Se han entregado los premios del VIII Concurso de Embellecimiento de Escaparates, Balcones y Ventanas, de la Semana Santa de Ciudad Real 2019.
Teniendo presente que la Semana Santa de Ciudad Real está declarada de Interés Turístico Nacional, es por lo que desde el Ayuntamiento se han venido convocando en los últimos años el “Concurso de Embellecimiento de Escaparates y Ventanas” para realzar todo lo posible el encanto de las calles de la ciudad.
En esta edición han participado seis concursantes en la modalidad de escaparates, y cinco en la de balcones y ventanas.
El jurado compuesto por, Gema Camacho Ordóñez (Dulcinea 2018); Rafael Cantero Muñoz (Historiador de Ciudad Real); José Luis Herrera Jiménez (Concejal de Turismo de Ciudad Real en la anterior legislatura); José Antonio López Rubio (Pandorgo 2018) y José Luis Toribio Caro (Presidente de la Sociedad Gastronómica Las Penas), otorgaron los premios en la modalidad de escaparates a “Floristería la Orquídea” y en la modalidad de “Balcones y Ventanas; Hermandad Oración del Huerto”.
La concejala de Promoción Turística, Festejos y Tradiciones Populares, y Alcaldesa Accidental, Eva Mª Masías, dijo que “Cuando se ve una ciudad bella, se quiere volver a verla y que desde el punto de vista turístico hay que tener presente. Nuestra Semana Santa cuenta con un notable interés por parte de propios y ajenos, y con la colaboración de los vecinos, embelleciendo las calles, mediante este tipo de concursos, hacemos que el objetivo al que podamos aspirar sea mejor y que llegue a un mayor número de potenciales visitantes. Eso es lo que se ha premiado en la mañana de hoy.
Ciudad Real debe tener el empeño permanente de convertirnos en un lugar atractivo durante todos los días del año, para que el turismo local sea una parte importante del desarrollo socioeconómico general. Y para ello la imagen general de la ciudad es importante.
Resulta que el jurado, de Semana Santa, lo justo. Nadie de la Asociación de Cofradías, cofrades, Hermanos Mayores. Llámame al Pandorgo, Dulcinea y a otros dos tipos que desde hace años no se ponen una túnica y ni participan en la Semana Santa. Y el concejal saliente, quien cerraba las ventanas de su despacho cuando oía los tambores. Qué nivel, por Dios. Así nos va. A ver la nueva concejala si es capaz de cambiar el criterio.