Alfonso González-Calero .- Antonio Galán, además de bibliotecario (es el responsable de este apartado en la Universidad de CLM), es un ágil y eficaz novelista y narrador; tiene en su poder algunos premios y, lo que es más importante, más de media docena de títulos cada uno de ellos con su propio interés. Hemos tenido la suerte de publicar uno de ellos en Almud: Imagínate lo que dirían (en 2017)
Hace unas semanas obtuvo el VIII premio de novela corta Tierras de León que convocan la Diputación de esa provincia y el Instituto Leonés de Cultura, y ahora ve publicada la obra ganadora: Babancho, un relato de entorno rural, que podríamos englobar (si es que quisiéramos clasificarlo) en esa corriente ruralista que recorre la narrativa española actual y que tan buenos resultados ha dado con Quercus, de Rafael Cabanillas, o Llévame a casa, de Jesús Carrasco, por citar solo dos novelas recientes, ambas muy vinculadas a esta tierra.
Babancho es el relato intenso, contenido, directo de un extraño personaje, un mendigo que vive solo con sus perros y que apenas se relaciona con humanos, por más que con algunos de ellos mantenga vínculos cordiales, si bien esporádicos.
Las preocupaciones y valores de Babancho se resumen en conceptos muy simples: el frío, el agua, la libertad, el miedo, el respeto, la tranquila lucha diaria por una supervivencia, que se nutre de la caridad de algunos parroquianos y de lo escaso de sus propias necesidades. Por otro lado, las personas del pueblo cercano, se mueven en otro registro: la maldad y crueldad de una pandilla de jóvenes delincuentes, la ambición política de un alcalde eterno, o la buena disposición y solidaridad de las únicas personas que aprecian a Babancho: la Catalana, dueña de un bar, el perito agrícola, el médico y el nuevo párroco, dispuestos todos ellos a comprenderle y ayudarle.
La trama es mínima, y no se trata de contarla aquí. Sí de dejar constancia de la fluidez con que transcurre el relato; de lo ajustado de la escritura, que oscila entre la narración en primera o en tercera persona, según las necesidades; de la claridad del lenguaje muy apropiado para un ambiente rural castellano (en la solapa, que no en el texto, se nos habla de un pueblo del sur de la provincia de Ciudad Real), en una etapa que nunca se define pero que no andaría muy lejos de la nuestra actual.
Luis Mateo Díez, el presidente del jurado que otorgó el premio a Babancho señaló que se trata de «una novela que honra al premio». Mateo Díez puso de manifiesto el «alto nivel de calidad en las finalistas» entre las que, además, «había una gran novela», la seleccionada.
Babancho es, en palabras del escritor y académico leonés, «una novela realista, pero de un realismo muy estilizado, hasta un poco sofisticado, con materiales que podrían dar para una novela costumbrista y en absoluto costumbrista».
Instituto Leonés de Cultura; VIII premio de novela corta Tierras de León; 2021; 120 pags.
Una novela corta sobre un hombre que vivía en una cueva en Almodóvar del Campo y que iba por las calles rodeado de perros. Enhorabuena…..