Jesús Millán Muñoz.- Es un medio-instrumento de escritura-dibujo, consiste en una barra de pigmento, grafito o carbón de leña o color mezclado con arcilla y, en 1760 los italianos lo pusieron dentro de un cilindro de madera alargada.
Este es el segundo artículo que redacto sobre este tema, el primero por razones de la informática se perdió hace unas semanas o un par de meses. Desde 1564, que se encontró una mina de grafito en Seathwaite Fell, Cumbria, en Inglaterra, el lápiz o lapicero ha formado parte de modos y métodos de escritura y de dibujo del ser humano. Anteriormente se utilizaban tizas, sanguinas y otros métodos para el dibujo.
Debemos ser conscientes que un modesto lápiz ha sido un instrumento que revolucionó diríamos los modos de comunicación, diríamos que el mundo se hizo bipolar, por un lado la tinta y la pluma de tinta, en sus métodos tradicionales, y por otro lado, el lápiz-lapicero. Ambos conformaron el sistema de comunicación humana, el lápiz, además como un elemento esencial para la enseñanza, teniendo en cuenta, que además, al ser borrable, era un medio más económico para expresar la realidad humana, enseñar y reenseñar, aprender y reaprender los alumnos, durante generaciones…
Pertenezco todavía a una generación, que utilizaba el lápiz, aprendió a escribir, a “hacer cuentas”, a dibujar, lo mucho o poco que éramos capaces de reaprender mi generación, con el lápiz. Después, y al mismo tiempo, se completó o complementó con lápices de colores…
Al lápiz se le han ido añadiendo elementos, en 1850 se añadió un borrador al extremo del lápiz. Con lo cual la goma y el grafito se incorporaban en un solo elemento, y en consecuencia, era más fácil, la utilización en cualquier lugar. No olvidemos que la tinta de pluma, no podría utilizarse en todas las situaciones, (por un lado el papel, por otro lado el tintero, por otro lado la pluma), por ejemplo, en un tren en marcha, pero el lápiz, sí.
Debemos, no olvidar, que la primera revolución industrial, un siglo de la economía capitalista o liberal-capitalista, con todas sus luces y todas sus sombras, con una enorme cantidad de cálculos matemáticos para la compraventa de multitud de mercancías y transacciones, el lápiz debió de ser un elemento esencial… Quizás, un modesto medio-modo-instrumento-técnica fue esencial, con otros, para la primera fase de la revolución industrial, de 1750, la segunda fase de 1850, fueron elementos determinantes para todos los cambios que sucedieron en ese siglo. Igual o semejante, que la máquina de escribir posterior, en uno de estos vaivenes de la revolución tecnológica e industrial, se incorporó o incorporaron…
Según algunos historiadores, expresan, que en estos últimos cinco siglos, Europa, ha ido sufriendo como en una sinfonía, se han ido insertando, una serie de instrumentos nuevos, es decir, una serie sucesiva de revoluciones. Sintetizando, primera, la revolución religiosa luterana, de 1517, y la Contrarreforma del Concilio de Trento, segunda, la Revolución científica, que iría un arco de tiempo, desde Copérnico hasta Newton, tercera, las revolución políticas (la Parlamentaria Inglesa, la Revolución de Independencia Americana, la Revolución Francesa), cuarta, la revolución económica industrial (del carbón, de la máquina de vapor), cuya primera fase es alrededor de 1750.
Diríamos que estos cuatro grandes “instrumentos” de revolución se interrelacionan entre sí, y han creado el mundo moderno que conocemos, no solo en Occidente, sino en la totalidad del mundo. Ahora, por ejemplo, estaríamos entrando en la cuarta fase de la revolución industrial.
Todo lo anterior, no solo se debe a un factor, sino a docenas o cientos de variables-factores-medios que se interrelacionan entre sí. Y, uno, uno de todos esos elementos intervinientes, es el humilde y modesto lápiz.
Debemos tener en cuenta, que sin el lápiz, no se habrían podido plantear gran parte de las artes de estos últimos siglos, es decir, muchos bocetos o borradores de poemas, se escribieron a lápiz, y cuándo el autor consideraba estaban terminados, se pasaban a tinta, muchas obras de arte, pinturas, primero se hacían bocetos a lápiz, y, después, se les insertaba el color y la forma. Sin olvidar el dibujo en sí, la obra como dibujo terminado…
Bien harían los humanos, en ser más generosos y agradecidos, ya que la vida real, está formada y conformada, por una multitud enorme de elementos-instrumentos-medios-modos de hacer y de ser, de técnicas, que apenas conocemos a los autores, y que no nos acordamos de ellos. Pero también de multitud de instrumentos pequeños, por ejemplo, un alfiler, por ejemplo, la producción industrial en serie del alfiler, elemento esencial para la revolución industrial, un simple y modesto lápiz, para expresar realidades externas, llevar direcciones de empresas, para expresar sentimientos e ideas, sean literarias, sean en forma de arte plástico, para aprender a leer-escribir-algebrizar el mundo…
Pero si se me permite, con este modesto artículo sobre un modesto medio-instrumento-técnica, el lápiz-lapicero, también quiero mostrar y demostrar, ante mis coetáneos, que si este redactor-plumífero-escribiente es capaz de pergeñar una columna, sobre el lápiz y la punta de un lápiz, deben admitir, que en condiciones normales, con situaciones normales, podría redactar sobre cualquier tema de la vida real, cotidiana o rutinaria, social o política o cultural, dicho sin caer en vanidades o en soberbias. Quizás, sea tiempo de señalar esta realidad, por diversos motivos-razones que no vienen a cuento, aquí materializar en bits de información. Espero que esta segunda versión de este tema-columna no se pierda en el mar ignoto de la informática. Paz y bien.