Las aves llevan tres semanas sobrevolando la fachada donde instalaban sus nidos desde hace quince años. Un vídeo revela su tenaz e inútil búsqueda.
Una bandada compuesta por cerca de cincuenta vencejos comunes que venía instalando sus nidos en una vivienda cuya construcción llevaba quince años interrumpida, se ha encontrado al regresar de África con que las obras en la fachada han concluido durante su ausencia, de manera que les resulta imposible acceder a los huecos que han utilizado para anidar durante todo este periodo.
Como se aprecia en el vídeo difundido por SEO-Ciudad Real, el grupo local de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), oleadas sucesivas de aves inspeccionan la pared buscando la entrada a sus antiguos nidos. Unas se paran en el borde de los mechinales desaparecidos, otras intentan entrar por las ventanas de la casa, ahora cerradas, y muchas exploran perplejas el alero de la fachada.
Los vencejos llevan así tres semanas, desde que a primeros de abril finalizaron el asombroso viaje de 10.000 km que comenzaron en febrero y les ha traído desde las selvas y sabanas de Tanzania, Kenia y Mozambique. Toda una proeza para unos pajaritos que pesan menos de 40 gramos.
Se sabe que algunas aves insectívoras, entre las que se incluyen vencejos, aviones y golondrinas, tienen una gran fidelidad por el lugar de cría. Siguiendo esa querencia, los heraldos de la primavera se dirigen hacia la población de siempre para instalar sus nidos en la misma calle y el mismo edificio de todos los años. De ahí la insistencia en buscar los huecos que muestran estos vencejos, así como el perjuicio que les causa no poder acceder a su interior.
Se calcula que una sola golondrina consume más de 170.000 moscas, mosquitos y pulgones durante los meses que permanece en la Península, contribuyendo de manera notable a nuestro bienestar. Esa es la razón de que todas las aves insectívoras estén protegidas por la ley.
Sin embargo, a pesar de ser tan beneficiosas para la salud y los cultivos, sus poblaciones están disminuyendo considerablemente. Según datos de SEO/BirdLife, el número de vencejos ha disminuido un 30% en los últimos 20 años; y peor aún es la situación de la golondrina común, que ha perdido un 30% de efectivos en una década. A ello contribuyen los cambios en el medio rural y el uso excesivo de plaguicidas, pero también los nuevos métodos de construcción o la actitud de quienes destruyen sus nidos.
Proteger a las aves insectívoras es una de las mejores formas de luchar contra las plagas de moscas y mosquitos. Los ciudadanos debemos respetar sus nidos y las administraciones públicas estar vigilantes para evitar su destrucción, tanto en época reproductora como fuera de ella; así como tener en cuenta su ubicación antes de autorizar obras que puedan afectarles, exigiendo a los promotores la adopción de medidas correctoras y compensatorias.
“Los hombres de buen corazón deben proteger la vida de los pájaros y favorecer su propagación, protegiéndolos. Los labradores observarán como disminuyen en sus tierras las malas hierbas y los insectos. La Ley prohíbe la caza de los pájaros y señala pena para los infractores” (1).
- Texto de un cartel antiguo de Sevilla en el que se informa de lo dispuesto en la Ley del 19 de septiembre de 1896.
Muy buen artículo, muestra un gran problema que se produce en muchos otros lugares, la difícil convivencia entre humanos y el entorno natural, aportando posibles soluciones al mismo.
Hace falta más implicación de las autoridades y no sólo posando para salir en la foto.
Bueno, la ciudad también es para los vencejos….
El mejor antimosquitos!!