Los investigadores Rodrigo Soler Gijón y Antonio Díez Ruiz han valorado de forma positiva que el Gobierno Regional haya iniciado procedimiento para la protección como monumento natural al Carbonífero de Puertollano.
En estos momentos los estudios científicos se centran en tres áreas que tendrán esta figura de protección en las cortas de la Extranjera y María Isabel, así como en un pequeño afloramiento junto a una derruida tejera situada en la afueras de Puertollano.
Los hallazgos y descubrimientos conseguidos en estos afloramientos han animado aún más para seguir con los trabajos de campo en pos de encontrar nuevo material paleontológico y dada la calidad de lo encontrado.
En noviembre de 2.018 se presentó a las administraciones locales y provinciales y Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, un extenso informe en el que se ponía en valor el Carbonífero de Puertollano proponiendo que se le diera algún tipo de protección a fin de asegurar su preservación.
Una propuesta de protección que viene avalada a nivel nacional e internacional con diversas cartas de apoyo remitidas por universidades de los cuatro continentes.
El cese paulatino de la actividad minera en Puertollano hace tres años ha hecho desaparecer la mayor parte de los afloramientos carboníferos que se tenían gracias sobre todo a las minas a cielo abierto, debido a los planes de restauración minera.
Continuidad de los estudios científicos
Antonio Díez y Rodrigo Soler afirman que la parada de la extracción del carbón no debe ser el final de los estudios geológicos y paleontológicos de los niveles carboníferos expuestos en las minas, sino al contrario, como los estudios recientes sobre cambio climático, los datos geoquímicos y paleobiológicos son vitales para entender el ciclo del carbono y la interacción entre la biosfera, geosfera y atmósfera a lo largo del tiempo geológico (ver Energy and ClimateChange, 2018, Elsevier Inc.; https://doi.org/10.1016/B978-0-12-812021-7.00001-4).
Diversidad de fósiles
La importante diversidad de fósiles de peces encontradas así como la presencia de valiosos taxones de tetrápodos primitivos, principalmente anfibios, además de una gran variedad de especies de flora fósil en magnifico estado de conservación junto con un elenco de estructuras sedimentarios excepcionales, hacen que este carbonífero sea una pieza clave en el entendimiento de la evolución de los principales grupos de animales y plantas de hace 300 millones de años y sirva para una reinterpretación paleogeográfica de esta parte del super-continente Pangea que aunaba todas las masas continentales.
Puertollano, una marisma o estuario
El estudio de las singulares estructuras sedimentarias que encontramos en los sedimentos de estos afloramientos, atribuidas a la actividad biológica de bivalvos y gusanos así como otras estructuras que claramente nos están indicando una intensa actividad mareal, refuerzan aún más la teoría que Soler-Gijón incluía en su tesis acerca de la influencia marina percibida en los sedimentos estudiados de las series carboníferas de las minas de María Isabel y Emma. Es por lo anterior que se puede hablar de que estábamos en un medio de transición tipo marisma o estuario con una clara influencia mareal.
Los buenos ejemplos de estructuras sedimentarias, restos fósiles de peces, tetrápodos e icnofauna asociada (huellas dejadas en el sedimento por seres vivos), además de la sorprendente flora fósil que hay en estos estratos carboníferos, hacen posible unas fiables interpretaciones sobre el medio de sedimentación y de las condiciones climáticas que se dieron en este periodo de tiempo tan remoto.
Muchas de estas estructuras sedimentarias fósiles debidas a la dinámica de medio y aquellas producidas por la actividad biológica, se pueden considerar como ejemplos excepcionales que aparte de su enorme valor didáctico, pueden servir para estudios futuros en campos como la misma paleontología, sedimentología, geoquímica, paleoecología, paleoclimatología, paleogeografía, etc.