Carmen Quintanilla Barba. Senadora del PP.-El hambre es uno de los graves problemas que sufre la sociedad del siglo XXI. No podemos girar la vista hacia otro lado cuando hoy en el mundo vemos como 821 millones de seres humanos pasan hambre, según el último informe sobre la situación alimentaria mundial de Naciones Unidas.
El hambre y la malnutrición se llevan cada minuto la vida de 17 personas, 1.042 en una hora, y 25.000 fallecidos al día de los cuales 18.000 son niños.
Estamos hablando por tanto de un fenómeno que, aunque se ceba especialmente con personas que viven en entornos y condiciones especialmente vulnerables, se está extendiendo a todo el mundo.
Ante esta situación en España los parlamentarios y parlamentarias de diferentes fuerzas políticas nos pusimos de acuerdo para debatir los obstáculos y las áreas prioritarias del hambre y la malnutrición.
Nos unimos y en septiembre de 2018 creamos la Alianza Parlamentaria Española por el Derecho a la Alimentación, convencidos de que la solución a este problema pasa por realizar políticas que hagan efectivas el cumplimiento del Objetivo 2 de la Agenda de Desarrollo Sostenible, que persigue erradicar el Hambre en el Mundo para el año 2030.
Además, nos comprometimos a interactuar y colaborar con otras alianzas y parlamentos para favorecer el incremento de la cooperación internacional y debatir los obstáculos, desafíos y áreas prioritarias del hambre y la malnutrición. Un compromiso que quedó de manifiesto durante la celebración de la I Cumbre Mundial Parlamentaria contra el Hambre y la Malnutrición celebrada los días 29 y 30 de octubre en el Senado.
Lo hicimos porque los parlamentarios y parlamentarias debemos tener un rol protagónico como agentes de cambio, pues tenemos una capacidad política única para modificar o aprobar leyes; controlar o designar presupuestos; hacer que los gobiernos rindan cuentas o posicionar temas en la opinión pública local, nacional o regional.
En esta Cumbre Mundial de Madrid participaron 200 parlamentarios de los 5 continentes; las más altas autoridades españolas del Gobierno y del Parlamento y autoridades internacionales como el Presidente del Parlamento Europeo, la Relatora Especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación y el Director General de la FAO.
Durante los dos días que duró la Cumbre se generaron espacios formales e informales de diálogo e interacción, donde se debatió y se conoció la experiencia de parlamentarios de todo el mundo que previamente habían desarrollado otras alianzas contra el hambre.
Un magnífico ejemplo del camino de colaboración constitucional que debemos seguir para la transformación de nuestro sistema alimentario en el marco de la Agenda de Desarrollo 2030. Pues el derecho a una alimentación adecuada para todos es una meta alcanzable, y con esa premisa tenemos que asumir nuestra labor, cuya prioridad es la supervivencia de millones de personas en el mundo que dependen de nuestras decisiones parlamentarias.
Un mensaje que he querido lanzar en el VII Encuentro de Planificación de los Frentes Parlamentarios Contra el Hambre celebrado en Cartagena de Indias en el que he tenido el honor de participar. Un encuentro donde parlamentarios de todo el mundo hemos puesto nuestro granito de arena, que irá acumulando esfuerzos, trabajo y talento, para en un corto plazo hablar de resultados tangibles.
El alimento es uno de los principales derechos humanos reconocidos y necesita del compromiso social para paliar el hambre de quienes no lo tienen a diario. Tenemos que unir nuestras fuerzas para alcanzar el Hambre Cero, pues como bien afirmó Nelson Mandela: “La libertad es inútil si la gente no puede llenar de comida sus estómagos, si no puede tener refugio, si el analfabetismo y las enfermedades siguen persiguiéndoles”.