La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete tiene previsto juzgar este viernes, 9 de octubre a D.C.R., acusado de engañar a menores de edad, ganándose la confianza de todos ellos, para posteriormente intentar realizar el acto de masturbación con ellos y ponerles contenido pornográfico. Unos hechos por los que la Fiscalía pide un total de 9 años y 8 meses al acusado.
Según el escrito de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Press, el acusado iniciaba la relación con los menores de manera cordial, tratando temas de conversación como el fútbol puesto que a los menores los conocía por formar parte de un equipo de fútbol-sala de Albacete. Una vez ganada su confianza, les invitaba a su trastero, así como a dar vueltas con su coche, e ir a partidos de fútbol del Albacete o a merendar y cenar.
El primer menor con el que tuvo contacto fue con F., a quien conoció en el invierno de 2016., al verlo jugar en un equipo de fútbol-sala de la ciudad. Durante un tiempo perdieron el contacto pero en junio de 2017 lo retomaron quedando para verse más a menudo e invitando D.C.R. tanto a F. como a sus amigos a un trastero que tenía y que era propiedad de sus padres para «jugar a la Play» y fumar cachimba o tabaco.
Un día, sin especificar en el escrito, el acusado por mensajes de teléfono, le propuso a F. que fuese a su casa para hacer un trío con una chica a la que iba a llamar pero la proposición fue rechazada por el menor.
RELACIÓN CON OTROS MENORES
Otro de los menores con los que contactó el acusado es A., amigo de F., con quien jugaba en el mismo equipo de fútbol. El acusado conoció a A. en noviembre de 2017 a través de otro menor, J., el cual le envió un mensaje para ir a recogerlo, presentándose junto al acusado que llevó a los menores a dar una vuelta en su coche.
El acusado contactó con A. a través de una red social y empezaron a entablar una conversación sobre juegos de fútbol, pero poco a poco las conversaciones «fueron subiendo de tono» y el acusado terminó por preguntarle al menor sobre temas sexuales. En uno de los mensajes el acusado le escribía a A. si quería ir a su casa para masturbarse juntos y proponiéndole en otro mensaje hacer un trío. Unas peticiones a las que el menor «fue dando largas en todo momento» sin llegar a quedarse a solas con él.
Otro de los menores, cuya inicial también es A., también habría estado en contacto con el acusado y habría asistido junto a F., A., y J. a su trastero donde el acusado, de manera insistente, hablaba de temas sexuales e incluso en los meses de verano, llegaba a quedarse en ropa interior, intentando en alguna ocasión bajarles a los menores los pantalones.
Otro de los momentos que se recoge en el escrito fue cuando el acusado, acompañado por F. y A., les propuso ir a un descampado a masturbarse, a lo que ambos menores no accedieron pese a la insistencia del acusado.
MENOR CON EL QUE MÁS RELACIÓN TENÍA
En relación al menor J., el acusado habría mantenido contacto con él continuado, pues iba a recogerlo en el coche a la puerta del centro educativo en el que estudiaba, habiendo acumulado numerosas faltas de asistencia a clase para irse con él a su trastero.
Una de las veces en las que se encontraban en el trastero del acusado, en el mes de octubre de 2017, tras darle un masaje en las espalda y mientras veían una película pornográfica, el acusado propuso al menor masturbarle, consiguiendo hacerlo ante el temor del menor, que accedió creyendo que de no hacerlo no le dejaría salir de allí.
A partir de ese día, J. continuó yendo al trastero del acusado para «jugar a la Play» y fumar cachimba y a pesar de que D.C.R. le hacía proposiciones para masturbarle y hacerle felaciones, no llegó a pasar nunca nada al negarse el menor a sus peticiones.
Asimismo, en las conversaciones por mensaje que el acusado mantenía con J. le proponía ir a su casa a que le hiciese un masaje que «tenía que ser completo», y que si perdía «a la Play» el menor, el masaje «tenía que ser completo, con final feliz».
Ese día, pese a que J. acudió a la cita y fue al trastero, no llegó a pasar nada puesto que su madre se personó en el trastero tras ver la conversación en el móvil que había usado su hijo para hablar con el acusado. Consiguió la localización del lugar por medio de F., logrando con su presencia que el menor se marchase del lugar al ser sorprendido por su madre.
Así, a pesar de que no resulta acreditado que ninguno de los menores haya visto afectadas sus actividades en ámbitos formativos, relacional o familiar, no se descarta que J. tenga secuelas psicológicas en un futuro.
Según el Ministerio Fiscal, el acusado era en todo momento consciente de la edad de los menores –tenían menos de 16 años–, y no se aprecia en él signos de déficit cognitivo ni intelectual ni la presencia de trastorno mental que impida o limite su capacidad volitiva o intelectiva.
DELITOS DE LOS QUE SE LE ACUSA
El fiscal considera que los hechos sob constitutivos de un delito de abusos sexuales a menor de 16 años por el que le piden 4 años de prisión; cuatro delitos de los previstos en el artículo 183 del Código Penal, por los que le piden 14 meses por cada uno de los delitos; y un delito continuado de exhibición de material pornográfico a menores por el que le piden un año de prisión.
Asimismo, se pedirá la prohibición de acercamiento a domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro lugar en que se encuentren o frecuenten y comunicación con cada una de las víctimas durante un periodo de cinco años, salvo para el menor J. que la prohibición se alarga hasta un periodo de 8 años.
Además, se pide que se imponga al acusado la medida de libertad vigilada durante 8 años a ejecutar después de la pena privativa de libertad. Y se impondrá al acusado la pena de inhabilitación especial para cualquier profesión u oficio que conlleve contacto directo y regular con menores de edad por tiempo superior en cuatro años a la pena privativa de libertad que se le imponga.
Por último, se pide que el acusado indemnice al menor J. en la cantidad de 6.000 euros por los perjuicios morales causados, mientras que al resto de menores, se pide que les indemnice a cada uno de ellos en la cantidad de 1.000 euros por los daños morales causados.