Castilla-La Mancha ha abonado ya, en lo que llevamos de campaña, un total de 618 millones de euros de la PAC con los cuatro millones que mañana viernes se ingresan en las cuentas de alrededor de 1.100 ganaderos de vacuno. En total 574 millones de euros de ayudas desacopladas y 44 millones de ayudas acopladas. A estos pagos se le sumarán el próximo 30 de abril otros dos millones de euros, correspondientes al saldo de ovino y caprino a 267 ganaderos, y se abona, dos meses antes de lo que era habitual.
Así lo ha manifestado hoy, el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural durante su intervención en el debate general relativo a la nueva PAC y sus efectos para Castilla-La Mancha en las Cortes regionales. Francisco Martínez Arroyo ha resaltado una serie de datos que ponen de manifiesto la importancia de esta política europea para los agricultores y ganaderos de Castilla-La Mancha.
La región recibe el 13 por ciento de los fondos del FEAGA, el fondo con el que se financian los pagos directos, siendo la tercera región a nivel nacional; el 16,5 por ciento de los pagos desacoplados corresponden a pequeños agricultores, siendo la segunda región a nivel nacional. El 12 por ciento de los pagos complementarios a jóvenes y la región cuenta con el 15,7 por ciento de beneficiarios de los pagos. En superficie elegible con ayudas, representa casi el 20 por ciento del total de España.
Al año se reciben alrededor de 650 millones de euros en el primer pilar en la región y estas ayudas llegan a 110.000 agricultores y ganaderos, que cumplen ser agricultores activos, una definición propuesta en la PAC actual que ha sido “inoperante”, en palabras del consejero, porque ha mantenido un modelo caduco, con la denominada “agricultura de sofá” y a cambio, ha lamentado, se ha prescindido de cerca de 300.000 agricultores de nuestro país, debido exclusivamente a que en las negociaciones se excluyó a los más pequeños.
Y ahora, es el momento de propiciar los cambios. Es por ello, que Martínez Arroyo ha pedido a los grupos parlamentarios que se pongan de acuerdo para defender la PAC, que beneficia a todos, “principalmente a los responsables de la tierra en nuestra región, agricultores y ganaderos”, siendo la política más importante para ellos, no solo por la contribución a la renta, sino para el desarrollo del medio rural y para que haya un sector agroalimentario fuerte.
El corazón de la PAC
En este sentido, ha desgranado uno a uno los cinco puntos que “son el corazón” de la futura PAC para Castilla-La Mancha, en palabras del consejero, y que pasan por la definición del agricultor genuino, la convergencia real en 2023, la desaparición de los derechos de pago, un techo por explotación que derive en una ayuda redistributiva y la priorización de las mujeres, para que reciban más fondos del primer pilar de esta política.
En este sentido, Francisco Martínez Arroyo ha insistido hoy en que Castilla-La Mancha quiere “convergencia real en el año 2023”, con la nueva PAC y con muy pocas regiones, “con las mínimas posibles”. “Porque si hacemos otra cosa estaremos traicionando a los agricultores y ganaderos de Castilla-La Mancha”, ha asegurado.
Ha argumentado que desde la región se han hecho propuestas concretas y “siempre tuvimos claro que nuestra estrategia era defender a todos los agricultores y ganaderos de Castilla-La Mancha, que no nos quedara ninguno fuera del sistema y, sobre todo, ayudar a los que más necesitan que haya una administración agraria en su tierra, a los profesionales”.
Así trasladará las propuestas de Castilla-La Mancha en la reunión bilateral que la semana que viene mantendrá con el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.