Daimiel Noticias.– La Virgen de las Cruces preside desde el pasado lunes el altar de la parroquia San Pedro sin ningún vestido ornamental que recubra la talla. De esta manera, muchos daimieleños han descubierto la figura de alabastro íntegramente, una imagen reservada normalmente a las camareras y a los directivos o colaboradores más estrechos de la hermandad.
Su presidente, Paulino García de la Camacha, explicaba en Radio Daimiel que en el momento en el que se decidió colocarla en ese lugar de la parroquia, “un hecho también excepcional”, se pensó que también era una buena oportunidad para exponer la talla “tal y como es”.
La idea de la hermandad es que permanezca así durante la primera quincena de junio, y después, se volverá a revestir con sus trajes de gala antes del traslado a la parroquia de Santa María previsto a finales de mes.
García de la Camacha ha destacado que la gran mayoría de comentarios que ha recibido o los que ha leído en las redes sociales son de “emoción e ilusión”, a la vez que dejaba claro que con esta iniciativa “no se ha buscado un acto de esnobismo”. “Siempre nos guía el cariño y la devoción a La Patrona”, recalcaba.
Historia de la imagen
“La actual talla no es la que existió antes de la Guerra Civil. La imagen anterior era del siglo XIV, de mármol y colocada de pie, tenía al Niño en su lado izquierdo, acariciando con su mano la cara de su Madre. Con estas dos descripciones y la información de la devota María Pinilla se hizo la nueva imagen al finalizar la guerra, que corrió a cargo del escultor valenciano Lázaro Guimiel”, según se explicaba en la web de la hermandad.
“Es una talla realizada en alabastro, salvo la cabeza de la Virgen y del Niño que son las originales de la talla antigua, se piensa que son de madera”, se especifica. También se detalla que la virgen está vestida “con una túnica de anchos pliegues de color verde oscuro y con un ceñidor de color oro viejo”.
Por su parte, “el Niño, sentado sobre el brazo izquierdo de su Madre, está desnudo, aunque tiene un paño de pudor del mismo color que la túnica de la Virgen, teniendo su mano izquierda extendida y la mano derecha acariciando la barbilla de su Madre. Le cuelga desde los hombros de la Virgen una capa de un color verde-dorado y estas dos prendas no dejan ver los pies de la Imagen”, concluye esta descripción.