Aroa, Luis, Carmen y David. Los cuatro miembros de la familia Escudero se enfrentan al mayor reto de sus vidas frente a la excepcional situación que ha provocado la incidencia del coronavirus en la comarca de Puertollano.
Los responsables del complejo hostelero Los Escuderos, en Argamasilla de Calatrava, decidieron, antes de la declaración de estado de alerta, dar vacaciones a todo su personal para protegerlo de posibles contagios. Desde este sábado son las únicas personas que atienden a los clientes hospedados y gestionan íntegramente todos los servicios del complejo.
Encerrados en las instalaciones, los Escudero se han convertido en una segunda familia para la media docena de clientes que se han visto obligados a permanecer en el hotel por motivos laborales, e incluso extranjeros sumidos en la incertidumbre por el desarrollo de la crisis y la posibilidad de regresar a sus países de origen.
El establecimiento permanece a puerta cerrada y solo abre a sus actuales clientes. «Les servimos la comida, la cena, limpiamos las habitaciones…; es algo parecido al reducto de Alejandría de la serie The Walking Dead», ha relatado David.
La familia hace piña ante tiempos excepcionales mientras vela por la seguridad de los trabajadores y de los propios clientes. Para ellos, como para todo el sector, se avecinan unas semanas muy duras en las que el objetivo es mantener a flote la empresa, a toda costa, frente a una amenaza insólita que tendrá impredecibles efectos sobre la hostelería de la comarca. Es su lucha cotidiana. Es la brega, heroica y cruel, de tantos y tantos hosteleros. Ánimo a todos.