Cada noche un pellizco de ilusión. La que Andrés regala desde la ventana a su barrio. Ayer, meciendo el ánimo de Pío XII al son de ‘Todos los besos’, un tema de aires carnavaleros de Los Rebujitos. Corazones latiendo, asomados a la calle, como una maza que golpea el bombo; y las palmas, infinitos platillos, que estallan al callar las cuerdas de la guitarra.