Los alcaldes de Brazatortas y Almodóvar del Campo ven medioambientalmente viables los proyectos de plantas fotovoltaicas en zonas de sus términos municipales propuestas, «teniendo en cuenta que quedan fuera de cualquier espacio con algún tipo de protección ambiental y, en especial, lejos del Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona», aseguran.
«La instalación de una quincena de instalaciones fotovoltaicas en 1.620 hectáreas de terreno situadas en ambos términos municipales, generará energía limpia para unos 200.000 hogares, sin ninguna afección ambiental al territorio digna de reseñar y ofreciendo a una comarca tan deprimida oportunidades laborales y de desarrollo reales», relatan en nota de prensa.
“Confiamos en que cualquier prejuicio medioambiental, carentes por cierto todos de algún fundamento técnico real, no impidan realizar un proyecto que, además, suma contra el cambio climático”, afirma categóricamente el acalde torteño Pablo Toledano, tras revisar minuciosamente la documentación planteada por los promotores.
Su homólogo almodovareño, José Lozano, recuerda que “el área elegida es adecuada para que una inversión de 490 millones de euros capaz de generar hasta 700 megavatios (MW) de potencia, sin que eso suponga afección a un territorio donde ya en su día los técnicos de la Junta no vieron nada especial como para incluirlo en el Parque Natural”.
«De hecho, la ubicación tampoco queda afectada por ninguna zona incluida en la Ley 9/99, de 26 de mayo, de Conservación de la Naturaleza de Castilla-La Mancha, ni tampoco se ven afectadas zonas sensibles recogidas en su artículo 54, como Lugares de Importancia Comunitaria (LICs) o Zonas de Especial Protección para Aves (ZEPA)», aseguran.
«Ni se afecta a hábitats ni a elementos geomorfológicos incluidos en el Catálogo Regional de Protección Especial, según se deduce del Documento Inicial del Proyecto, al igual que tampoco se altera a la flora ni a fauna protegida, ni hábitats de interés comunitario. Ninguna encina, por ejemplo, va a ser talada”, dice el edil torteño.
A su juicio, las instalaciones se contemplan fuera de las áreas críticas de especies como el lince ibérico, el águila imperial, la cigüeña negra, el buitre negro o el águila perdicera, ni tampoco afecta al área crítica de ninguna de dichas especies, por lo que no es previsible por tanto que exista un impacto negativo o nocivo para estas especies.
Desde ambos ayuntamientos se recalca, además, que no existe una zona de pre-parque o un área que limite, prohíba o condicione fuera del perímetro del parque el desarrollo de iniciativas como estas plantas solares fotovoltaicos que, por otro lado, carecen de impactos negativos una vez en explotación.
Según los ediles, tampoco la actividad generará ruido, ni alterará o destruirá el suelo ni, al contrario que aerogeneradores, no habrá impactos significativos sobre la avifauna. Estas especies gozan de un amplio territorio de campeo, pues respecto a las 150.000 Ha. de superficie del parque, la que fuera de él se usará supone menos del 1% en términos cuantitativos.
Corredores ecológicos, instalación de nidos y lagunas para anfibios
Los proyectos de las plantas contemplan corredores ecológicos entre las mismas, con instalación añadida de vallados perimetrales permeables a la fauna y la no ocupación del suelo y su regeneración por la descarga del sobrepastoreo, todo lo cual supondrá una disponibilidad de hábitat para las especies terrestres.
Desde el punto de vita paisajístico, tampoco se aprecian afecciones significativas, teniendo en cuenta que las plantas no serán visibles desde las poblaciones locales. Pero el Consistorio torteño sugiere instalar pantallas vegetales con especies autóctonas y de la zona se corrijan los impactos visuales de la instalación de paneles solares.
Y ambos Consistorios se adhieren a las medidas que, para mejorar la sostenibilidad e integración de los proyectos en el medio natural, recomienda la propia Unión Española Fotovoltaica (UNEF), como la mejora de la integración de las especies locales y proteger su hábitat pudiendo instalarse nidos, charcas, lagunas para anfibios, majanos, hoteles de insectos o cualquier otra medida de incremento de los recursos.
También mejorar las condiciones edafológicas e hídricas del suelo; favorecer el reciclaje y desmontaje de la instalación acabada su vida útil; restablecer el estado original del terreno y contribuir a la economía circular o colaborar con proyectos relacionados con la protección de la biodiversidad.
Sobre esto último se pide que Ayuntamientos, la propia Administración regional, el Parque Natural, asociaciones locales y las empresas promotoras, propicien proyectos conjuntos de conservación y fomento de la biodiversidad y el desarrollo local, poniendo el foco en la conservación del medio natural y en el cuidado de las comunidades locales.
Convenios público-privados
Al respecto, Toledano y Lozano apelan a otros proyectos análogos ya en marcha, que “suponen una oportunidad de recuperación de caminos pecuarios a través de convenios público-privados”. Y cita el convenio entre Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y Naturgy, una de cuyas plantas está en la cercana pedanía almodovareña de Retamar.
Desde Brazatortas y Almodóvar del Campo se «constata» además que ni caminos, ni otros elementos etnográficos asociados como descansaderos, fuentes de abrevadero, contaderos, majadas, ermitas mesteñas, chozos de pastor, etc., quedarán afectados por las instalaciones, incluida la Cañada Real de Puerto Suelta.
Por tanto, ambos ediles reiteran que “no hay ninguna incompatibilidad de los proyectos con la existencia de la red pública de caminos, de manera que los proyectos respetan y tienen en cuenta el patrimonio minero y las cañadas, cordeles y veredas que los puedan cruzar”, aunque valoran toda medida añadida de protección que se pueda contemplar.
Buena noticia. La generación fotovoltaica de electricidad desempeñará un papel fundamental en el cambio de modelo energético…..