Antonia Cobo Segade, ciudadrealeña afincada en Córdoba, es profesora de Diseño de Interiores en Escuelas de Arte. Tuvo una gestación de nueve meses, pero “no por llegar al final, el embarazo salió bien; a veces, las cosas no salen como esperamos”. Félix, su bebé, falleció hace cuatro meses. En este tiempo, comenta, ha dejado que el duelo le “atraviese” para, “después, tratar de comenzar a construir de nuevo mi identidad”.
En este camino, explica, el arte le ha ayudado mucho. De hecho, señala, “nunca había pensado que arte y duelo pudieran ir tan de la mano”. Es ahora, añade, “cuando me doy cuenta de que a través de la creatividad se puede canalizar el dolor de la elaboración del duelo desde otra perspectiva”.
En este tiempo ha fabricado su ‘caja de recuerdos’ de Félix, inspirada en sus datos corporales extraídos de la necropsia. “Suena muy duro y raro, lo sé, pero construyendo los objetos he descubierto cosas maravillosas que me han hecho contemplar desde arriba este duro camino”. Y, casi sin darse cuenta, “la caja ha ido creciendo entre mis manos y mi cabeza”.
La pérdida de su hijo es “terrible”, “y eso nada lo va a cambiar, pero mientras he realizado este proyecto me he levantado cada mañana llena de energía, recuperando un poco a la persona que fui antes del 24 de abril”, relata. “En mi universo personal, estoy segura de que muchas familias se sentirán tan reflejadas como yo lo hago cuando leo otros testimonios: la historia de una, es la historia de todas”.
Toñi ha decidido compartir este “viaje al centro del dolor” a través del blog _MI AMOR ENCAJA_. Un proyecto que, además de ayudarle a avanzar en su propio proceso, “es también nuestra aportación, de Jesús, el padre de Félix, y mía, para visibilizar el duelo perinatal, una realidad tan profundamente silenciada para infinidad de familias que, acaban transitando la pérdida en la intimidad del hogar, donde se ha resuelto siempre todo lo relacionado con lo femenino”. La sociedad, sostiene, “sin mala intención, te manda mensajes que, de alguna manera, invalidan el duelo ante la muerte del hijo; y perder un bebé duele, duele tanto que ningún adjetivo lo puede describir”. “No hablar de ello no hará que deje de suceder”, afirma.
Por todo ello, anima a entrar en esta caja de recuerdos tan especial, porque “en estos meses tan terribles, he entendido que compartir con los demás es fundamental para la vida: nos sirve de espejo y nos devuelve a la complicidad del otro”.
La acogida de su proyecto está siendo muy positiva. En apenas dos días desde su lanzamiento, lo han visitado 3.000 personas de todo el mundo y le han escrito muchas familias. “Me imaginaba que mi hijo sería un mochilero aventurero descubriendo el mundo, y aunque la vida no le ha dejado, de alguna manera su amor está viajando por el planeta”, concluye.
Hasta hace poco el duelo perinatal era un duelo invisible, un duelo no reconocido por la sociedad ni por los profesionales sanitarios. Por suerte cada vez más hospitales consideran imprescindible ofrecer atención psicológica a las parejas que pasan por esta situación…..
Ójalá que llegue un momento que ya no utilicemos la palabra «por suerte» sino que en todos los Hospitales, públicos y privados, estén formados todos los profesionales para atender la muerte cuando no llega la vida en las maternidades, porque en verdad es una cuestión de conciencia social, no de dinero.