Jesús Millán Muñoz.– Dentro de dicho campo de concentración existía un servicio de identificación, denominado Erkennungsdienst, donde trabajaban ocho presos, entre otros estos dos españoles, cuya finalidad eran tomar fotografías de los prisioneros.
No vamos a narrar aquí, salvo algunos matices, la historia de este campo, uno entre muchos, ni de estos dos fotógrafos, que tomaron opciones heroicas, para intentar que esa documentación no se perdiese, y saliese a la luz pública. Como así sucedió ya que fue una parte importante en la demostración de los juicios posteriores a la segunda guerra mundial.
Aunque uno busque razones y argumentos empecemos por lo más simple, ¿por qué la jefatura de ese campo, quiso realizar fotografías de las personas que pasaban por esa realidad sociopolítica, cuándo, por lo general, en toda la cuestión de la Shoah u Holocausto, evitaron que quedase o se materializase documentos de ningún tipo…?
En segundo lugar, ya que se han realizado reportajes, incluso película sobre dicha realidad, porqué no se ha intentado hacer lo mismo, incluyendo, al resto de presos fotógrafos, quizás, podría dar mucha luz, a tal acontecimiento, por respeto a tantas personas que terminaron con sus huesos en ese lugar y en otros…
¿Pero la gran pregunta, es como una parte de la humanidad fue capaz de realizar esa “crueldad organizada industrialmente contra otra parte de la humanidad”? Podríamos indicar, que el siglo veinte, en el mundo, en todas las geografías, hubo diferentes realidades de este tipo, que se interrelacionan de algún modo: genocidios, y, cuatro tipos de campos: campos de prisioneros, campos de trabajo, campos de concentración y campos de exterminio…
Bueno, sería, que algún historiador, nos indicase, qué número de personas, del siglo veinte, pasó por alguno de estos lugares o situaciones, desde sujetos de genocidio, que pudieran escapar o que no, y desde luego, personas, que estuviesen en alguna de las otras situaciones, que pudieran sobrevivir o no. Si planteásemos esta perspectiva del estudio del siglo veinte, quizás, nos encontraríamos, que más personas de las que pensamos, en el siglo veinte, pasó por alguna de estas situaciones… ¡Personas que las mayorías sufren y callan, recuerdan y lloran, y que apenas dicen nada, salvo algunos matices, ni siquiera a sus propios familiares…!
¿Por qué la humanidad se hizo a si mismo esto, porqué parte de la humanidad fue capaz, aunque fuese pequeña, realizar a otros seres humanos esto? ¿Cómo la humanidad puede organizar una hecatombe de este tipo o estilo, organizar y gestionar, teorizar, llevar a la práctica, y, por tanto, materializar esta enormidad de “desastre”, es decir, ir en contra del “quinto mandamiento de Moisés” de forma masiva, de forma industrial…?
¿Por supuesto que a lo largo de estas décadas, se han aportado razones-causas-motivos de todo tipo, diríamos divididos en dos tipos de tiempos, aquellos que se produjeron antes y en esos tiempos, segundo, los que se construyeron después…?
¿La pregunta que continúa, como espada de Damocles, década tras década, si esto podría repetirse, más, si se ha repetido, de alguna manera, en otras zonas del mundo…? ¿Porque no olvidemos, que en Eurasia, en toda Asia y no solo en Europa, se produjeron, realidades similares a la que de alguna manera retrataron estos dos fotógrafos…?
¿Se puede explicar por solo la ideologización máxima de una parte de la población, el hambre de una parte de ella, la superpoblación en relación con la generación anterior, el temor de dos sistemas sociopolíticos enfrentados, y, multitud de otras causas-motivos-razones, entre otros, que podría poner a parte de esa población que realizaba esos actos, obtener beneficios, en dinero, oro, obras de arte, industrias, etc., de las personas que enviaban a campos de exterminio…?
¿Puede explicar esta realidad, debida al odio máximo de una parte de la población hacia otra parte, odio máximo conservado y aquilatado y anquilosado durante décadas…? ¿Podríamos aquí recordar las teorías sobre el mal y la maldad y el Mal, que a lo largo de los siglos se han ido produciendo, en los campos, especialmente de la literatura, filosofía, teologías, ciencias sociales, etc.? ¿Pero…?
¿Toda esta mezcla de factores-causas-variables-realidades-intereses puede explicar este fenómeno, los campos de concentración y exterminio, que de alguna manera, no solo se produjeron en Centroeuropa, sino en otras partes de Asia, debidos, en última instancia, a unas banderas o a otras…?
¿Han pasado décadas, de unos fenómenos y de otros, no todos realizados y construidos al mismo tiempo, sino producidos en distintas zonas del mundo, en mayor o menor grado, con unas características o con otras, en torno a distintas años del siglo veinte…? ¿Cómo en una sinfonía, que un movimiento o instrumento se va repitiendo, en distinto lugar y dimensión y parte, en distinto trozo de la partitura, esos compases negros y “renegros”, llenos de dolor y angustia y muerte, que no somos capaces de encontrar los adjetivos apropiados a tanto mal y tanta maldad…?
¿Y, continuamos con la mismas dos preguntas, cómo, con unos colores o con otros, se pudo producir estos fenómenos, en unas zonas del mundo o en otras, en unas décadas o en otras, con unas banderas y otras? ¿Y, la segunda, el gran temor, se podría repetir, de otro modo o manera o forma…? ¡Quizás, la escena-relato-mito-realidad de la escena de Adán y Eva y de la tentación y Tentador, explique más de lo que estamos dispuestos a aceptar y creer y entender y comprender…!
¡Estos dos fotógrafos, nos presentan un panorama de un momento concreto, pero que podría servir como entidad-realidad-símbolo, de fenómenos similares en otros lugares, que quizás, se han quedado sin fotografías y sin fotógrafos, ni que jamás después hubo Juicios por crímenes contra la Humanidad…? ¡Paz y pax y pan y bien…!