Santos G. Monroy.- Con dos palmos de narices y como caída de un guindo se ha quedado la ciudadanía, y no pocos empleados de las empresas contratistas, tras el mayoritario sí de los trabajadores al Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) planteado por Repsol Petróleo.
Siendo realistas no quedaba otra que apearse de la épica una vez esfumadas como el hidrógeno las bengalas de las movilizaciones, y si atendemos al criterio que más pesa, el de los dineros, era inevitable transigir ante las pretensiones de la empresa, so pena de que 590 trabajadores vieran muy mermadas sus nóminas en las frías costas del paro.
El asunto que irrita una vez más, no obstante, es la utilización de los miedos y terrores colectivos por parte de las plataformas sindicales con el consiguiente deterioro de la imagen de unos sindicatos de clase que parecen ir derechitos y alegremente hacia su destrucción, muy a mi pesar, que soy afiliado, y para regocijo de quienes pretenden acabar con ellos.
Durante el proceso de negociación del ERTE de Repsol se han repetido los errores que en las últimas décadas han derivado sistemáticamente en la utilización de la ciudadanía por parte de unos sindicatos que azuzan a las masas a la revolución en el asfalto, pero que transmiten tibieza sobre las moquetas. Y ahora, tras soliviantar al pueblo en manifestaciones para “defender el empleo”, tras abanderar el rechazo frontal al ERTE esgrimiendo como lógico argumento que el cierre temporal de la refinería afectaría también a miles de familias de decenas de empresas de la comarca, uno se desayuna con una capitulación, comprensible desde el punto de vista humano, pero reprochable desde la óptica de la narrativa sindical.
Llegados a este punto, quizá hubiera sido más lógico y deseable que, vista la inevitable necesidad de negociación, las medidas de presión y las soflamas se hubieran dirigido únicamente contra la propia empresa, vía huelga, y no se hubiera comprometido al conjunto de la sociedad y del entramado empresarial con unas expectativas ilusorias.
El problema no es la situación de los trabajadores de Puertollano que se van a un ERTE, ni su elevado número en comparación con la plantilla afectada en la refinería de A Coruña (aspecto que, da la sensación, tal vez se hubiera podido negociar mejor), sino la pérdida de credibilidad del movimiento sindical para capítulos venideros. Pasó antaño con Silicio Solar o con Solaria, y los precedentes que se siembran así son demoledores ante un futuro que vendrá marcado por la reconversión hacia las energías limpias y la obligada transición ecológica en el que no está garantizado el mantenimiento de los puestos de trabajo ni la justicia social frente a los millonarios beneficios de las compañías.
En un ejercicio de empatía se comprende la rendición bajo la presión de la nómina, pero inquieta la aceptación de que la mayoría de los trabajadores de Repsol Petróleo en Puertollano son prescindibles en un porvenir ecológico. Se disculpa a los sindicatos y su limitado y complicado margen de acción, pero preocupa la debilidad de su liderazgo ante un territorio de incertidumbre sin combustibles fósiles. Se admite la neutralidad de las administraciones ante un conflicto laboral, pero incomoda su impotencia y su retardo, irredentas de sus propios errores. Como verán, al final ni yo me aclaro, como esta sociedad que va dando los bandazos torpes de un hipopótamo atolondrado.
Es prudente y razonable…..
Eres más simple que el mecanismo de un fuelle ¡no te da verguenza! Esta vez no espero el comentario de PJTA ni soy tan condescendiente.
Chapeau , San
El porvenir es maravilloso. No podemos usar combustibles fósiles porque contaminan (China lo seguirá haciendo sin control), pero promueven desde la UE que comamos insectos.
Be Chicken my friend.
No hay sentido ni explicación a estos cambios que nos están imponiendo en un escenario Covid, sin consultarnos, si no analizamos la Agenda 2030.
Ese análisis es el más clarividente de todos pero ningún periodista se atreve a hacerlo.
Los sindicatos son imprescindibles, pero los de verdad, no los sustentados por el Estado sino por sus afiliados, que en eso siguen siendo muy franquistas.
