¿Parches económicos o soluciones reales?

ZapateroCarlos Otto-Reuss
http://ottoreuss.blogspot.com/
Si por algo se caracterizan los políticos es por no intentar hacer nada a largo plazo. Un político siempre es más partidario de parches (gracias a los cuales podrá hacerse la foto y atribuirse el mérito) antes que de reformas profundas y poco visibles, pero efectivas.

Un político prefiere aumentar las horas de clase en la ESO o llenar las aulas de ordenadores antes que ejecutar verdaderos cambios en la forma de plantear los modelos de enseñanza. Un político prefiere llenar una carretera de remiendos antes que ponerse a hacer una nueva que estará finalizada cuando él ya no esté. Un político prefiere tirar de talonario para diseñar una programación cultural antes que formar a su población en disciplinas artísticas mediante un proceso de aprendizaje cuyos resultados no serán efectivos hasta dentro de 15 años.

{mosgoogle}Algo así podría pasar con la economía. Zapatero anunciaba hace unos días que a los parados se les dará una moratoria de dos años para que puedan pagar el 50% de su hipoteca. A priori, sin duda, es una medida excepcional y desahogadora que permitirá a muchísimos ciudadanos afrontar el pago de su hipoteca con cierta relajación y tranquilidad. Sin embargo, y como les dicen las madres a los hijos que se meten en un grupo de rock, «esto es pan para hoy y hambre para mañana». Esta moratoria se convierte en una gran noticia a corto plazo, pero, ¿qué pasará a medio plazo? ¿Qué pasará cuando dentro de dos años los parados no sólo tengan que reanudar el pago de su hipoteca sino que incluso puede que el coste haya subido considerablemente? Los ciudadanos tenemos que saber lo que hacemos y tenemos que ser prudentes, pero, ¿lo seremos? Si no lo somos, más de uno se encontrará con un problema muy pero que muy gordo allá por 2011. En principio Zapatero debería haberse cubierto bien las espaldas, ya que por entonces aún será presidente. No obstante, ¿y si resulta que no tiene pensado presentarse a la reelección? En ese caso podría darle igual ese problema. Y si se presenta, ¿qué hará? ¿Soltar otra millonada para alargar y aplazar aún más el problema? Lo que está claro es que el futuro se presenta bastante incierto y no sabemos qué podrá pasar.

No es la primera propuesta de Zapatero que se somete a este tipo de dudas. El año pasado, casi por estas fechas (un mes antes), ya supimos del plan de ayudas al alquiler por el que todos los jóvenes de entre 22 y 30 años que ganen menos de 22.000 euros anuales recibirán nada menos que 210 euros al mes para afrontar el pago del alquiler de su vivienda, una medida ante la que un servidor fue el primero en frotarse las manos. Sin embargo, ¿qué pasará cuando finalicen esos cuatro años? En este país (y en la mayoría) pasan casi las mismas penurias para llegar a fin de mes Van Nistelrooy y una ama de casa, ya que ambos viven al límite o incluso por encima de lo que pueden. ¿Qué pasará cuando un joven se dé cuenta de que durante cuatro años ha vivido 210 euros mensuales por encima de sus posibilidades? ¿Qué pasará cuando vea que tiene que disminuir radicalmente su ritmo de vida si no quiere quedarse sin un duro? Como ya decíamos antes, los ciudadanos tenemos que saber lo que hay y deberemos ser prudentes, pero, ¿lo seremos? Y Zapatero, ¿sufrirá las consecuencias negativas de esta medida que tan bien fue acogida al principio?

Recopilando todos estos asuntos, quizá deberíamos hacernos dos preguntas: en primer lugar, ¿debe el Gobierno ayudar a los ciudadanos tirando de talonario o ha de preocuparse también por los excesos que podemos cometer haciendo uso de este talonario? Y en segundo lugar, ¿son las medidas económicas de Zapatero realmente útiles? ¿O lo único que hacen es alargar un problema que cuanto más se aplace más grande será? Lo cierto es que, por lo pronto, poco podemos predecir. Habrá que esperar.

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