José Antonio Contreras Nieves. Portavoz Sanidad Grupo Socialista en las Cortes de CLM.- Desde que el pasado 30 de enero de 2020 la Organización Mundial de la Salud (organismo sanitario creado en 1918 para afrontar crisis sanitarias globales) declarara el brote del nuevo coronavirus COVID-19 como una “emergencia de salud pública de importancia internacional” y posteriormente el 11 de marzo de 2020 la elevara al rango “pandemia”, esta ha golpeado a todos los países del mundo con gran brutalidad, mostrando cierta fragilidad del sistema de cuidados en un sistema sanitario hasta entonces sólido, pero afectado por una década de recortes desde la crisis financiera de 2008.
La pandemia nos ha puesto ante una situación novedosa, de incertidumbre y vulnerabilidad que nos ha obligado a adaptarnos con rapidez ante el reto de afrontar una situación de esta magnitud.
Una vez hemos aprendido a afrontar la peor crisis sanitaria a la que el mundo se ha enfrentado en el siglo XXI, y gracias al esfuerzo y la solidaridad del conjunto de la ciudadanía, junto con el intenso trabajo de los profesionales sanitarios y sociosanitarios, el Gobierno de Castilla-La Mancha se ha caracterizado por la progresividad y adecuación de las medidas adoptadas para hacer frente tanto a la crisis sanitaria, como a la social y económica, en función de la evolución de la situación epidemiológica y la capacidad del nivel de atención sanitaria basadas en la evidencia científica y la protección de las personas más vulnerables.
Castilla-La Mancha ha sido una de las comunidades que más ha invertido a nivel sanitario en relación a su Producto Interior Bruto (PIB), en la protección de la salud y en la lucha contra la pandemia, contratando a 9.000 profesionales sanitarios más, apostando por una red de más de 1.000 profesionales de vigilancia epidemiológica (rastreadores) para detectar los casos de la manera más precoz posible, muy por encima de los ratios que la Organización Mundial de la Salud recomienda, lo que sitúa a Castilla-La Mancha a la cabeza en trazabilidad de casos en España, así como la aprobación por las Cortes regionales de la Ley de Reserva Estratégica de Material de Protección y Equipamiento Sanitario, única en España.
Ahora, se ha abierto un escenario esperanzador con la vacunación de la población frente a la COVID-19, que tiene por objeto vacunar en un tiempo récord, acorde con el suministro de dosis que facilita la Unión Europea (UE) a los Estados miembros, al conjunto de la población. Pero también es necesario “vacunarse” contra el “populismo epidemiológico” que, desde el comienzo de la pandemia, desgraciadamente, se ha practicado desde el Partido Popular de Castilla-La Mancha, alimentando miedos, creando bulos y generando crispación, más en la idea del enfrentamiento y desgaste del Gobierno que en la necesidad de colaborar con la sociedad y generar comportamientos y políticas de pactos y consensos tan imprescindible en momentos de obligado trabajo en común.
A pesar de esta difícil situación, también cabe destacar la aprobación el pasado 9 de marzo de 2021 por el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha del nuevo “Plan de Salud de Castilla-La Mancha Horizonte 2025”, fruto del trabajo conjunto de más de 200 profesionales y grupos de interés entre los que se encuentran profesionales sanitarios y sociales, representantes de sociedades científicas, colegios profesionales y Universidad, como un instrumento de planificación estratégica, dirección y ordenación del sistema sanitario que representa un hito importante para nuestra región, donde entre sus objetivos está incrementar hasta en un 24 por ciento el presupuesto destinado a la salud pública de Castilla-La Mancha, afianzando y apostando por un sistema comprometido con la igualdad, la equidad y la promoción de salud que priorice medidas accesibles para toda la ciudadanía.
A esto se suma el esfuerzo en inversión para la Atención Primaria, uno de los ejes fundamentales del sistema sanitario, a la que ya se destina el 26% del presupuesto de Sanidad, porcentaje que se sitúa por encima del compromiso inicial del Gobierno de Emiliano García-Page.
Esta manera de trabajo del Gobierno regional en alianza con toda la sociedad de Castilla-La Mancha está demostrando “resiliencia” o capacidad para adaptarse a los cambios y a la crisis vital que nos ha tocado vivir juntos, con una apuesta decidida para seguir trabajando de manera compartida por la reconstrucción de los efectos de esta crisis sanitaria y caminando junto a la sociedad castellanomanchega con escucha y comprensión en esta difícil situación, sin recortes sociales y protegiendo a la población más frágil y necesitada de apoyo y solidaridad.