Los sindicatos autodenominados de clase…de primaria. Vendidos.
Sin empresas no hay trabajadores.
Sin sector privado no hay sector público.
Sin libertad no hay prosperidad.
Sin lasgostinos no hay sindicatos.
La UE aprueba el consumo de gusanos como alimento humano ➡ Bruselas sostiene que los insectos son una fuente alternativa de proteínas que puede apoyar la transición hacia un sistema alimentario más sostenible
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El grupo de los arrepentidos va en aumento. El editorialista se suma. Cuando se pagaban generosas indemnizaciones y mayores pensiones, todo a cargo de la Seguridad Social, los sindicalistas se daban golpes de pecho por el triunfo. Gente con apenas 50 años jubiladas. Puestos de trabajo perdidos para siempre. La historia se repite.
El problema no es Repsol, ni el cambio climático, ni la pandemia. El problema es que no somos nacionalistas vascos o catalanes. Somos manchegos, y los políticos de todos los partidos y los sindicatos, nos tratan como merecemos.
¡Excelente artículo!
La baja de pantalones de los empleados ante el patrón, Repsol, me deja anonadado y estupefacto, pero no sorprendido. Como mencionas en tu artículo, antaño existía lo que conocemos como “huelga” como método de enfrentamiento a las injusticias del patrón, pero, claro, eso comportaba que los días de huelga se detraían de la nómina, incluida la parte proporcional de paga extra y vacaciones. Eso lo digo con conocimiento de causa, porque yo he hecho huelgas y sufrido los correspondientes descuentos. Claro está que estos pobrecitos mal pagados empleados de Repsol ni se lo plantearon. Eso sí, para pedir la movilización ciudadana en apoyo de sus puestos de trabajo están los primeros. Si no son capaces de luchar por sus puestos de trabajo, mucho menos iban a defender los de Silicio Solar, Solaria, etc.
Respecto a los sindicatos, yo hace años que dejé de creer en ellos. También los conozco bien, pues yo mismo he participado de algún Comité de Empresa en su día y participado en negociaciones, lo cual me abrió los ojos para ver que están vendidos y renegar de ellos. Por ello, no me ha sorprendido lo más mínimo. Encima, serán capaces de colgarse una medalla y, como comenta alguno, a seguir comiendo langostinos.
Si esta es la reacción ante un ERTE, cuando venga el ERE, que llegará, pues la transición de energías fósiles a energías limpias ha venido para quedarse, no les quedará otra que irse al “cuarto oscuro” a llorar.
Con su altanería egocéntrica y cobarde se lo coman.
Farinatu, si participaste en algún Comité de Empresa…eres otro lameculosss…..te has desenmascarado…
Estos son los sindicatos, luchan por sus puestos de trabajo, a los demás que les den por culo, que me paguen y les engaño como me da la gana, ellos con sus trabajos y los demás en la puta calle, espero que se aprenda la lección y no se de más apoyo a los sindicatos de langostinos he ibéricos y tenér claro q no vais a volver a vuestros puestos de trabajo pronto y en Puertollano, en dos años volvéis a votar a la izquierda-comunista y a sus enchufados los sindicatos.
Os ha ganado la partida los gallegos.
Alucino, repsol presenta un erte y se ataca a los trabajadores y a sus representantes legales, no os parece que nos equivocamos de enemigo? La patronal se regodea con ciertos planteamientos.
Fuerza a los trabajadores…
Calamidad…. Tú que estás en la Luna o en Marte.????
Si alguien a día de hoy todavía se sorprende de que a los empleados de Repsol de Puertollano les sude la polla todo excepto ellos es que jamás ha estado en una reunión Repsol-Contratas.
Ilusos.
Siempre de parte del trabajador, y respetando sus decisiones, en la luna en marte y en saturno, de que parte estas tu?
No os canséis. Aquí hemos salido peor parados porque hay mucho rojo y los sindicatos y muchos trabajadores iban a dar el ruido justo. A pesar de esto aún defendéis al gobierno.
¿No veis que la empresa le está ha rindo un pulso? Es todo política