Jesús Millán Muñoz.– En el complejo del Yad Vashem, que es la entidad que es el Museo de la Historia del Holocausto judío en la segunda guerra mundial, para que no se vuelva a repetir, existe un centro que se denomina el museo del arte que consta de diez mil piezas de ese periodo.
Dicho centro del Recuerdo Judío, por denominarlo de alguna manera, está formado y conformado por diversas entidades: Museo de Obras de Artes, La Sinagoga, Centro de las Generaciones del Holocausto, Centro de Estudios, Museo Histórico, Jardín de los Justos entre las Naciones, Valle de las Comunidades, Sala de los Nombres, Sala del Recuerdo, etc.
– Cómo indicábamos existen en dicho centro, cerca de diez mil obras, por lo cual, es la colección sobre arte y el holocausto en dicho periodo, la más extensa del mundo.
Este arte, realizada por personas que sus circunstancias esenciales, recordemos la frase de Ortega, “yo soy yo y mis circunstancias…”, eran o campos de concentración o guetos, o personas escondidas en cualquier lugar de Europa, para intentar vivir, más bien sobrevivir, esperando la liberación.
Es un arte, realizado en materiales, casi siempre efímeros, de pequeño tamaño, nos representan, no solo la subjetividad de un individuo, su intelecto, también su voluntad, su corazón, su afectividad. En definitiva, el deseo de un ser humano por entender y vivir y sobrevivir. Y en esa interrelación sujeto-objeto, sujeto y sociedad y Naturaleza y cultura e historia, pues se plasmaron estas obras. Muchas de ellas, realizadas por niños y niñas, que supongo, en su mayor parte, sus padres. Les darían algunos materiales, algún color, algún trozo de papel, para que mientras se esperaba el día siguiente, se entretuviesen y redujesen su angustia-pena-sufrimiento…
Igual que Ana Frank, nos dejó, no se perdió su Diario, que es un monumento a la humanidad, un monumento al pueblo judío, un monumento al ser humano, por intentar seguir siendo y estando sobre la faz de la tierra. De alguna manera, nos representa a todos, algo de lo qué ha hecho el ser humano en estos dos millones de años, que ha existido en este mundo, pasando por diversas especies biológicas, que es intentar vivir, intentar sobrevivir, intentar que llegue el siguiente día. Tener un motivo de esperanza.
– Algunos de estos autores, niños o adultos, jamás pensarían que sus obras permanecerían en el tiempo, que serían exhibidas, guardadas, coleccionadas, estudiadas, analizadas, en un centro museístico, y tampoco que serían recordadas algo de sus vidas. Pero cada vida es un misterio y un enigma, en si misma, y envuelto y dentro de un mar que denominamos sociedad-historia-naturaleza-cultura. Algunas de estas obras, se han quedado con nosotros, esperemos que durante siglos, y éstas, nos envían como espejos, caleidoscopios, escaleras, crucigramas, laberintos, nos envían preguntas, grandes y pequeñas…
Son como interrogantes, que nos plantean que somos, que somos cada uno, que somos como especie, que somos en la colectividad. La gran pregunta, o una de ellas ante esta realidad, ¿es cómo se pudo producir, esos campos de concentración y de exterminio, cómo pudieron morir, seis millones de judíos, además de otros grupos de personas, cómo pudieron morir en esas condiciones, y por esas razones, es decir, por ninguna razón, un millón y medio casi de niños y niñas?
Y la segunda pregunta, se podría repetir dicho fenómeno.
Puede el arte, en este caso plástico, sugiero, que antes que se pierdan las vidas y los testimonios, empiecen, cosa que supongo ya habrán hecho, recolectar obras en otras artes, artilugios artísticos de otras artes, del mismo periodo y fenómeno y temática. Porque supongo que existirán se harían obras en otras temáticas. Igual que se redactarían pequeños ensayos literarios y filosóficos y científicos, pequeños o medianos artículos, poemas, aforismos, frases. Es decir, antes que se pierdan, personas y obras, se recoja por parte de este complejo de la Memoria del Holocausto, obras en todos los saberes, realizados por esas personas, la literatura, la filosofía, la ciencia, las artes, etc.
– Para terminar, diríamos que el arte, las artes, es algo que llevamos con nosotros, desde la noche de los tiempos, existen esculturas, las Venus, de hace cuarenta o cincuenta mil años, arte plástico, Chauvet, de hace treinta mil años. El arte o las artes, es algo que nace de nuestro cuerpo-mente-alma más profunda. Esta es la prueba. Y el arte-artes, tiene muchas funciones en y para el ser humano. No es solo simple decoración y subastas.
Ante la gran pregunta, cuales fueron las razones y causas, para estudiar este fenómeno y no se pueda repetir otra vez, sobre ningún pueblo o etnia o cultura o sociedad. Yo, no soy un experto, pero aconsejaría a los especialistas, que creasen una especie de directorio, recogiesen todas las razones o motivos o causas, sean reales o no, que cualquier ser humano, piense, haya escrito, haya imaginado… y, supongo que se terminarán haciendo un archivo de cien o trescientas causas-motivos-razones. Quizás, eso podría ser la materia esencial, para el estudio de esta enorme injusticia, crueldad, que no somos capaces, de encontrar substantivo o adjetivo, que pueda explicar tal enormidad de mal-maldad.
Porque ya la escolástica ha indicado, que el bien tiene escalas y cantidades, pero el mal y la maldad, también Y este mal y maldad, es uno de los grandes males que la humanidad ha sufrido, y que no sabe entender, me temo, que tardará mucho tiempo, en encontrar explicación, si es que la haya. Paz y bien.