La alcaldesa de Puertollano, Isabel Rodríguez, ha valorado los trabajos de investigación que se desarrollan en Puertollano en la primera biorrefinería tecnológicamente avanzada a escala demostrativa en España, durante la visita que ha realizado a Clamber.
Rodríguez ha hecho un recorrido por las diversas instalaciones junto con la concejala de medio ambiente, Noelia Caballero, que han seguido con interés los distintos procesos de producción y las líneas investigadoras del centro, de manos de Esteban García Romero, director del Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha, y Juan José González Ruiz, director de Clamber.
En colaboración con varias empresas Clamber ha desarrollado a escala semi-industrial un proceso de digestión anaerobia en dos etapas, mejorando la producción de biogás. Hasta la fecha se han valorizado 70 toneladas de residuos orgánicos, cantidad equivalente a lo que produce 0,8 habitantes anualmente, para obtener 1030 Nm3 de biogás, lo que equivale a 6430 kwh, que a su vez equivale a la energía que consumen anualmente 14,1 habitantes españoles.
Con estos procesos, con la basura orgánica producida anualmente por una persona, se puede suministrar energía durante una año a casi 18 personas, ahorrando aproximadamente 1,6 toneladas de CO2.
Producción de bioplásticos
Además dentro del proyecto Urbiofin y en colaboración con otros socios ha desarrollado a escala semi-industrial un proceso de producción de bioplásticos para el sector agrícola y cosmético a partir de los restos orgánicos de la basura producida en los hogares.
Con el proyecto Bioregio, Clamber y su biorrefinería, desarrollado por la Viceconsejería de Medioambiente de la JCCM, fue considerado como una buena práctica a replicar por otras regiones europeas en materia de valorización y circularidad de corrientes biomásicas.
Un laboratorio de experimentación a disposición de las empresas
La biorrefinería está diseñada y construida para llevar a cabo la investigación de los procesos físicos, químicos y biológicos, desde el laboratorio a una escala muy cercana a la industrial. Su objetivo es poder determinar si los procesos de transformación de la biomasa en bioproductos de interés son técnica y económicamente viables, así como establecer los parámetros de operación óptimos de dichos bioprocesos para el posterior diseño y construcción de las plantas a escala industrial.
La planta Clamber está destinada y a disposición, tanto para las empresas generadoras de los residuos valorizables, como de todas aquellas empresas, organismos o dependencias que tengan desarrollado un bioproceso novedoso a escala de laboratorio y deseen realizar las pruebas y experimentos necesarios para la optimización del mismo a distintos escalados intermedios, y de este modo, determinar su viabilidad antes de realizar una gran inversión a escala industrial. En definitiva, se minimizan enormemente los costes necesarios para desarrollar industrialmente una idea.