Diario del dietario

Transcurrirán estos días yermos del COVID-19 y todo será olvido y retraso. Sin olvidar por ello las muertes contabilizadas, el ingente esfuerzo de los sanitarios, la abnegación de las fuerzas de seguridad y la voluntad de los trabajadores que han permanecido y permanecen prestando servicios para la comunidad en tantos frentes tan necesarios como diversos.

Igual que, en la tormenta marinera, unos quedan a cubierto y protegidos, y otros se afanan en la cubierta, enfrentándose al estruendo del oleaje, para que la nave no decaiga y se vaya al garete.

Transcurrirán estos días yermos del COVID-19 y todo será más olvido y más retraso. Olvido consciente y recuerdo inconsciente que miraremos desde las ventanas abiertas a un campo infinito de tablas de labor planas, que algunos han querido tatuar en su memoria de formas diversas: Campo, memoria, recuerdo, olvido, melancolía, aplazamiento, duelo, diario, dietario, cuaderno y muerte. Y por eso hablaremos de días históricos y de días inolvidables, para relatar lo nunca visto y lo nunca presenciado. “Desde la guerra civil no he vista nada igual”, dicen algunos ahora que creíamos haber cerrado esa puerta falsa del recuerdo emponzoñado. “Desde la guerra civil no he vivido otra cosa análoga”, “donde no alcanza la memoria”, “no tengo recuerdos así”, “desde la última guerra”, no se habían producido vuelcos parecidos, aplazamientos similares y suspensiones análogas. Cierta excepcionalidad hace que estos días marceños, estén llamados a batir récord de alguna contabilidad del mal y del pesar. Suspender las Fallas en Valencia, suspender los desfiles procesionales de Semana Santa en Andalucía y las dos Castillas, posponer el Rastro en Madrid, retrasar la Eurocopa 2020 y la liga misma, dan cuenta del hito elevado del suceso viral.

Transcurrirán estos días yermos del COVID-19 y todo será olvido calculado y retraso meditado, para poder seguir viviendo si la reconstrucción económica lo permite y lo tolera. Por ello algunos han prodigado, más allá de la crónica de urgencia y del retrato urbano de urgencia, suertes de diarios/dietarios que anotan y acuñan los padecimientos y las urgencias. Para no olvidar hoy, aunque olvidemos mañana. He podido leer en distintos medios la repetición del éxito de la formula del Diario y del Cuaderno. ’Diario viral’ para Iñigo Domínguez en El País, que antes había anotado otra captura como ‘Diario de como un virus paró un país’; ‘Diario de un náufrago’ para José Luís Loarce enLa Tribuna yen estas páginas ‘Cuaderno de pandemia’ dice Manuel Valero. Y vendrán después otros más, a la manera de Daniel Defoe y su recuperado ‘Diario del año de la peste’,que redondearan el ‘Diario del COVID-19’, ‘Diario de un renegado’, ‘Crónica de un desafío’ o el ’Diario de un superviviente’ Transcurrirán estos días yermos del COVID-19 y todo será olvido y retraso. Y, con Rafael Sánchez Ferlosio, ‘Vendrán más años malos y nos harán más ciegos’.

Periferia sentimental
José Rivero

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