Eduardo Muñoz.- Entendiendo cómo orgullo el «sentimiento de satisfacción hacia algo propio o cercano a uno que se considera meritorio», he de decir que me siento orgulloso de ser Ciudadano, de pertenecer a Ciudadanos, por mejor decir, sabiendo, -o suponiendo al menos-, que esta afirmación puede no ser compartida o entendida del todo, o por todos, cosa lógica, en unos momentos no demasiado favorables para nuestra formación política, a la vez que considero que muchos, también, de quienes me conocen, se hayan sorprendido al saberlo.
Apenas tres meses han transcurrido desde que tomé la decisión de afiliarme a la formación «naranja», -bien lo sabéis algunos y algunas-, siendo suficiente este tiempo para poder asegurar hoy que es, a mi juicio, una de las opciones más acertadas que hasta ahora he elegido.
Igualmente, me siento totalmente satisfecho de pertenecer a un grupo político que se preocupa por tantas personas que no pueden formar una familia por falta de políticas adecuadas, de concienciación, de igualdad de géneros…, siendo conscientes de la repercusión que ello puede tener en un mañana próximo, en nuestro país; que entiende la Educación cómo la principal herramienta para ganar el futuro, apostando por un Pacto de la Educación coherente y único, impidiendo que políticamente se manipule a nuestros hijos; que trabaja por cuidar y mejorar la Seguridad Social, con el ánimo de que siga siendo de las mejores del mundo, por la igualdad real para todos los españoles; que se esfuerza por paliar los trágicos efectos de la despoblación: dificultades, carencia de oportunidades…, son las claves que provocan ésta y que todavía, por desgracia, tiene carencia de soluciones palpables, y no de palabrería.
Me siento sanamente orgulloso, y no es ufanismo de acuerdo con la acepción que cito al principio, de pertenecer a la nómina de un partido, Ciudadanos, que lucha contra la corrupción, -aunque nos toque sufrir las consecuencias de hacerlo-, y apuesta por la eliminación de privilegios, por la erradicación de imputados, de corruptos, de enchufados…, de personas que dicen una cosa y hacen justamente lo contrario; que tiene, y lo está cumpliendo, el proyecto de bajar y hasta suprimir impuestos, en lugar de hacer la vida imposible a quienes se sacrifican para estar al día con las obligaciones cada vez más insoportables para muchas familias; que defiende la pensión digna y garantizada, que quiere que nuestros mayores recobren la tranquilidad que surgió al firmar el Pacto de Toledo, y que perdieron fruto de la «libertad» tomada por los distintos gobiernos; un partido, me consta, en el que algunos de sus miembros padecen de insomnio pensando cómo combatir una notable precariedad que tiene que ver con la calidad del trabajo, en cómo evitar las dificultades a la hora de acceder a una vivienda digna, cómo ayudar en las virguerías que muchos tienen que hacer para llegar a final de mes…, y es que la precariedad es la cruz, por desgracia, de muchos españoles.
Es verdad, no podemos taparlo, hemos perdido hombres y mujeres. Hemos pagado, y estamos pagando, un alto precio por querer esclarecer y terminar con la corrupción, pero no es menos cierto que me encuentro realizado, socialmente hablando, al contarme entre hombres y mujeres que tienen como una de sus metas la organización de un nuevo Sistema Electoral, que entendemos que las «reglas de juego» de la democracia las tenemos que adoptar los demócratas, y no los que quieren terminar con dicho sistema, considerando la necesidad de listas abiertas y de transparencia absoluta; que tiene cómo una de sus constantes eliminar las diferencias entre los derechos y las libertades en un país moderno del siglo XXI… No puede ser la nuestra una tierra con privilegiados y agraviados, con familias que tienen que recurrir a los juzgados para estudiar en español, en España…, y es que una España diversa no es la que intenta transformar la diferencia en privilegio, sino todo lo contrario.
Por todo esto, y por muchas razones más, -aunque a algunos les duela-, Ciudadanos es un partido político necesario, muy necesario, cómo reconoce, por ejemplo, nuestra Presidenta Nacional, cómo reconocemos quienes hemos superado los obstáculos, y lo seguiremos haciendo, con nuestra permanencia en Ciudadanos.