Jesús Millán Muñoz.- Ha coleccionado un millón y medio de libros, suele comprar unos mil libros al mes, es la mayor colección de libros privadas de la India, posiblemente del mundo, obtuvo en 2016 por el Limca Book of Records.
Gowda ha coleccionado libros en 22 lenguas de la India, además de otras lenguas de fuera del mundo hindú, dispone de 56.000 revistas internacionales, 10.500 revistas en idiomas locales de la India, 2.500 ediciones sobre el libro sagrado hindú de Bhagavad Gita, 2.500 libro sobre Gandhi, varios cientos de ediciones de la Biblia, la obra literaria de Kannada Kuvempu, etc. También colecciona monedas, sellos, carteles de películas, billetes antiguos en inglés o indios, invitaciones, tarjetas de boda o de felicitación. Actualmente lo expone en la Casa del Libro, Pustaka Mane, en el distrito de Mysuru.
Indica Google, que en el libro existen o existían hace unos diez años, ciento treinta millones de libros-títulos diferentes. Teniendo en cuenta todos los idiomas, todos los alfabetos, todas las temáticas, entendiendo que el Quijote o la Biblia, solo sería dos de esos ciento treinta millones. Sin contar o narrar todas las ediciones que se han podido ir se realizando a lo largo de los siglos.
El ser humano, a lo largo de la historia, ha necesitado, expresar e impresionar sus conocimientos o ideas o sentimientos, en algo fuera de él, fuera de su memoria, algo que fuese más estable o perdurable que la memoria individual, y algo, más permanente que el diálogo entre dos o varias personas. De ese modo, a lo largo del tiempo, inventó o descubrió la escritura, y ésta fue materializando, en forma de signos o dibujos desde la prehistoria, diríamos los grabados y pinturas y dibujos prehistóricos, podríamos indicar que sería “una especie de primera escritura”, gráficos e imágenes que representarían ideas. Unos signos que exteriorizaban realidades interiores, individúales y colectivas en una gruta o en una pared.
Después, hemos ido inventando o descubierto, en distintos materiales: sobre piedra, sobre arcilla, sobre papiro, sobre pieles de animales, sobre madera, sobre papel, ahora sobre tecnologías informáticas. Incluso nuevos materiales de grabación-materialización, grabar sonidos, grabar imágenes (fotografía, cine).
Diríamos que hemos inventado-descubierto una enorme bodega-depósito-repositorio externo a nosotros mismos. Eso son los libros, los libros en la forma actual, descubrimiento de la Edad Media, que pasó de la escritura del rollo al códice, es decir, de un rollo enrollado, a una serie de hojas, unas sobre otras formando un tomo-códice-libro.
En todos estos sistemas, es decir, materiales, las miles de lenguas que existen o han existido, la diversidad de textos, del pasado o del presente, o incluso, los que surjan en el futuro, por ejemplo, el actual Internet o la actual WWW o la actual Nube, etc., el ser humano, la humanidad, la persona individual intenta no solo comunicarse, es decir, crea infinitos modos de conceptos o ideas o notificaciones, que podríamos indicar, son solo económicas o empresariales o mercantiles o disposiciones para el desarrollo de multitud de oficios y profesiones que el ser humano tiene para que el mundo sea y siga existiendo.
Al final, Estados Unidos ha catalogado unos trece mil oficios o profesiones diferentes en su sociedad. Para eso, se necesitan medios de comunicación, escritos y hablados. Ahora diríamos que en los dos sistemas tradicionales existentes de comunicación, el lenguaje oral y el lenguaje escrito, se ha añadido la imagen, se envían tantas imágenes o fotografías como mensajes escritos, a través de móviles o tablets u ordenadores…
Y, además de comunicaciones entre los seres humanos, necesitamos, también dejar “constancia o materializar ideas o conceptos o datos”, que podemos pensar, pueden servir a generaciones futuras, a las actuales y al futuro. Generalmente, en forma de libros, quizás, ahora con la revolución teleinformática, también en distintas páginas-blogs de Internet. Es decir, multitud de conocimientos de todas las temáticas, ciencias, saberes, artes, culturas, lenguas que conforman el mundo humano. Por un lado, la proyección de la interioridad humana, individual o colectiva, social o cultural sobre el exterior, sobre otros seres humanos. Y, en segundo lugar, diríamos la captación de lo exterior a cada ser humano, para intentar entender o comprender, sea la Naturaleza, sea la Sociedad, sean otros seres humanos, sea la Cultura, sea las cuestiones Metafísicas-Religiosas-Espirituales…
Hecho en falta, en el bosque-selva de Internet, quizás yo no lo haya encontrado, o quizás este en alfabetos hindúes, una entrada en Wikipedia sobre este coleccionista y sobre su colección, hecho en falta también, una Web oficial de esta librería o casa del libro. Porque de ese modo, sería más fácil recabar informaciones. Aunaría todo lo que vayan creando, es decir, archivando, base de datos, noticias, videos, etc.
Espero y deseo, que ahora, con los medios que disponemos, técnicos y humanos y económicos, fuese posible, que con los escaneos que todas las bibliotecas del mundo están haciendo de sus fondos, dentro de poco tiempo, docenas de millones de libros estén ya para ser vistos o leídos, en la galaxia de Internet, en todos los idiomas, en multitud de ediciones del mismo libro.
Espero también, que este deseo de mostrar y enseñar las grandes obras culturales del ser humano, también se materialicen o volatilicen en Internet, los millones de obras de arte, que los humanos hemos ido creando a lo largo de siglos. Obras que están en miles de museos de todos los temas, en multitud de colecciones privadas y públicas, en distintos lugares físicos del mundo…
Y, espero, por último, que millones de obras culturales, que los humanos hacen, autores y autoras, que apenas son conocidos, que posiblemente, solo existe una copia, un ejemplar, el manuscrito a mano o a máquina o a ordenador, cientos de millones de obras de arte, de música, de todas las artes, de fotografías, se encuentre la forma, que al menos, en las bodegas ilimitada de Internet, también puedan quedar para generaciones futuras. Que un autor que ha estado cincuenta años escribiendo libros que a nadie interesan, o realizados miles de dibujos o pinturas o composiciones musicales, etc., que nadie aprecia, al menos, queden esos textos y en fotografía todas esas obras, para generaciones futuras. Creo y estimo que ahora, podemos dar ese salto cualitativo.
Pienso que para los poderes reales y fácticos y gestionadores del mundo, esto sería bueno. No habría que quemar libros, ni censurar informaciones, ni a personas, con tal cantidad ingente de documentación e información, todo queda olvidado de alguna manera, “ningún manifiesto social o político o económico o cultural o artístico” tendría el eco que han tenido otros en siglos pasados. Solo quedaría a lo sumo para el estudio de especialistas, nunca sería un elemento de cambios radicales que ellos o la sociedad en general, no quisiese o no consensuase. Se escribiese lo que se escribiese. Espero que esta segunda versión sobre este tema, no se pierda, porque el primero, en el vientre de la informática, sin saber porqué y cómo se perdió o volatilizó en la nada. Paz y bien.