En el Belén Municipal del Museo Cristina García Rodero de Puertollano se pueden descubrir guiños puertollaneros al desaparecido puesto de Juanito del Paseo de San Gregorio representado por un mercader que vende pipas y kikos en cartuchos de papel de periódico, así como la noria que en su día realizó el hojalatero Rafael Viciconti, que durante tantos años elaboró las jarras del agua agria.
Un escalonado montaje que ha sido muy visitado en los últimos días por escolares de varios colegios y que entre sus novedades destaca parque infantil con un tiovivo en movimiento o un tobogán en el que disfrutan los más pequeños, que bien podría recordar a las atracciones que se instalaban en El Bosque durante las ferias y fiestas de mayo y septiembre, que se ha situado bajo una cueva elaborada con materiales reciclados de los talleres municipales, ha explicado Aumi Aurias, apasionado belenista y trabajador del Ayuntamiento que en los últimos días ha elaborado este Belén junto a Rosa García Minguillán con el apoyo de dos participantes del curso de jardinería de Aisdi.
Un Belén Municipal en el que se pueden encontrar muchas peculiaridades, como que los Reyes Magos se acercarán al portal conforme se aproxime el 5 de enero. Además siempre la última figura que se coloca es la del Niño Jesús, simbólica función que este año ha estado manos de un trabajador del Museo, que de forma coincidente tiene por nombre Jesús Niño.
Diversas figuras en movimiento
Un belén que cada año crece y se extiende desde la antigua entrada y escalera principal del Museo con diversas escenas, como pastores con rebaños e imágenes cotidianas hasta figuras en movimiento, como norias, alfarera, herrero, un hombre haciendo un guiso de garbanzos, trilla en la era y máquina aventadora, panaderos, pescadores y lavandera.
Montaña de corcho e iluminación led
En la zona de escaleras se han situado los mercaderes y se han cubierto las escaleras con vegetación y corcho procedente de Fuencaliente con el que se ha creado una montaña con la que lograr una mayor perspectiva y profundidad desde abajo.
Un Belén elaborado con recursos propios que no ha costado ni un euro al Ayuntamiento y que dispone de un sensor durante las 24 horas para el encendido de iluminación led de bajo consumo y la puesta en marcha de figuras en movimiento.