Grupo Alarcos, investigadores de UCLM que alertan y aconsejan cómo reducir el impacto medioambiental de la vida digital

Detectar el impacto que el tan extendido modo de vida digital tiene sobre el medio ambiente para alertar y concienciar a empresas, administraciones y usuarios a fin de reducir su huella. Ésta es una de las tareas en las que el grupo de investigación ‘Alarcos’ de la UCLM lleva afanado desde el 2013.

Así lo ha explicado la catedrática de Lenguajes y Sistemas Informáticos de dicho grupo, Coral Calero, que, en conversación con Europa Press, ha detallado que desde la Escuela Superior de Informática del campus ciudadrealeño acumulan una trayectoria de más de 20 años en temas relacionados con la calidad de los sistemas de información, tanto en la computación cuántica como en la eficiencia energética del software.

Investigando en la mejora de la calidad de esta parte, se dieron cuenta de la gran cantidad de energía que precisan estas tareas y empezaron a trabajar en conseguir que este funcionamiento fuese el mismo, pero con un menor requisito de energía. Esta búsqueda, ha relatado la también directora del área de Algoritmo Verdes de OdiseIA, ha sido muy lenta, y desde Ciudad Real, junto con otros dos o tres grupos a nivel mundial, centraron sus esfuerzos en desarrollar un dispositivo de medición.

«Empezó siendo muy rudimentario, pero ya tenemos cinco aparatos de medición y herramientas para visualizar los datos. Esto nos ha dado la potencia y nos ha permitido ser capaces de ir a empresas para decirles que podemos medir lo que necesiten», con el objeto de que hagan productos más sostenibles, ha señalado la catedrática.

Pero no solo las empresas son las destinatarias del resultado de sus investigaciones. También trabajan en concienciar a los usuarios y en informarles, por ejemplo, de qué redes sociales presentan una mejor eficiencia energética. «En principio hemos trabajo con Twitter y Facebook y ahora nos vamos a meter de lleno con plataformas de videoconferencia o videollamadas. También con las redes que tienden a usar el audio».

«Cuando nos preguntan ¿solo por mandar un tweet estoy contaminando? La respuesta es no. Tú solo tienes una emisión mínima, pero somos millones y millones de usuarios haciendo operaciones cada segundo», ha precisado catedrática de Lenguajes y Sistemas Informáticos, que se muestra convencida de que, al igual que ha ocurrido con los electrodomésticos, los usuarios se irán dando cuenta de que merece la pena optar por acciones menos contaminantes.

«Cuando la industria que trabaja en el software se conciencie y etiquete las aplicaciones para que los usuarios sepan cuánto consumo hay de detrás de cada una de ellas, estos tomarán conciencia de este problema», ha afirmado.

IMPACTO DEL TELETRABAJO

En este punto, también ha alertado del impacto «espeluznante» que el uso de plataformas como Zoom o Jitsi, cuyo uso se han disparado con la consolidación del teletrabajo que ha obligado la pandemia del COVID-19.
«Nos hemos acostumbrado a trabajar por videoconferencia y nos resulta casi tan habitual como llevar la mascarilla», ha aseverado.

Sobre las consecuencias que el estilo de vida digital puede tener sobre en medio ambiente si no se pone freno, la directora del área de Algoritmos Verdes de OdiseIA ha aludido a las estimaciones que alertan de que en 2030 el 20% de la electricidad mundial será usada por las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, cifra que tacha de «barbaridad».

«Hay que tener cuidado porque la sociedad cada vez va a tener más dependencia de la tecnología y su uso seguirá aumentado. No se puede crecer sin control. Hay que empezar a concienciar para que esa tecnología sea cada vez más eficiente desde el punto de vista energético», ha insistido.

A modo de ejemplo, ha detallado que la diferencia de consumo entre navegar entre la mejor o la peor combinación puede servir para dar luz a varios cientos de hogares españoles, hacer muchos kilómetros en un coche Tesla o incluso iluminar la Torre Eiffel durante varios días. «Eso con el uso de una sola persona. Si se sumarán todas las acciones mundiales en un año los resultados serían impactantes, como poder tener encendida la Torre Eiffel años y años».

