¿Este vino es de Ciudad Real?

Jesús Millán Muñoz.- En el Quijote, viene la siguiente frase: “[…] Pero dígame, señor, por el siglo de lo que más quiero: ¿este vino es de Ciudad Real?

– ¡Bravo mojón –respondió el del Bosque-. En verdad que no es de otra parte y que tiene algunos años de ancianidad”. (Segunda parte, capítulo XIII).

Supongo que muchas personas de la provincia de Ciudad Real, de la Mancha y de la misma ciudad conocerán esta frase o este trozo de diálogo, supongo también que otras no.

A raíz de estas palabras, quizás, deberíamos un poco especular.

Yo, indicaría, me atrevería a expresar, que se resalten estos vocablos. Ya que nos cita el gran Quijote-Cervantes, por qué no recordarlo a todos los viandantes y caminantes y volantes de estas tierras. Saberlo y recordar, puede parecer que no tiene importancia, pero es bueno, incluso para nuestra propia autoestima como colectivo, cosa que tanto necesitamos, en estos tiempos, como todos, revueltos…

También, o en segundo lugar, no se podría poner una placa conmemorativa, en algún lugar prestigioso de la ciudad, para recordar estas palabras. No se podría estudiar y analizar, quizás cuándo las arcas del ayuntamiento, ayudadas por la iniciativa privada, realizar una escultura o monumento para situar en algún lugar de la ciudad, narrar y contar esta escena.

En la Edad Media, las reliquias de los santos y santas, que por muchas razones, entre otras religiosas, pero también culturales, y también turísticas, y también sociales tuvieron una enorme importancia, quizás en demasía, hasta que se produjo la Reforma Luterana, pues decía, que ahora puede estar sucediendo un proceso similar, con los acontecimientos, hechos, personajes culturales.

Estos además de ser representativos de la cultura, sea en el campo que sean, son un motivo más para el turismo cultural o para la cultura, y el turismo cultural es un sector más de la industria cultural, y la industria cultural crea empleo, trabajo, y nos quita algo de desempleo.

Por lo tanto, parece que en la Mancha, que tanto trabajo necesitamos, quizás, esta simple frase, con modestia y sin exageraciones, puede ser una pequeña tecla más, para todos esos fines. Ciertamente, lo primero necesario, como indicaba anteriormente, es que todos los ciudadanos que viven en esta ciudad, se enteren que están citados en el Ingenioso Hidalgo Don Quijote…

Ya, ya que hoy, estamos sugiriendo una iniciativa o un esbozo para que las autoridades vivas y fuerzas de la cultura de la localidad lo estudien. Cosa que en los artículos de este escribiente, es casi rutinario, siempre con respeto y modestia. Me pregunto, si se podría hacer una ruta del Quijote en la misma ciudad, para cultivo de los ojos y de la mente, de los que habitan estas tierras, y para incentivo como turismo.

Es decir, que los viandantes, puedan seguir una ruta, empezando por el Museo del Quijote, por los monumentos o esculturas que existen en la ciudad en relación a esta temática. Esto podría hacerse un reportaje televisivo o periodístico, y nosotros mismos ser conscientes de ello.

Para terminar, y no cansar más, haré una pregunta, que me he hecho muchas veces, y yo desconozco la respuesta, me gustaría que alguien más sabio y docto que el escribiente, me conteste, ¿hay algún documento o documentación o indicio o inducción de que Cervantes pasó por estas tierras, por qué ciudad o ciudades pudo pasar en sus viajes, pudo pasar por Ciudad Real, quizás por Almodóvar del Campo, quizás por la venta de Borondo, quizás…?

Si esto tuviese sentido, sea en parte real, sea en parte suposición, se podría intentar crear una ruta, de los lugares por donde el Cervantes, de carne y hueso, con sus años y sus achaques, con su herida en el brazo anduvo con sus alegrías y sus tristezas. Quizás, pasó por aquí, quizás, sería de alguna manera encarnar a un ser humano. Quizás, sería posiblemente, como se dice castizamente “sacar leche de una alcuza”, es decir, una exageración turística cultural, pero también, si el viviese, él que anduvo por tantos caminos, comprendería que la intención es buena, primero homenajear a su persona, segundo, a su figura cultural y literaria, tercero, a sus personajes literarios…

¡Aquí y allí, como siempre dejo el guante, esta vez en forma de quijotes-sanchos…!

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