Rompiendo estereotipos

Visibilizar lo invisible, de eso se ocupan algunos gitanos/as cada día. Este es el caso de Brenda Hernández Segador, con 22 años tiene aspiraciones y sueños por cumplir. Estudiante de Magisterio y apasionada de la poesía quiere dar a conocer la realidad del pueblo gitano, y en este caso la realidad de las mujeres gitanas.

Teniendo como referente a Papusza, la primera mujer gitana en publicar su obra en Polonia, desafía la imagen femenina tradicional de su comunidad. Es el impulso que la ha llevado a ser escritora en un futuro no muy lejano. Hay personas que sin parecer ni aparentar pagan cada día el precio que le ha puesto la sociedad a sus apellidos o a las caras de quienes les acompañan. Brenda es un ejemplo del llamado “Gitana invisible”, sus rasgos poco o nada guardan relación con los que se asocian a la mujer gitana. Es rubia, de ojos verdes y piel blanca, pero sus apellidos, sus amigos o su procedencia la delatan. “Tenemos infinidad de maneras de vivir, y lo único que necesitamos es tener las mismas oportunidades laborales y educativas que cualquier persona”. También ha sido víctima de discriminación por el hecho de ser gitana, pero eso mismo le dio el impulso para avanzar y demostrar que se puede conseguir cualquier cosa a base de esfuerzo y perseverancia.

“Si ya en la sociedad patriarcal en la que vivimos ser mujer es una dificultad, añadirle ser gitana es la múltiple discriminación por pertenecer a una minoría étnica”.

A la mujer gitana le gusta hablar de equidad e interseccionalidad para poder llegar a hablar de igualdad. Se empieza a ver mujeres gitanas que abogan por el feminismo romí. Estas mujeres están cruzando puentes hacia la igualdad y la libertad pero necesitan la colaboración de la sociedad.

Esta es una de sus composiciones:

Hoy día de luz y templanza
Cubro mi pecho con flores,
Un manto de esperanza
Para estas miradas de colores.

Impulso de furia blanca
Que ahogas mi aliento
Deja libre a mi alma
Que fuerte es lo que siento.

Tres colores dibujan
Un cielo enamorado
Y a sonreír juegan
Queriendo al lucero desolado.

Aquel que sólo brilla en el anochecer ardiente
Y soñando en la orilla sueña despierta mi mente.

Con un baile enamorado,
Y la noche como templo,
Hemos sido rechazados,
Somos un gran ejemplo.

Alas hechas con la melodía de
Una guitarra y nuestro cielo un
Escenario para bailar, del flamenco
Hemos hecho Patrimonio de la Humanidad.
Hermanos de un mismo sentimiento
En ardientes cenizas que fueron,
El viaje en eterno pensamiento
Por ser libres, libres y valientes guerreros.

Amor que clama en voz sonora
Al respeto escondido en lo ajeno,
Aquellos que con su luz nos honran
A los gitanos y nuestro pueblo.

Águila de blanco plumaje
Abre tus alas de plata,
En ellas escribo el mensaje,
Ese que quiero que repartas.

Gitanos de buen garlochí
Con sacais que miran profundo,
Lo más bonito que conocí,
Nuestra cultura en este mundo.

Templanza calmada aquí,
Metida en mi pecho está,
Gitana me hicieron así,
Sin miedo a la libertad.

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