Desde el punto de vista estrictamente partidista PODEMOS fue un fenómeno fulgurante que utilizó con fines electorales el clima 15M, coadyuvando al fin del bipartidismo y colocando al PSOE ante la necesidad inexcusable de quincemayizarse, podemizarse e izquierdizarse (como mínimo para repensar la posibilidad de una nueva socialdemocracia).
Una vez que la táctica del sorpasso fracasó, pero con el hiperliderazgo de Iglesias aún muy visible, también más solo, a PODEMOS no le quedaba otra opción que resistir. Y lo hizo. Desde 2017 PODEMOS no era ya un fenómeno, era un partido nuevo y nítidamente más a la izquierda que el nuevo PSOE. Un partido a la izquierda del PSOE que, estando lejos de aquellos 71 diputados de la época álgida, aún cosechaba más éxito electoral que ningún otro que en el pasado hubiera estado en esa misma posición del abanico ideológico. Resistió y, arribando al gobierno de España, mientras perdía representación territorial, así ha llegado hasta hoy: resistiendo y desgastado.
Ahora, con el hiperlíder apartado, con la marca electoral en declive, con un PSOE renovado, y con la emergencia de otra nueva alternativa de corte progresista, populista y ecologista, a los de PODEMOS, y quizá también a sus compañeros de viaje que provienen de IU (aunque estos están más acostumbrados a encoger y no desaparecer), quizas ya no les quede otro camino que no sea SANDERIZARSE a la española. El umbral de la irrelevancia está enfrente, me temo.
¿Qué harán? ¿Resistir en esta coyuntura no es huir hacia adelante?
No creo que quienes apostaron desde siempre por la opción electoral y de gobierno, viéndose ahora tan debilitados, sean capaces de pensar la participación política con otras artes y maneras que no sea la del cálculo táctico de las posibilidades electorales. Pero si hicieran caso a su propio discurso sobre la necesidad de gobernar y escribir en el BOE, resolverían la tesitura de manera estratégica, no táctica. El ejemplo de la corriente de Sanders dentro del Partido Demócrata, bajo el liderazgo de Yolanda Díaz, podría guiarlos para alcanzar dos metas: en primer lugar, que asumieran la clásica tentación socialdemócrata que suele aquejar (individualmente) a los dirigentes y cuadros de las izquierdas radicales en sus horas bajas; y en segundo, que reconvirtieran colectivamente esa tentación para eludir la compraventa desordenada de cargos, para llegar a una alianza, a fin de cuentas, a otra oportunidad de poder, o, si lo prefieren, a una «coalición interna» en la lucha por el poder gubernamental (más aún cuando los hechos sobrevenidos de Murcia y Madrid han trastocado hondamente las tendencias electorales a favor de unas derechas que ya no van a estar tan troceadas y podrían sumar con la ultraderecha). No es menos cierto que es enorme el peligro de descarrilamiento de una operación de esa envergadura: PODEMOS, si se decidiera, lo querría hacer a lo grande y, habida cuenta de su consabida tendencia a la grandilocuencia, podría despertar a la momia del viejo PSOE, la que sestea con la mirada entreabierta roncando improperios.
Sé que hoy por hoy mi reflexión suena rara. ¿Pero no es raro también dar por hecho que va a ser un partido más de la nueva política que no ha sabido distinguir las razones cambiantes de sus momentos espectaculares, y que, como UPyD o CDs, no va a saber cambiar el rumbo que lo arrastra hacia la debilidad, tal vez a la destrucción?
La otra tentación, la de seguir resistiendo, que ya tenía su marca propia en las viejas izquierdas, los de PODEMOS se la pensarán dos veces (seguramente ya lo estará haciendo quien parece que se ha apartado para pensar con más reposo). Ya veremos.
Pedro Oliver Olmo
Sobre el muro
No entiendo esta frase…
El ejemplo de la corriente de Sanders dentro del Partido Demócrata, bajo el liderazgo de Yolanda Díaz,
Que tienen que buscar otra cara impoluta. Y llevan tiempo de campaña con Yolanda. La que dice que el mundo se está fijando en nosotros. Son serviles como pocos.
Para la historia quedará esa votación en la que el líder máximo preguntó a sus serviles si querían chalet o no. Y ellos dijeron a la búlgara: «Chalet, chalet».
Momento glorioso.
Bueno, por el momento, el liderazgo del espacio confederal ha quedado cubierto con Yolanda Díaz, a falta de un liderazgo orgánico en ‘Podemos’…..
La izquierda caduca ya no interesa a nadie. Es casta de lo más detestable. Con esta crisis se le ha caído la careta. Cuenta atrás para que terminen de arruinar y emputecer el país y sus instituciones y los que le siguen hereden cenizas. Después de eso, Historia.
Pues yo creo que «Sanderizarse» es una buena idea. Aquí dejo algunas ideas del político de EEUU:
«Sanders es muy crítico con desigualdad social. Esa en la que la inmensa mayoría trabaja el día entero por el SMI y un escaso 20% concentran la riqueza y el patrimonio del país.
El político socialdemócrata de EEUU propone una reforma fiscal integral, que aumentaría la carga sobre las personas de altos ingresos y la reduciría en las clases medias y bajas. Según Sanders, todos los ciudadanos deben tener la posibilidad de asistir a la escuela e incluso a la universidad sin pagar una matrícula, y el seguro universal de salud debe atender sus necesidades en dicho campo. Cada año, decenas de miles de estadounidenses mueren porque no tienen dinero para ser tratados por un médico.
El estadounidense también busca reducir el poder de los multimillonarios, ya sea limitando su influencia en los medios o regulando de manera más estricta sus contribuciones de campaña; con respecto a este último frente, recuerda a los votantes cuáles son los peligros que conlleva la actual tendencia, que permite a las personas más ricas comprar candidatos y elecciones.
Sanders rechaza los acuerdos comerciales que sólo sirven para ayudar a grandes corporaciones estadounidenses a obtener mayores ganancias. Aunque esos acuerdos favorezcan la realización de negocios millonarios, aumentan el desempleo y el dumping salarial en el plano interno.»