No es bello el silencio cuando solo lo rompen la sirenas de las ambulancias, sistemática, insistentemente, rasgando el mediodía de una ciudad desierta. Pero Puertollano, como tantos otros municipios españoles, ha conjurado a las 20.00 horas la soledad del conductor, arropado por los haces luminosos como pétalos en un desfile de victoria.
Puertollano culmina la jornada con el corazón y la cabeza en el Hospital Santa Bárbara, que atraviesa los momentos más difíciles de su historia. Ánimo, lucidez, serenidad y fortaleza para todos.
Confianza. ¡Vamos a por él!….
Pero sin este gobierno tan nefasto