Un grupo formado por cinco investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y coordinado por el profesor Antonio Mas está colaborando con el Hospital General de Albacete en el diagnóstico de la COVID-19. Concretamente, este equipo de voluntarios está extrayendo el ácido ribonucleico (ARN o RNA) de las muestras que les remite el centro sanitario para que posteriormente allí se complete el procedimiento diagnóstico.
Este equipo, integrado por personas sin cargas familiares, está realizando unas doscientas pruebas diarias en jornadas de unas siete u ocho horas, de forma que cuatro trabajan y uno descansa cada día. El trabajo se localiza en los laboratorios de bioseguridad de la Facultad de Medicina de Albacete y con todas las garantías necesarias en prácticas de estas características.
En cuanto al operativo, según explica el profesor Mas, los investigadores reciben las muestras del hospital inactivadas, aunque ellos las reinactivan tratando el paquete con alcohol al 70 % y las manipulan en una cabina de bioseguridad de nivel 2. “Procedemos a pasar la muestra por filtros donde se queda unido el RNA –detalla el investigador- que luego se lava para eliminar lo unido de manera no específica y finalmente el RNA se eluye con agua. La muestra de RNA eluído se envía de nuevo al hospital, que comprueba la presencia o no de RNA del virus”.
La confidencialidad está garantizada durante todo el procedimiento, ya que los investigadores reciben muestras anónimas, identificadas con un número y, según el profesor Mas, aún disponen de recursos como para tratar otras dos mil muestras.