La hostelería en las poblaciones pequeñas, donde no hay tantos habitantes como en las grandes ciudades y, por tanto, tienen menos trajín urbano, se ha vuelto a demostrar como más allá de la cuestión económica, articula la vida en las calles y contribuyen a la alegría colectiva. Tras la reapertura de los bares rabaneros, así se vuelve a notar, de nuevo, en Argamasilla de Calatrava.
Café Bar ‘Donde Sea’
José Luis Moya y Tomás Soriano son desde el 18 de agosto de 1987 algo más que amigos. Son compañeros, emprendedores y serviciales hosteleros al servicio del buen ánimo en Argamasilla de Calatrava, caiga lo que caiga. No en vano, el eslogan de su negocio es, desde aquel martes de primera apertura, el buen humor, e impregna el ADN con que se gestó el Café Bar ‘Donde Sea’. Siempre en la Glorieta Navarra.
Una denominación que llama la atención y cuya explicación no es, sino, una muestra de ese compadreo de que ambos hacen gala. “Es una anécdota. Una mañana de cervecitas por el pueblo y aunque no teníamos local pero estaba ya pensado y saliendo de tomar algo de un bar cuatro parejas que íbamos, no sabíamos dónde ir a tomar otras y dijimos pues vamos ‘donde sea’ y dije yo, pues ya tenemos nombre”, dice José Luis, jocoso.
“Tenemos buenas tapas, como todo el mundo, pero nuestra especialidad es el buen humor”, como así reza en los toldos de la cubierta que hace de antesala al local y que cubre parte de esa terraza que luego se sumaría con la remodelación de la zona en lo que antaño era parada de taxis.
En “toda una vida” como llevan de entrega Tomás y José Luis, sienten el privilegio del lugar, si se tiene en cuenta que “todo lo que se hace al lado de los grandes monumentos como las iglesias [templo parroquial de Nuestra Señora de la Visitación en este caso], tiene que funcionar”, abunda con ese buen humor que preside su día a día.
A la pregunta sobre ‘qué ofrecen’ también a su clientela, no duda en apuntar que “un horario completo todos los días, no descansamos desde las seis de la mañana [en circunstancias normales] hasta el cierre, ofrecemos buenas tapitas y el fin de semana improvisamos un poquito, sobre todo los domingos según la temporada del año y los sábados que hacemos migas que nos las impuso este chico que está aquí al lado”, Manolo, uno de los fieles, al parecer, del ‘Donde Sea’.
Tomás y José Luis no están solos. Con ellos trabajan dos compañeras y siempre han tenido personal trabajando y en verano es más importante este incremento de plantilla. Gracias a ello se pueden atender también los numerosos pedidos que se les pueden hacer para llevar a casa, circunstancia que suele darse en fin de semana.
Para ello se les puede telefonear en los números 926 460 422, 618 195 410 y 630 271 883 y, como tantos otros negocios llegados a esta época tecnológica cuentan también con Facebook.
Bar ‘El Tapeo’
La plaza del Ayuntamiento es territorio de Bar ‘El Tapeo’, que dispone de una agradable terraza al cobijo del arbolado que preside el lugar. Su mentor es puertollanero, pero Julián Hidalgo lleva afincado en la población rabanera desde hace una década. “Abrimos el local y ya me vine aquí a vivir”, comenta.
Este padre de familia está contento con la acogida que Bar ‘El Tapeo’ ha tenido en todos estos años. “La verdad que muy bien, vamos, para no ser del pueblo. El recibimiento ha sido muy bueno y estamos muy contentos con la gente y con la clientela que tenemos”, apunta mientras no deja de preparar esas tostadas y cafés tan propios de los desayunos que ofrece.
Desayunos para empezar el día, sí. Pero a lo largo de la amplia jornada de trabajo evoluciona la carta a base de raciones variadas, bocadillos para todos los gustos, hamburguesas, sándwiches o pinchos y tapas con que acompañar la bebida y, sobre todo, el agradable rato de conversación con familia, amigos o compañeros de trabajo que hacen un alto en su cotidianeidad.
Para el forastero el nombre de su particular especialidad de la casa no deja de sorprender. “Aquí casi lo más famoso son las patatas ‘guarreás”, comenta sin perder esa sonrisa y afabilidad que le define. El término no entraña más misterio que ser unas patatas bravas, pero aliñada con salsas ketchup y alioli.
Como tantos otros establecimientos hosteleros que cuentan con terraza, la disponibilidad de la misma está siendo tabla de salvación en momentos tan complicados este último año. La de Julián está en este otro punto neurálgico de la localidad, en plena plaza consistorial, donde cuenta con espacio suficiente para atender un número adecuado de mesas.
En esta zona exterior “trabajamos casi diría que entre un 80 y un 90 por ciento, porque a la gente le gusta sentarse fuera, más que dentro”, apunta. Y otro fuerte de su negocio es y siempre lo ha sido, la posibilidad de hacer encargos y pasar por el local para recogerlos a la hora acordada.
El horario de apertura es continuado, de lunes a domingos, desde las 8 de la mañana, prologándose el característico sacrificio de los hosteleros en este caso hasta 21,00 horas en invierno y hasta bien entrada la noche en verano, en condiciones normales claro. “Echamos más horas que en casa”, señala el gerente de Bar ‘El Tapeo’.
Y eso es lo que también facilita ‘El Tapeo’ a los demás, poder disfrutar en casa de su carta. Se pueden hacer pedidos para luego recogerlos a través del teléfono 618 280 851. La carta se puede consultar en su web corporativa, www.bareltapeo.com y también cuentan con página en Facebook.
Churrería ‘El Chato’
También es habitual encontrar cierto trajín, aunque en menor medida por tener un horario más reducido a tenor del tipo de negocio que es y de no contar con las terrazas de sus colegas, en la esquina de las calles Amargura y Tercia. Ahí se ubica Churrería ‘El Chato’.
Su mentor, José Quilón Navas, lleva siete años al frente de este negocio ubicado en un local de su suegro y, por eso, la denominación comercial que le quiso dar al mismo, que se divide en las tres zonas, la de trabajo o cocina donde elabora los deliciosos churros o tostadas, una barra de bar al uso presidida por la cafetera y zona de mesas.
Los desayunos son por tanto la especialidad de una casa que abre sus puertas a las 7 de la mañana y las mantiene así, ofreciendo servicio, hasta las 12 del mediodía o poco más o menos. Lo hace José todos los días de la semana, incluidos los fines de semana porque, como dice con una sonrisa en la boca, “no descansamos”.
Su clientela es diversa porque a casi todos apetece, al menos alguna vez, cargarse de energía de una manera tan deliciosa para afrontar la jornada. Desde trabajadores a madres que hacen un alto una vez han dejado a su prole en el colegio para afrontar con fuerza y optimismo la mañana cuanto menos.
Es muy frecuente en este tipo de establecimientos y, por tanto, también en Churrería ‘El Chato’, acudir al local para recoger los churros y llevarlos calentitos allá donde se vayan a degustar. Además, si se prefiere y resulta más cómodo, a José se le puede llamar al 619 648 297 para así poderlos tener listo a la hora convenida.
El chocolate caliente es otra posibilidad añadida, además de poder optar por el café y alguna que otra copa para tomar en este afable negocio familiar, que José leva solo y que en ocasiones como cuando “hay más trajín”, especialmente los domingos, cuenta con el apoyo de su mujer.
La hostelería vuelve poco a poco a la actividad en Argamasilla de Calatrava…..