Jesús Millán Muñoz.– ¿Dónde nació Cervantes, en Alcalá de Henares, en Alcazar de San Juan, en Sanabria…? ¿La Victoria tiene mil padres, la Derrota es huérfana, como decían los griegos?
Personalmente pienso, aunque alguna vez haya escrito otra cosa, que Cervantes, nació con más probabilidad en Alcalá de Henares, por diversas razones, entre otras el acta de bautismo, su presunta declaración de Argel, etc. Pero podríamos reflexionar sobre algunos puntos.
– Ciertamente Cervantes, es un genio, porque hizo una obra genial. Cosa que se olvida, en el mundo existen muchas personas, que con razón o sin ella, se consideran de grandes talentos y genialidades, y los demás les debemos pleitesía, pero en la realidad, que sepamos no han hecho ninguna genialidad, o nadie se las reconocen.
Por definición, genio es aquella persona, hombre o mujer, que tiene un gran talento o capacidad o genialidad en una tarea o actividad, pero también lo demuestra y hace una obra que es considerada genial, por los demás.
Indico esto, porque es necesario para racionalizar tanta soberbia como existe en el mundo de la cultura. Y así, con más modestia y mesura, ganaríamos mucho todos. Entre otras, de verdad, cuándo aparece o aparezca alguien que puede tener de verdad mucho talento, seamos más propensos a reconocerlo. Porque en definitiva, ser un Mozart, pongamos el caso, puede que sea muy bueno para la humanidad, pero para quién lleva ese talento, es en muchos sentidos, una tragedia.
– Por otro lado, con todos las matizaciones que se quiera, las primeras ediciones del Quijote, no fueron reconocidas como una alta y egregia obra, ni excelente, sino más bien, una producción cultural que acogió las masas lectoras, y el pueblo. Después, siglo tras siglo se ha ido desentrañando la profundidad de horizontes y de planos y por tanto de significantes y significados que dicha obra contiene.
Por ejemplo, una curiosidad, en dicha obra, Cervantes utiliza veintidós o veintitrés mil palabras diferentes, cuándo una persona normal, hoy, utiliza entre cinco y diez mil, aunque entienda, unas cuantas miles más, especialmente, en su lenguaje técnico de su profesión.
– Un gran editor español, hasta la saciedad decía: “que hoy un Quijote y un Cervantes no pasaría desapercibido”.
Pero ante esta afirmación, habría que matizar, varias realidades: la industria cultural y editorial, hoy otorga un gran valor a la plusvalía, por tanto a la ganancia, y quizás la obra genial tiene mucho público o puede tener poco.
Segundo, hoy, con tan ingente cantidad de escritores y de escritos, difundidos en ediciones propias, en ediciones de todos las maneras, públicas y privadas, en Internet, quizás en esa enorme cantidad de producción, puede que se pierda algún Cervantes y algún Quijote. Porque hoy, ni crítico, ni editor, puede controlar y conocer y saber todo lo que existe editado, menos lo que está en los cajones sin publicar, ni siquiera todo lo que está en el vientre de la ballena de Internet.
Por otro lado, qué o quién o cómo sería hoy un Quijote, qué características tendría, y cómo y qué y quién sería hoy un Cervantes, y en qué género se desarrollaría, quizás fuese en el cine, y no en la novela, o quizás, quién sabe en qué mezcla de géneros literarios…
– Si levantara del suelo los huesos y el polvo de Cervantes, no entendería, que en cada plaza de cualquier pueblo de la Piel de Toro, hay una referencia a él y a su obra, sea una escultura, una calle, una plaza, un busto, un bar, una marca de algún producto.
No comprendería la enorme cantidad de estudios, trabajos, documentación, análisis que se ha realizado sobre su obra y su persona. No comprendería nada, nada de nada. Alguien que en su tiempo, suponemos fue escondiendo sus orígenes, alguien que pasó por enormes contradicciones económicas, sociales, psicológicas, culturales, religiosas. Alguien que como dicen que le dijeron a un embajador francés, que quería conocer al genio de Cervantes y, que le contestaron, sea verdad o no lo sea, “vive muy pobremente, pero esa pobreza le hace crear una obra genial, por tanto, mantengamos su pobreza”.
– Dicen que como Colón, existen una decena de ciudades y regiones y países que se otorgan su nacimiento, en el caso de Cervantes, hay quién postula varias ciudades, hasta media docena…. ¡Quizás, ambos tengan puntos en común, ambos de alguna forma camuflaron sus orígenes, y sus nacimientos, ambos nos descubrieron un nuevo universo, Colón un continente geográfico y todas sus consecuencias, Cervantes un nuevo mundo mental y conceptual e imaginario, y todas sus consecuencias…!
En cierto modo, nuestros tatarabuelos culturales, son muchos, igual que los biológicos, pero Cervantes, Colón y docenas de personajes, son claramente, nuestros tatarabuelos culturales y conceptuales…
– Para terminar y no cansar más, me temo no aprendemos del pasado. Nunca en cada siglo, se ha sabido con total certeza, qué obra y qué carnes-mentes están abriendo nuevos caminos, al menos, en los mundos de las letras y artes. O no siempre se conoce con claridad. Bueno, bueno sería aprendiésemos del pasado, y aplicásemos al presente esta lección.
O dicho de otro modo, “cómo no sabemos dónde está el actual Cervantes, si es que existe, ni en qué género está escribiendo o imaginando mundos, ni qué obras constituyen su producción, al menos, tengamos la inteligencia de conservar todo lo que se hace, con los medios tecnológicos de hoy, para que quede para el futuro, y las futuras generaciones, ya con más sosiego valoren y analicen y evalúen el hoy…”.