Los talleres de Ciudad Real reclaman un ERTE urgente

La Asociación Provincial de Empresarios de Automoción (APEA), al igual que el resto de las organizaciones integradas en Fecir, está atendiendo las numerosas consultas y llamadas, principalmente, de los talleres, en las que muestran su malestar al no poder cerrar sus instalaciones, ya que la actividad es prácticamente nula en los primeros días, tras la declaración de alerta. El sector muestra sus quejas, ya que no entran vehículos –por el confinamiento-.

Asimismo APEA subraya que  las tiendas de recambios están también en una situación similar, ya que, por un lado, no pueden abrir al público, y por otro, se está sufriendo ya un desabastecimiento en el sector.

Por otra parte, no están admitiendo los ERTE’s que han presentado, al  no estar dentro del grupo de “fuerza mayor”, con el consiguiente perjuicio económico, tanto para las empresas como para los trabajadores.

CETRAA (Confederación Española de Talleres de Reparación de Automóviles y Afines), organización empresarial estatal del sector del mantenimiento y la reparación de vehículos automóviles y motocicletas, a la que pertenece APEA, han hecho llegar a la Ministra de Trabajo y a los directores generales con competencias en empleo de cada una de las 17 comunidades y las dos ciudades autónomas la petición de aprobar con carácter de urgencia los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por fuerza mayor presentados por los talleres, a los que, por falta de trabajo en el actual estado de alarma, se están viendo obligados a recurrir.

Hay una honda preocupación en los talleres, con una paralización masiva y generalizada de afluencia de vehículos a sus instalaciones, por lo que considera que esta medida es imprescindible para garantizar la supervivencia de las empresas y el mantenimiento de los puestos de trabajo.

Las causas por las que muchos talleres se ven forzados a cerrar sus puertas son las restricciones a la movilidad de las personas en el estado actual de alarma por la crisis del Covid-19, la no apertura de la actividad por imposición de la autoridad, la falta de suministros de recambios y otros productos necesarios para la reparación de vehículos, la protección de la salud de los trabajadores, el contagio de la enfermedad en sus plantillas y aislamiento y el absentismo de los trabajadores.

Por todo esto todo ello, APEA espera que se reconozca de forma automática y sin necesidad de informe potestativo de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social la autorización de ERTE por fuerza mayor y la resolución de los expedientes a la mayor brevedad posible. A esto hay que añadir el descenso en la movilidad por carretera en un 89 por ciento durante los primeros cuatro días de estado de alarma en comparación con las mismas fechas del año anterior.

Un dato a destacar es que los talleres de las redes oficiales de concesionarios únicamente recibieron 2.370 peticiones de reparación urgente durante los cinco primeros días desde la declaración del estado de alarma, según estimaciones de la patronal de los concesionarios, Faconauto. Esta cifra supone, en la práctica, que la actividad de la posventa oficial ha pasado a ser prácticamente inexistente, si comparamos con los 240.000 pasos de taller de media que registran semanalmente los concesionarios cuando operan a pleno rendimiento. 

Faconauto pidió desde el comienzo de esta crisis que los concesionarios cerraran no sólo su actividad comercial, sino también su actividad en el taller para contribuir a frenar la pandemia. Al mismo tiempo, recomendó que las concesiones establecieran equipos de urgencia, sin estar abiertos al público, para dar servicio a sectores estratégicos en la lucha contra el coronavirus. 

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