La Educación en la ‘Nueva realidad’

Colectivo de familias de CLM por una educación segura.- A quince días del inicio del curso escolar, las familias que formamos parte de la comunidad educativa vivimos con incertidumbre, desasosiego e impotencia la vuelta a la escuela.

Hace más de seis meses que los escolares de Castilla La Mancha dejaron las clases presenciales, en un contexto de emergencia nacional que unos días después se materializó en el decreto de estado de alarma. En estos meses la situación ha cambiado mucho, desde las catastróficas semanas de marzo y abril en las que confinados nos llegaban las noticias de miles y miles de muertos, pasando por los meses de junio y julio de vuelta a la ‘nueva normalidad’ y la situación actual que parece que nos lleva a una ‘nueva brutal anormalidad’. Sin duda, una situación complicadísima de gestionar por parte de los responsables políticos, por la enorme complejidad del problema y por la incertidumbre sobre la evolución del virus.

Sin embargo, todas estas dificultades no pueden tapar muchas de las carencias en las medidas que se están tomando, y que afectan especialmente al sistema educativo. En este ámbito la complejidad crece aun más al verse afectados dos derechos fundamentales, como son el derecho a la salud y el derecho a la educación. A pesar de que todo ello, nuestra percepción es que los esfuerzos, ideas y planificación no están a la altura de este reto, y da la impresión de que se quiere cubrir el expediente con parches que difícilmente podrán aguantar la presión cuando esta empiece a aumentar.

Estamos viviendo una crisis que va a transformar nuestra vida durante años, y parece que nos empeñamos en que todo sea lo más parecido posible a la antigua normalidad. Es cierto que es una percepción social que va más allá de la clase política, pero de esta ultima se espera el liderazgo que permita encauzar lo mejor posible los duros cambios que nos esperan pero que son inevitables. Hace falta cambiar el mensaje de la ‘nueva normalidad’ hacia el de la ‘nueva realidad’, para no confundir el deseo con los hechos.

Por todo ello, los ciudadanos debemos ofrecer responsabilidad y exigir corresponsabilidad a los gobiernos. No es tolerable que a 15 días del inicio de la escuela el portal de educación de la Junta de Castilla La Mancha no ofrezca ninguna información detallada a las familias sobre las medidas planificadas para el nuevo curso. Solamente y siguiendo las malas prácticas que se llevan ejecutando durante lustros, podemos leer propaganda política en los portales institucionales: informar sobre la contratación de 3.000 profesores y la elaboración de una guía para centros docentes, es una prueba del infantilismo con el que nuestros políticos nos tratan. A la par, tanto el Presidente de la Comunidad Autónoma, como la Consejera de Educación y gran parte de los altos cargos y cargos intermedios de nuestra Administración regional, repiten sin cesar que lanzan un mensaje de tranquilidad porque las escuelas son un entorno seguro.

No necesitamos eso. Necesitamos conocer en detalle las medidas, los protocolos, los espacios planificados, las ratios, los planes de emergencia, las alternativas para las familias con riesgo vital. Lanzar un mensaje de tranquilidad sin toda esa información, es una temeridad y una tomadura de pelo a la comunidad educativa.

Se quiere solucionar el problema de la escuela como un problema sectorial, pero hay que asumir que se requiere un cambio estructural que hay que comenzar cuanto antes. Gran parte del sector servicios va a desaparecer en nuestro país, independientemente de la evolución del virus en los próximos meses. Cientos de miles de trabajadores perderán su empleo de forma permanente. Es una situación irreversible. Dediquemos los esfuerzos a construir un nuevo modelo donde la educación sea un pilar básico y suficientemente dotado tanto de personas como de recursos materiales.

La ‘nueva realidad’ exige políticos a la altura de este reto. Políticos que asuman la responsabilidad de lo que está sucediendo y lo que sucederá. Queremos ver blanco sobre negro sus propuestas, y dejar de escuchar su eterna retórica. No necesitamos soluciones ideales, porque el problema no tiene solución. Necesitamos un plan que nos ayude a acoplarnos a la ‘nueva realidad’ con la máxima seguridad, Necesitamos un plan donde asirnos en estos momentos de zozobra y que nos genere una mínima certidumbre. Necesitamos medidas coherentes que no bailen los umbrales de seguridad en función de la fuerza de los lobys económicos que se vean afectados.

Toda crisis es una oportunidad de cambio. El sistema educativo necesita de numerosos y profundos cambios que garanticen los derechos de la ciudadanía y el futuro del país. Es el momento de impulsar esos cambios, y de aprovechar el maná europeo para financiarlos, dejando de inflar burbujas insostenibles. Para ello necesitaremos una ‘nueva política’ que podamos escribir con mayúsculas, capaz de dialogar con la ciudadanía y trabajar con ella codo con codo. Nos tememos que no será posible, pero trabajaremos por conseguirlo.