Carmen Quintanilla Barba. Presidenta Nacional de AFAMMER.- Han pasado 48 años desde que Naciones Unidas declarara el 5 de junio como Día Mundial del Medio Ambiente, con el claro objetivo de sensibilizar a la opinión pública sobre la necesidad de preservar y mejorar nuestro entorno natural.
Este año el Día Mundial del Medio Ambiente tiene más importancia que nunca a consecuencia de la pandemia del coronavirus. Una pandemia que ha paralizado nuestro mundo, y ha traído graves consecuencias como ha sido la perdida de cientos de miles de vidas humanas y la paralización de gran parte de nuestra economía.
Pero por otro lado, el COVID-19 ha supuesto una oportunidad para que nos paremos a reflexionar y a pensar en qué tipo de sociedad queremos ser cuando esta crisis sanitaria acabe y en el mundo que queremos construir que será la mejor y mayor herencia que podamos dejar a nuestros hijos y nietos.
Desde AFAMMER siempre hemos afirmado que las mujeres rurales son las cuidadoras del planeta. Pues son ellas las que se esfuerzan día a día por mejorar nuestro entorno, lo hacían antes de la pandemia del COVID-19 y lo siguen haciendo ahora con más fuerza.
Con la pandemia del coronavirus la naturaleza nos está enviando un mensaje muy claro: si seguimos degradando el medio ambiente destruiremos el sistema que sustenta la vida humana.
Y si hay alguien que sustenta el medio ambiente esas son las mujeres rurales. Por lo tanto, si queremos alcanzar el gran reto global de cumplir con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y con las 169 metas planteadas en la Agenda 2030 de Naciones Unidas tenemos que dar un mayor protagonismo a las mujeres del medio rural.
Una Agenda con unos objetivos universales, ambiciosos y participativos, entre ellos el objetivo número 15 que promueve la protección, la restauración y la utilización sostenible de los ecosistemas terrestres o el objetivo número 11 que pretende conseguir que las ciudades y asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilentes y sostenibles.
La pandemia del coronavirus ha paralizado gran parte de la economía y de la vida social en todo el mundo, pero la agricultura, la ganadería, la pesca y toda la industria agroalimentaria de nuestro medio rural no ha parado ni un solo día para que el resto pudiéramos quedarnos en casa y poder disponer de alimentos seguros.
El COVID-19 ha hecho que miremos al medio rural como el lugar donde se encuentran la mayor parte de nuestros recursos naturales. En este sentido hay que destacar que a pesar de que son las mujeres las que producen el 50% de los alimentos en todo el mundo, solo reciben el 10% de los ingresos y poseen el 1% de la propiedad. Es decir, tienen un menor acceso a la tierra, a los recursos naturales y un menor control sobre los mismos.
Según la FAO si cerráramos la brecha de género en la agricultura el número de personas hambrientas se reduciría en unos 150 millones y el PIB mundial aumentaría en 12 billones de dólares para el año 2025.
Es por ello por lo que desde la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural, seguiremos reivindicando que la mujer tenga un mayor acceso a los recursos naturales, pues somos conscientes que de ello depende el futuro de nuestro entorno. Somos nosotras las que tenemos la obligación y el deber de preservar el medio ambiente, pues de ello depende el futuro de nuestros pueblos y de toda la humanidad. Por lo tanto, el medio ambiente seguirá siendo referente para las mujeres rurales de AFAMMER.