante, Mezquita de las Tornerías de Toledo, Casa de la Marquesa de Almodóvar del Campo, Museo de Arte Contemporáneo de Castilla-La Mancha de Hellín (Albacete)…, repitiendo en varias ocasiones en el Centro Alfarero La Estación de Argamasilla de Calatrava.
A pesar de tan abrumador como exitoso trabajo, Gracia Arias, siguió aportando su luz y su primoroso quehacer a nuestra tierra. Así lo expresa su extraordinaria biografía; pues en la década de 2000-2020, participa en el “XVIII Certamen de Pintura, Escultura, Dibujo y otras Técnicas” convocado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, recibiendo el Premio Extraordinario del Jurado por una escultura en cerámica que ella había presentado.
Esta época, como las anteriores, fue hermosa por dilatada y fructífera; pues le permite abrir un nuevo espacio, ya lo hemos comentado, (CALE), en Argamasilla de Calatrava. Se trataba de un edificio, recién remodelado, de la antigua Estación del Ferrocarril, finales del s. XIX, cedido por el Ayuntamiento de tan notorio pueblo calatraveño para el arte y la cultura, el cual estaba dotado de salas de trabajo: alfarería, formación y galería de exposiciones.
Con este novedoso espacio María Gracia Arias, en 2010, consigue que el mencionado Centro esté incluido en la Guía de “Escapada de Artesanía de la Región” y su persona nombrada “Maestra Artesana de Alfarería” por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, entregándole la distinción, en Talavera de la Reina, el Presidente de nuestra Región, José María Barreda Fontes, en las “III Jornadas de Reconocimiento al Sector Artesano”.
También la publicación de libros sobre alfarería; asistir a distintas y variadas ediciones de Ferias de Alfarería Tradicional (por ejemplo, en la que se celebra la ciudad asturiana de Avilés, FATVA); realizar exposiciones en prestigiosos museos y participar en importantes eventos han escrito su vida y vivencias, como ha sido la participación que Alfar Arias ha tenido en la magnífica y gran Exposición organizada por la Junta de Comunidades a través de la Fundación Impulsa de Castilla-La Mancha en 2019, titulada: “a’Tempora Talavera. Seis mil años de Cerámica en Castilla-La Mancha”.
Encuentros Oretania
Y esta es, muy resumida, la biografía y el idealismo de María Gracia; artista a la que he tenido la gracia y el gusto de conocer a través de los Encuentros Oretania de poesía, participando de su trabajo; pues cada vez que Luis Díaz-Cacho, poeta de versos y libros muy laureados, solanero del famoso Campo de Montiel, vivifica, por medio del periodista y editor Julio Criado, el Encuentro anual Oretania de Poetas, Alfar Arias nos regala a cada participante, una de sus creaciones.
Y es como si los cielos de la palabra, la música, la fotografía…, se sumaran para crecernos en la confraternidad en tan notorios eventos y encuentros: especiales y carismáticos, que se han venido celebrando en distintos pueblos y ciudades de nuestra geografía provincial desde 2009.
Versos escritos para que la luz del atardecer se mitifique de nuevo; pues este año, el libro que se ha presentado en Calzada de Calatrava, titulado «Palabras al campo», ha seguido sumando creatividad con los veinticuatro poetas que lo componen, y las estupendas fotografías de diversos lugares de nuestra provincia, realizadas por el fotógrafo Ventura Huertas Serrano (Vhserrano), el cual, si bien es verdad desarrolla su trabajo como fotógrafo de prensa en diferentes medios de comunicación, además, es artista que ha expuesto obra, entre otros, en el Museo Cristina García Rodero de Puertollano. Exposición titulada: ‘Miradas diferentes’.
Y como lo cálido acerca las sonrisas, duodécima edición que conmemorábamos, Calzada de Calatrava se vistió de gala por medio del exquisito esmero y atenciones de su Ayuntamiento (la alcaldesa, Gema María García Ros, no pudo asistir por hallarse, representando a Calzada, en FITUR), y de la Concejala de Educación de la villa calzadeña, Mari Pepa Ciudad Molero, que, junto a María Mercedes Alonso Díaz, Bibliotecaria de tan ilustre pueblo, emocionadamente presentaron, en el excepcional espacio del patio del Convento de San Francisco, un acto emotivo y singular, siendo en este caso el poeta y escritor, natural de Calzada, Pedro Antonio González Moreno, el prologuista del libro que la Editorial Oretania publica con lo escrito por los poetas participantes.
Ocasión excepcional ha sido, como digo, el XII Encuentro, pues la palabra y la música (que siempre han ido unida a la cita anual de Oretania), estuvo a cargo del quinteto local CRquintet, quienes realizaron tres magníficas intervenciones: Canon en re mayor de Pachelbel, Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo, The old castle de Mussorsky y Andante de Purcell.
También fue gratificante para todos los asistentes que, en esta época fría, triste y desangelada que tenemos y vivimos, Graci siga sonriendo primaveralmente por medio de su quehacer poético-alfarero, extendiendo su grácil y joven sonrisa a todos los participantes, donando, al igual que en las anteriores ocasiones, como muestra de su extraordinario quehacer, creatividad, generosidad y autenticidad, una extraordinaria pieza de cerámica que fue depositada, con mimo por Graci, en las manos de todos los participantes.
Reciba pues mi agradecimiento, cariño y amistad toda su familia. Y en
especial María Gracia Arias Mora, mujer que, apasionadamente, trabaja a favor
de la cultura y de una tierra donde los ideales que la sostienen priman sobre
lo material. Laus Deo.
[1] Fotografía de la página de Turismo de Castilla-La Mancha. En línea: https://accesible-turismo.castillalamancha.es/artesania/maria-de-gracia-arias-mora-alfarera-7395/alrededores/
[2] Díaz-Cacho Campillo, Luis; Criado Julio: (2020), Palabras al campo. XII Encuentro Oretania de Poetas, Calzada de Calatrava. Ediciones C & C, Puertollano (Ciudad Real), pp. 161-165.