EL PAPEL DE LAS EMPRESAS Y LAS ADMINISTRACIONES

No obstante, la catedrática de Lenguajes y Sistemas Informáticos ha insistido en que no solo los cibernautas son los que tienen que tomar conciencia de los efectos que sus acciones digitales tienen sobre el medio ambiente. «La carga ha de estar sobre la industria del software, que es la que tiene que hacer sus desarrollos de forma eficiente».

De igual modo, ha delatado el importante papel que en esta cuestión desempeñan las administraciones, inmersas en propiciar el desarrollo digital. «Si sacan a concurso el desarrollo de un software o de unas aplicaciones tendrán que poner como una de las condiciones el comportamiento energético», ha advertido.

MAYOR SENSIBILIZACIÓN

De otro lado, esta divulgadora considera que el hecho de que haya habido una tendencia al alza y cada vez sean más los grupos que tanto a nivel nacional o internacional se centran en investigar este campo –unos en la medición, otros en el diseño– ayuda a sensibilizar sobre la necesidad de reducir la huella ecológica.

«Aunque sigue siendo un campo de trabajo no mayoritario, empieza a tener presencia en conferencias, en convenciones internacionales o en resultados de relevancia. Estamos en el buen camino. Con la pandemia y el punto inflexión al que se ha llegado en el cambio climático se está potenciando la concienciación», ha admitido Coral Calero, que si bien admite que, en sus inicios, el Grupo Alarcos, fue pionero en el abordaje de la eficiencia energética, ahora son muchas las mentes dedicadas a ello.

Y es que, según ha explicado, desde Ciudad Real trabajan con grupos de Italia, Portugal, Alemania o Emiratos Árabes, así como de A Coruña, Madrid o Murcia, surgiendo, de este modo, una red de trabajo que crea sinergias y nuevos campos de investigación y redunda en la eficiencia energética del software.

CONSEJOS PRÁCTICOS

Estos son algunos de los consejos que desde el Grupo Alarcos lanzan a los usuarios. En el caso de navegadores y buscadores, aseguran que
para búsquedas eficientes, los mejores buscadores son Edge+Google, pero si lo que se pretende es mantener privacidad, recomiendan DuckDuckGo, pero preferiblemente con Chrome. La mejor opción ecológica es Ecosia, también con Chrome.

Para el correo electrónico, se ahorra energía evitando mandar todos los correos con confirmación de entrega y lectura, no guardando todos los correos de publicidad que llegan a la bandeja y vaciando la papelera del correo y la bandeja de spam.

Las sugerencias para hacer un uso más limpio de Whatapps pasan por evitar almacenar todas las conversaciones junto con los archivos multimedia o gifs; no reenviar todo lo que se recibe a los grupos, usar mejor grupos que listas de difusión, que aumentan el espacio de almacenamiento y el consumo de enviarlo.

Respecto a las redes que soportan datos de todo tipo, como Twitter Facebook, aconsejan evitar enviar gifs, imágenes o vídeos para expresar algo que se podría expresar con palabras. En el caso de las redes que
se basan en imagen, como Instagram o TikTok, alertan de que cuanto más movimiento, peor. Aconsejan no participar en cadenas de retos.

Tras recordar que la reutilización de datos multimedia provoca exceso de gasto –como grabar un video, hacer con ese vídeo un TikTok y luego ponerlo en reels de Instagram–, desde el Grupo Alarcos también aconsejan descargar las canciones de Spotify en vez de escucharlas en línea y que PrimeVideo es la más estable en consumo, aunque Netflix parece que ha mejorado su gasto de energía.

Relacionados

1 COMENTARIO

  1. Buen trabajo. Y es que los beneficios y las oportunidades de esta revolución digital son innegables pero también presenta problemas evidentes. Temas de privacidad, seguridad y confidencialidad aparte, somos poco conscientes del impacto ambiental de la tecnología…..

ESCRIBE UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img