La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) solicita a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que las embarazadas, postparto y lactancia, sean retiradas del servicio activo para prevenir su seguridad y salud ante el escenario actual, ya que la ley de prevención las considera especialmente sensibles y nadie puede asegurar que no sea posible un contagio en el ámbito laboral.
CSIF considera que la no exposición de trabajadoras sanitarias y no sanitarias que, en función de sus características como embarazo, postparto y lactancia, debe ser prioritario y reclama que sean declaradas o consideradas como especialmente sensibles y así lo deben instruir los servicios de prevención de todos los centros de trabajo de la región.
Además, su retirada del servicio activo debe de ir acompañada de la contratación de más personal sanitario y no sanitario para evitar la sobrecarga de trabajo que se producirá.
Así, cabe recordar que el Ministerio de Sanidad, en base a sus recomendaciones, sobre prevención y control de la infección de pacientes con coronavirus, establece como patologías previas la diabetes, enfermedades cardiovasculares, hepáticas crónicas, pulmonares crónicas, renales crónicas, neurológicas o neuromusculares crónicas, inmunodeficiencias primarias y secundarias (incluyendo asplesia, tratamientos con inmunosupresores e infección VIH) y neoplasias malignas. Por tanto, CSIF extiende esta petición de retirada de embarazadas del servicio activo a todas las personas con patologías previas.
Por otra parte, CSIF valora los esfuerzos de la Administración regional en la contención del coronavirus y la profesionalidad y valentía de todos los trabajadores del ámbito público y privado para hacer frente a esta pandemia.