Aunque cada vez la oferta privada es más variada y potente, el Ayuntamiento de Ciudad Real sigue siendo referente en la celebración de bodas civiles. En el anterior mandato, de finales de mayo de 2015 a las mismas fechas de 2019, los diferentes espacios municipales –salón de plenos, Antiguo Casino y Museo López-Villaseñor, preferentemente- han acogido la unión en matrimonio de 282 parejas.
Los concejales socialistas, como miembros del equipo de Gobierno, son los que más ceremonias han oficiado, 202 en total, siendo Sara Martínez (con 40), David Serrano (33) y Alberto Lillo (32) los tres que más veces han escuchado el ‘sí quiero’. Pedro Lozano (18) y Rosario Roncero (7) fueron los ediles que más bodas celebraron del Grupo Municipal Popular (de un total de 42); Jorge Fernández (12) y Prado Galán (11), los de Ganemos Ciudad Real (31); y Francisco Javier Fernández-Bravo (3), el de Ciudadanos (4).
El primer edil en celebrar una boda en la pasada legislatura fue Pedro Lozano. Poco después de tomar posesión como concejal del Ayuntamiento ya estaba uniendo en matrimonio a una pareja. Circunstancias que se han repetido en el arranque de este mandato, con Eva María Masías Avis, de Ciudadanos, como autorizante.
Una de las experiencias “más enriquecedoras”
Alberto Lillo, exconcejal de Urbanismo y Obras, asegura que oficiar una ceremonia nupcial es una de las experiencias “más enriquecedoras” para un edil del Ayuntamiento, por la “cercanía” con los vecinos y la “felicidad” con la que se viven estos actos. Son momentos “emocionantes” e “inolvidables”, en especial cuando los contrayentes “te eligen”.
Cada concejal imprime su estilo a las celebraciones. En su caso, recuerda, apostaba por ser cercano y animar a la participación de familiares y amigos en el desarrollo de las ceremonias. De esta forma, comenta, es “más emocionante” y “rara es la boda en la que no se escapa alguna lágrima”.
Nuevas costumbres sociales
En 2019 se atisba un repunte, pero 2018, con 48 uniones matrimoniales, ha sido, de los últimos, uno de los años en los que menos bodas se han oficiado en el Consistorio.
La evolución de la celebración de bodas civiles en el ámbito municipal, comenta el jefe de Protocolo del Ayuntamiento de Ciudad Real, Emilio Ocaña, ha experimentado un “ligero descenso”. Motivado, en parte, por la evolución de las costumbres sociales, “ya que se observa un incremento en el número de parejas que realizan su boda civil de un modo discreto en los Juzgados y posteriormente celebran un acto social que va más allá del mero banquete de bodas que comparten con familiares y amigos”.
Estos actos, cada vez más habituales, suelen desarrollarse en hoteles, restaurantes y establecimientos de turismo rural que disponen de espacios abiertos adecuados. Los novios, en función del presupuesto disponible, “se vuelcan en darle el mayor brillo posible”. Son los propios establecimientos, explica, los que se han adaptado a esta tendencia y ofrecen un servicio específico, complementado en ocasiones con el que prestan empresas especializadas en eventos que han surgido como respuesta a las nuevas demandas.
No obstante, la alternativa del Ayuntamiento “sigue gozando de gran aceptación” en base a que son los propios contrayentes los que eligen la fecha de su boda, tienen la posibilidad de diseñar la ceremonia a su gusto (intervenciones, música, gestos simbólicos, etc.) y otras facilidades que el Consistorio, a través del Servicio de Protocolo, les proporciona para hacer más especial el día de su boda.
Por último, Emilo Ocaña señala que las bodas civiles en el Ayuntamiento suponen “un observatorio nada desdeñable” sobre la evolución de las modas, usos y costumbres de nuestros vecinos. Lejos quedan las bodas multitudinarias de 300 o más invitados; ahora, lo normal, es que no superen el centenar. “Los novios han cobrado todo el protagonismo y la ceremonia suele ser un reflejo de su personalidad”, concluye.
Si quieres saber algo más de las bodas civiles en el Ayuntamiento de Ciudad Real, te recomendamos la lectura este reportaje de hace unos años, de cuando todavía éramos novios.
Tan solo una de cada cuatro parejas opta por una boda por la Iglesia en España. Y esto significa que, aunque nuestro país sigue siendo católico, la Iglesia ha perdido su poder para representar y comunicar la palabra de Dios…..
Todo atado y bien atado.
Viva el Concordato, viva el Santo Oficio, viva el Rey!
El único Cristiano era Ronaldo. Un sinvergüenza.
¿Tu eres OPUS GAY?
Y tú un tal Iván?
Pues si están aumentando las bodas civiles, lo que significa un aumento de la laicidad – de lo que me alegro – ya podrían dar ejemplo l@s polític@s no yendo a las procesiones ni eventos religiosos…a no ser a título personal, sin sobresalir.
Vamos, ¡que digo yo!
Una de las experiencias más enriquecedoras para un ciudadano es que su calle esté sin baches, que el agua no tenga olor ni sabor ni color, que los autobuses sean eficientes, que las escuelas municipales vayan como un reloj, que la programación cultural sea interesante….
Pero una boda civil…no sé qué tiene de gratificante para un ciudadano que no participa en ella. Vamos, que solo lo digo por el titular, que parece que es algo relevante para la ciudad. Dicho lo cual, siempre es una alegría que dos personas se unan hasta que quieran.
Tu obligación es dar hijos a la patria, a la máquina de guerra y al capital. Si no lo has hecho será por pobre, rojo y desviado.
Todo ello dentro de la sagrada e índisoluble institución del matrimonio católico.
Vivan los bienes gananciales!
Hobbes de luto:
De acuerdo con tu comentario.
Magnífico comentario, y es que los políticos piensan que con los actos protocolarios (una boda lo es) ya está todo resuelto. Les encanta figurar en este tipo de acontecimientos que sólo son vanidad, recursos tirados y tiempo perdido (leánse días de esto o lo otro, subidas o bajadas de banderas, tomas o ceses de posesión, aniversarios, efemérides, conmemoraciones).
Que le pregunten los mismo a Jesús Manchón, seguro que para él la experiencia más enriquecedora de ser concejal va a ser otra… La nómina!!!