El mítico bar Molina, todo un clásico del tapeo puertollanero y uno de los emblemas históricos de la hostelería local, ha cerrado sus puertas ante las dificultades de la crisis COVID y el alto coste del alquiler.
Según han confirmado sus propietarios, las dificultades asociadas a la epidemia y las restricciones sanitarias, unidas al alto coste del alquiler del local, unos 2.000 euros mensuales, ha propiciado esta dura decisión.
El bar está siendo desmontado en la actualidad y no hay previsión de trasladar el negocio a una nueva ubicación, si bien los propietarios no descartan poder retomar su exitoso camino en un futuro.
El bar Molina, actualmente en el número 65 del paseo de San Gregorio, ha sido durante décadas uno de los establecimientos hosteleros más emblemáticos de la ciudad minera. Legendarias han sido sus migas manchegas y su elenco de tapas, únicas e inimitables, que se han ganado legiones de seguidores, siempre arracimados en torno a su barra.
Solo queda desear la mejor de las suertes a todo su equipo y que la crisis (y el mercado del alquiler) dé un respiro que les permita seguir abanderando al sector de la restauración en Puertollano.
