Coordinadora Local de Izquierda Unida de Alcázar.- Desde el pasado 8M la situación mundial ha cambiado. La pandemia ha visibilizado lo que el feminismo y el socialismo venimos diciendo desde hace mucho tiempo. Un nuevo modelo de sociedad justo y sostenible es necesario. Ante este capitalismo generador de desigualdades, guerras, muertes y crisis ecológica, nosotras construimos alternativas.
Llevamos un año luchando de muchas maneras, sosteniendo un día a día lleno de urgencias e incertidumbres. Nos hemos seguido organizando “online” y en los barrios y pueblos, hemos estado con nuestras vecinas en las redes de apoyo mutuo, en los desahucios, apoyando los servicios públicos, visibilizando las tareas de cuidados, luchando por la dignidad de los trabajos feminizados, precarizados y contra la falta de derechos de muchas de nosotras:
Las mujeres en Brasil han conseguido que se reabrieran hospitales para seguir ejerciendo el derecho al aborto, en Chile siguen avanzando en un proceso constituyente, las campesinas de la India forman parte de unas de las movilizaciones más grandes de la historia y el ejemplo de las polacas nos da fuerzas para seguir luchando contra el fascismo y la extrema derecha. Por todas ellas y por nosotras, este 8 de Marzo salimos a conmemorar nuestra fuerza, nuestras luchas y nuestras alianzas. Porque la nueva normalidad debe ser un mundo nuevo, donde la producción y la reproducción estén al servicio de las personas y el planeta.
La pandemia ha demostrado que somos esenciales para sostener la vida en hospitales, residencias y hogares: cuidadoras, limpiadoras, enfermeras o trabajadoras han estado en primera línea contra el COVID, pero desarrollan su trabajo desde la precariedad (el 44% de las mujeres ocupadas no llegan a cobrar el SMI). Es el momento de revertir las reformas laborales y atajar la precariedad y la feminización de la pobreza ante esta crisis en la que entramos.
Desde Izquierda Unida reivindicamos la universalización de los cuidados desde la interdependencia, ecodependencia y corresponsabilidad con los hombres, las empresas y el Estado. No podemos permitir que los cuidados sigan recayendo en el trabajo de las mujeres, tanto el no remunerado como el remunerado pero precarizado, invisibilizado y feminizado.
Desde IU apostamos por un Sistema Estatal de Cuidados que ponga la vida en el centro y articule un cambio ecosocial, de modelo productivo y de relación entre las personas y con el planeta. Por lo que saludamos el Plan Corresponsables como primer paso de los muchos que debemos dar para pasar de un modelo de cuidados “low cost” por uno que garantice la dignidad para las que cuidan y para las que son cuidadas de manera justa y sostenible.
Contra todas las crisis, ahora y siempre, reivindicamos lo público y lo común. Estamos convencidas de que, sólo desde una visión integral que atienda las necesidades específicas de cada una, podremos dar una respuesta colectiva. Solo desde la perspectiva feminista seremos capaces de abordar la reconstrucción del tejido social, económico y público a través de estrategias de redistribución de la riqueza como palanca que garantice la justicia social. Especialmente para las mujeres pensionistas. Reclamamos pensiones dignas y garantizadas para todas y medidas que reviertan la brecha salarial y el suelo pegajoso que nos aboca a las mujeres al umbral de la pobreza. Este es un ejemplo escandaloso del porqué. Desde IU exigimos que se incorpore la perspectiva de género en todos los planes de reconstrucción y se evalúe su impacto de género para evitar que esta crisis aumente la desigualdad de las mujeres.
Desde Izquierda Unida reivindicamos que nuestra salud no es una mercancía. En medio de esta guerra por la supervivencia, las farmacéuticas duplican beneficios, 10 países poseen el 75% de las vacunas y 130 países no tienen ninguna. Exigimos una gestión solidaria de la vacuna, la eliminación de las patentes y una industria farmacéutica pública que garantice la igualdad en el acceso a los recursos y que cambie la lógica del beneficio por la del cuidado, que de respuestas globales y garantice la inmunidad de toda la población mundial.
Ante el desborde del feminismo, vemos cómo la derecha y la extrema derecha criminalizan al feminismo, culpabilizándonos de los contagios, a la vez que niegan la violencia de género y las desigualdades que vivimos. Mientras nosotras seguimos avanzando. Cada 8 de marzo volvemos fuertes y juntas llenando las calles, como parte de ese grito global internacionalista y en lucha constante que nos hace avanzar como sociedad. Muestra de ello, es la lucha por garantizar nuestros derechos sexuales y reproductivos a nivel global. Desde IU exigimos aborto libre, seguro, gratuito y en la Sanidad Pública para todas, educación afectivo sexual obligatoria y para todas las etapas educativas y desde una perspectiva feminista.
La pandemia ha vuelto a dejar de manifiesto las situaciones de desprotección, exposición al contagio y la falta de derechos de las mujeres en situación de prostitución. Desde Izquierda Unida seguimos construyendo un camino abolicionista de la prostitución y transinclusivo, a la vez que nos reafirmamos en contra de los vientres de alquiler y la mercantilización de nuestros cuerpos. Ante estas realidades, en IU planteamos la urgencia de un plan integral contra la trata y la prostitución que articule medidas, planes, alternativas y derechos que garanticen las vidas dignas de todas las mujeres explotadas sexualmente.
En IU trabajamos por conformar un frente común. Desde Izquierda Unida no tenemos dudas, el feminismo no es sólo la lucha de las mujeres, es un prisma que amplifica nuestras luchas, interpelando directamente a las realidades materiales de quienes más sufren y creando alianzas y estrategias para cambiar las desigualdades que vivimos día a día la clase trabajadora.